«Pretendían tapar con su desinformación acerca de las FARC los reiterado nexos del ejercito de la oligarquía colombiana con el narcotráfico…»
En días pasados se conoció la noticia de que dos miembros de la armada de la oligarquía colombiana habían sido descubiertos cuando participaban en el envío, en un buque de la armada, de nada más y nada menos que de 9 toneladas de cocaína hacia los Estados Unidos y Europa.
Enseguida, en los medios de desinformación de la oligarquía colombiana, apareció la noticia de que «según informantes»(que nadie conoce), Germán Briceño, comandante guerrillero conocido como «Grannobles», hermano del también guerrillero «Mono Jojoy», se dedicaba desde Venezuela a coordinar envíos de narcotráfico a Estados Unidos.
Pretendían tapar con las FARC y su desinformación los reiterado nexos del ejército de la oligarquía colombiana con el narcotráfico.
En noviembre del 2009, Tras un accidente de tránsito en la vía Bogotá-Villavicencio, un camión del ejército de la mafia que gobierna a Colombia se volcó: se descubrió que este transportada insumos químicos para la elaboración de cocaína.
Del accidente quedó un soldado herido y sus compañeros huyeron del sitio en otro camión. El hecho puso de nuevo sobre el tapete como es la «lucha» del ejército de ocupación y sus amos los yanquis contra la producción de cocaína.
«¡Las FARC!»… acostumbran a gritar cada vez que ocurre un hecho de estos, pretendiendo desviar la atención. La «lucha contra el tráfico de drogas» es el Caballo de Troya del imperialismo para justificar su injerencia en los asuntos internos de otros países y para la anexión de Colombia; «lucha» en la que son socios de un hombre, sindicado por ellos mismos como el narcotraficante numero 82.
Habitualmente a través de sus medios de desinformación nos relatan historietas bobas, donde descubren a soldados de ese mismo ejército al servicio del narcotráfico, transportando insumos para producir cocaína, pero según ellos, la cocaína que decomisan o la que los narcotraficantes les entregan para sus «positivos», son de las FARC-EP.
La historia de narcotráfico del ejercito de los narcotraficantes no es buena, es de vieja data, pero así y todo, tratan de posicionar la idea de que los narcotraficantes son los guerrilleros. Las historias de soldados descubiertos traficando cocaína es bien larga, como también la es la Uribe y su entorno.
Debemos recordar una vez más, que el padre de Álvaro Uribe, Alberto Uribe Sierra, hasta su muerte tuvo nexos con el narcoparamilitarismo y que fue solicitado en extradición por el imperio en 1982 bajo cargos de narcotráfico.
Varios ministros de guerra de la oligarquía colombiana han sido descubiertos: comprometidos con el narcotráfico. Uno de ellos, fue el general Miguel Vega Uribe quien está casado con una hija de Escrucería Delgado, un congresista de la oligarquía colombiana quien fue condenado por narcotráfico en Carolina del Norte, Estados Unidos.
El otro ministro de guerra afectado con un escándalo similar, fue el general Luis Carlos Camacho Leyva, cuyo hermano, Roberto, cayó preso con cocaína a bordo de un avión de Satena, empresa oficial, adscrita al Ministerio de guerra, donde era el único pasajero y que venía de Leticia.
El ministro de guerra Jorge Alberto Uribe, insignia del Plan Patriota y de la moral castrense, estuvo incurso en un escándalo cuyo detonante fue una publicación del diario estadounidense Nuevo Herald. Jorge Alberto Uribe, apareció visitando conyugalmente a Dora Adriana Alzate en una cárcel de Medellín.
La mujer, declaró en una indagatoria que hacía 18 años mantenía una relación sentimental con un gran empresario a quien posteriormente identificó como Jorge Alberto Uribe.
Alzate fue arrestada en el aeropuerto internacional «José María Córdoba» de Medellín el primero de febrero del 2.003, cuando se disponía a viajar a Miami, donde residía. Llevaba 1.750 gramos de heroína.
El hermano del General Oscar Naranjo, Juan David Naranjo, está preso en Alemania por narcotraficante; asimismo el flamante ministro del interior y la injusticia Fabio Valencia Cossio, tiene a su hermano, Guillermo Valencia, preso por el mismo delito.
Así y todo, todos ellos, en medio de narcotraficantes, con sus familiares y hasta la moza trabajando en la muy rentable profesión de narcotraficante, juran y perjuran que luchan contra el narcotráfico y gritan que los narcotraficantes son los guerrilleros.
Hace más de dos años, el 7 de agosto de 2007 en Brasil, fue capturado Juan Carlos Ramírez Abadía, alias Chupeta. De quien se dijo era otro Pablo Escobar.
Hoy están circulando informes extraídos de su computador que muestran que un grupo de detectives del DAS, policías, militares y funcionarios judiciales, estaban en la nómina del capo.
El computador del capo de capos (que fue presentado a los medios de desinformación en Colombia), contiene una larga lista de involucrados en el narcotráfico, entre los cuales están los denominados como «héroes de la patria», los que según la propaganda oficial, luchan contra el narcotráfico.
Están registrados los precios que cobran los «héroes de la patria»:Treinta millones de pesos por ‘levantar’ un retén para dejar pasar un cargamento de droga. «50 millones por el «cuadre» con un fiscal para tumbar un proceso». Seis millones mensuales por alertar sobre movimientos u operaciones.
Setenta mil dólares por mover una corbeta. Quinientos dólares para los «regalos de Navidad a los amigos de inteligencia».
Mensualmente desembolsaba 10 millones de pesos a un ingeniero de una empresa de telefonía celular para que le advirtiera si sus teléfonos estaban siendo intervenidos y para que le ‘chuzara’ y le pasara los datos de números que el capo necesitaba.
En su nómina tenía funcionarios del Instituto Geográfico Agustín Codazzi quienes, por ocho millones de pesos mensuales, le avisaban cuándo los policías o fiscales solicitaban a esa entidad información para realizar allanamientos de predios que pertenecieran al capo o de alguien de su organización.
Ni los periodistas se salvaron: «Parar noticia periódico y recuperar videos». Por estos dos favores ‘Chupeta’ pagó 7.000 y 10.000 dólares, respectivamente. Aunque no era nada económico, ya que mensualmente el pago de sobornos costaba en promedio 8.000 millones de pesos»
Son algunas de las cifras que se dicen, durante años pagó el narcotraficante a decenas de «honorables» funcionarios estatales por su colaboración.
Así y todo, todos ellos, en medio de narcotraficantes, con sus familiares y hasta la moza trabajando en la muy rentable profesión de narcotraficante, juran y perjuran que luchan contra el narcotráfico y gritan que los narcotraficantes son los guerrilleros.
«Rafael García, el ex directivo del DAS, condenado por la infiltración paramilitar de la entidad, que él mismo denunció, y que está bajo la directa dirección de Álvaro Uribe Vélez, entregó una declaración a policías de Estados Unidos en la que asegura que usando el DAS, Jorge Noguera y él hicieron envíos de cocaína a Estados Unidos y a otros países… García también asegura, en el documento, que el Presidente Uribe conocía y aprobaba las relaciones del DAS con grupos paramilitares…
Rafael García, exjefe de informática del DAS, reveló en ese informe, que fue entregado a los Estados Unidos, cómo desde el propio DAS conformó una red de narcotráfico y lavado de dólares con la participación de paramilitares del bloque norte y el frente contrainsurgencia wayuu… Según García, el grupo se consolido en el 2003 y fue bautizado como «el cartel de las tres letras» en alusión a la sigla del DAS.
Aseguró que entre el 2003 y 2004, con funcionarios del DAS, la AEROCIVIL y la DIAN, se introdujeron a Colombia cerca de 100 millones de dólares producto del narcotráfico. «Se definió que el dinero sería enviado desde los Estados Unidos a través de correos humanos, estas personas serían recibidas en el aeropuerto El Dorado de Bogotá por funcionarios del DAS, quienes se encargarían de que pasaran los controles sin problema alguno».
Según Rafael García, el negocio de narcotráfico funcionaba perfectamente.
Una historia ya contada es la del buque escuela Gloria: buque insignia de la armada de la oligarquía Colombia, donde fueron descubiertos 16.5 kilos de heroína y diez kilos de cocaína.
El caso de «la Coca de Barranquilla», que después de decomisada fue devuelta a los narcotraficantes y hasta al general Jorge Daniel Castro, en su momento Director de Policía de la oligarquía colombiana. A J. Daniel castro le fue descubierto, en octubre de 2005, un envió, según «controlado» de cerca de media tonelada de cocaína.
Así y todo, todos ellos, en medio de narcotraficantes, con sus familiares y hasta la moza trabajando en la muy rentable profesión de narcotraficante, juran y perjuran que luchan contra el narcotráfico y gritan que los narcotraficantes son los guerrilleros.
*Miguel Suárez es Director de Radio Café Estéreo Miembro de la Asociación Bolivariana de Comunicadores, ABC.
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