No le tengo ninguna simpatía a López Obrador y mucho menos a Jesús Ortega pero entiendo que éste ande encabronado con la postura del primero de pedir el voto para otras organizaciones que no sean el PRD. La actitud arribista del Peje no es nueva pero ha llegado al descaradísimo extremo de aprovechar, para fomentar […]
No le tengo ninguna simpatía a López Obrador y mucho menos a Jesús Ortega pero entiendo que éste ande encabronado con la postura del primero de pedir el voto para otras organizaciones que no sean el PRD. La actitud arribista del Peje no es nueva pero ha llegado al descaradísimo extremo de aprovechar, para fomentar su imagen, la fuerza de un partido grande, el sol azteca, a la vez que coquetea con otros grupos, primando su ambición personal que la defensa de su organización.
Parece que Obrador piensa- acertadamente- que fuera del PRD hace mucho frío. Así que espera oportunistamente ver cuáles son los resultados del 5 de julio para comprobar si le interesa o no cambiar de bando pues de momento sería dar un salto al vacío a dos organizaciones pequeñas- PT y Convergencia- que anularía su proyecto de poder personal y su escalada hacia la presidencia de la República.
Obrador, que no ha tenido muchos problemas de conciencia en pertenecer a una organización que ha sido acusada de utilizar paramilitares en Chiapas, Guerrero y Michoacán- le bastaba, si acaso, decir que eran de otra facción- sí lo tiene ante la supuesta o real derechización de la misma, derechización que solo advierte ahora que él no está al mando sino Ortega. Lo lógico es que si tan disconforme de pronto está, que la abandone. Pero, de la misma manera, se fue del PRI cuando tampoco obtuvo poder, nuevamente sin que antes advirtiera la larga estela terrorista del tricolor- de nuevo le bastaba con decir que era crítico mientras estaba dentro apuntalándolo-. Ya se sabe, en política, algunos dicen despertar sólo cuando no tienen un mullido sillón de mando bajo sus posaderas.
Claro que tampoco se puede hablar mucho mejor del PT y Convergencia, que pretenden ampliar su porcentaje electoral aprovechando el posible tirón del Peje. Entonces cabe preguntarse: ¿Quién utiliza a quién? ¿Peteros y convergentes la estampa de Obrador o éste último a ambos y al sol azteca viendo con cuál se queda según los resultados del día 5? Parece ser que las dos cosas ¿verdad?
En México parece absurdo debatir acerca de si la izquierda real debe votar o no, ya que aún en caso afirmativo, no hay a quién…