«Escribo esta carta con mucha tristeza y con mucha indignación de ver las infamias y humillaciones a las que la FARC es sometida. Jamás pensé que vería a nuestra organización arrodillada a merced de esta oligarquía canalla. Esto es resultado de muchos errores que se han acumulado en años pero gran parte de responsabilidad le […]
«Escribo esta carta con mucha tristeza y con mucha indignación de ver las infamias y humillaciones a las que la FARC es sometida. Jamás pensé que vería a nuestra organización arrodillada a merced de esta oligarquía canalla. Esto es resultado de muchos errores que se han acumulado en años pero gran parte de responsabilidad le cabe a una dirección incapaz y oportunista. La actual dirección del partido FARC es evidentemente incapaz de conducir a la organización en el tránsito a la paz. Que queda entonces para su capacidad de conducción para un proceso revolucionario con el cual ya no se identifican. A las claras no están a la altura de las dificultades de este momento. Lo único que saben hacer es felicitarnos por lo pacientes que somos y pedirnos que pongamos la última mejilla para que la oligarquía nos siga dando en la jeta. La actual dirección es también oportunista porque están a la espera de los beneficios que les den, que son migajas. Esos líderes viven en buenos departamentos mientras la guerrillerada en los ETCR aguanta hambre.
El montaje judicial al camarada Santrich es para muchos la gota que rebalsó el vaso. Lo persiguen porque es la voz de la dignidad en tiempos que la indignidad se ha vuelto lo normal. Hemos visto algunas situaciones indignantes que nos demuestran que ahora están mostrando la verdadera cara muchos que pensamos que fueron compañeros. Gabriel Angel que es conocido por su indisposición contra el camarada Santrich ha vuelto otra vez a atacarlo de la manera más artera, reconociendo el montaje y pidiéndole que se defienda ante la justicia corrupta. Otros ya han escrito para criticar su falta de solidaridad y no quiero alargarme con la bajeza de este personaje porque es bien conocida.
Duele que Timo, que quiere decir «embuste», quien llegó a ser máximo comandante de las FARC.EP hoy se convierta en vocero del gobierno ante nuestra familia. Este personaje, que fue puesto por mera rosca en la presidencia del partido sin tener los votos suficientes, ha escrito tres cartas los días 10, 12 y 21 de abril en las que desestima la persecución contra nuestro camarada. Este personaje en vez de solidarizarse con la lucha de Santrich tiene la desfachatez de llamarlo a abandonar su huelga de hambre, que confíe en el sistema judicial y que se defienda ante él con la manoseada frase de que el que nada hace nada teme. ¿No recuerda la suerte de nuestro camarada Simón Trinidad que después de demostrar su inocencia de los cargos que se le acusaban en la justicia gringa quedó preso igual? ¿Cree que a nuestro camarada Santrich le van a garantizar un juicio limpio cuando de origen esto es un montaje? ¿Y si lo extraditan y todo con este montaje, Timo saldrá a llorar que como con Trinidad lo engañaron? Nos llama a confiar en la constitución y las leyes de la vieja Colombia cuando ni la propia oligarquía las respeta. Quien diría que un supuesto revolucionario tendría una confianza tan ciega en la justicia corrupta de la oligarquía.
Lo peor es que ha llamado a confiar una vez más en este gobierno, a estrechar relaciones con Santos y que no nos desgastemos en solidaridad con nuestro camarada víctima de un vil montaje ¿Hay otra cosa más importante que exigir la libertad de Santrich y de los cientos de camaradas que aun tenemos en las cárceles? ¿Es esta la postura de un revolucionario? De verdad que Timo calladito se ve más bonito.
Como se ha hecho habitual en él llama a la unidad del partido y a la confianza en la dirección. La confianza ciega en la dirección de ciertos camaradas nos está llevando al despeñadero. Esta dirección incapaz, oportunista y cobarde está llevando a los miembros de las FARC a un precipicio del cual nuestro proyecto no podrá salir. Se han convertido los defensores de la Vieja Colombia. Que den un paso al lado y dejen a nuevos elementos asumir una dirección que a ellos les quedo grande. Timo pasará a la historia como el sepulturero de los sueños de Manuel. Pero no debemos permitir que se convierta en el sepulturero de miles de camaradas que aun creemos en la Nueva Colombia.
Un revolucionario del suroccidente
(No doy mi nombre porque seguro me hacen un montaje)»
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