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Foro Ministerial UE-ALC

La cooperación digital en debate

Fuentes: Alai-amlatina

El IV Foro Ministerial Unión Europea – América Latina y el Caribe sobre la Sociedad de la Información se clausuró el 29 de abril en Lisboa, con una declaración que señala la voluntad mutua de dar continuación a la cooperación en curso entre los dos continentes en materia de tecnologías de la información y la […]

El IV Foro Ministerial Unión Europea – América Latina y el Caribe sobre la Sociedad de la Información se clausuró el 29 de abril en Lisboa, con una declaración que señala la voluntad mutua de dar continuación a la cooperación en curso entre los dos continentes en materia de tecnologías de la información y la comunicación (TIC), pero evita comprometer nuevos recursos.

El Foro, denominado «Una alianza para la cohesión social a través de la inclusión digital», se inserta en los preparativos para la próxima Cumbre presidencial de los dos continentes, a realizarse en Viena del 10 al 12 de mayo próximo. A la vez, coincidió con el balance preliminar del programa Alianza para la Sociedad de la Información (@lis), que durante los últimos dos años ha desarrollado una serie de proyectos pilotos en América Latina y el Caribe en las áreas de salud, gobierno, educación e inclusión digital.

Las delegaciones de América Latina, por su parte, realizaron una reunión previa para avanzar en los mecanismos para la implementación del plan regional eLAC2007, aprobado en Rio de Janeiro en junio pasado, en el marco del proceso de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI).

Fueron principalmente las delegaciones de América Latina – con el aporte propositivo de actores de la sociedad civil- que lograron poner algo de sustancia a la Declaración de Lisboa, que en sus primeras versiones se limitaba a generalidades y buenas intenciones. El área en que se logró mayor compromiso es el que se refiere a las redes de investigación. De hecho, la única recomendación explícita a los jefes de gobierno que se reunirán en Viena es la de mantener el apoyo financiero y político a la continuación y expansión de la red CLARA (Cooperación Latinoamericana de Redes Avanzadas – que enlaza la región con una interconexión de Internet de alta velocidad para fines investigativos), en particular para que se incorpore plenamente el Caribe. Se ratificó también la colaboración mutua con su contraparte europea, GEANT. La Declaración propone, además, varias iniciativas de investigación bicontinental en temas relacionadas con la «sociedad de la información».

Otras recomendaciones se refieren a la creación de sinergias entre los respectivos planes regionales: eLAC2007 e i2010 (de la UE), con énfasis en el cumplimiento de las Metas de Desarrollo del Milenio. Se recomienda que las estrategias de asistencia oficial al desarrollo incorporen plenamente las TIC, mediante el intercambio de información entre contrapartes y el análisis de lecciones aprendidas en los programas de TIC para el desarrollo.

Se expresa interés en establecer medidas para prevenir y corregir el impacto ambiental de los productos TIC. Una recomendación más polémica, toda vez, es el aliento a la participación de organizaciones de financiamiento multilateral e inversionistas privados en proyectos de infraestructura como el Plan Puebla- Panamá y la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA), proyectos cuestionados, entre otros, por su potencial impacto ambiental.

En cuanto a las políticas de «inclusión digital», se reconoce que tienen que ver con mucho más que la sola extensión del uso de Internet, y se relacionan con una diversidad de aspectos sociales y económicos, especialmente la organización y entrega de servicios de interés público. Entre las propuestas en este ámbito se incluye el incremento de puntos de acceso a Internet en zonas marginadas, donde se reafirma el rol del sector público en el desarrollo de las infraestructuras TIC; iniciativas de «alfabetización digital»; protección de los derechos de los consumidores y usuarios de servicios públicos en el ambiente digital; facilitar la interacción de la ciudadanía con la administración pública, y su participación en los asuntos públicos y procesos democráticos. Varias propuestas se relacionan con la diversidad cultural, como combatir la discriminación de inmigrantes y minorías étnico- culturales, alentar la creatividad intelectual y artística, preservar el legado cultural indígena en beneficio del desarrollo propio, y promover la generación de contenidos que reflejen las identidades regionales, entre otros.

Se hacen también recomendaciones para la continuación de la cooperación en áreas como la salud, educación y gobierno digital, dejando entreabierta una puerta para la continuación del programa @lis, u otro parecido, pero sin explicitarlo. Este programa, que cuenta con un financiamiento de 77,5 millones de euros para 3 años, organizado bajo la modalidad (muy en boga en la cooperación oficial) de la colaboración multisectorial, involucrando actores de los dos continentes, pretende generar iniciativas de demostración de este modelo de cooperación en TIC. En un intercambio de varias organizaciones de la sociedad civil reunidas en Lisboa, se preguntó si la evaluación de este programa permitiría ponderar la conveniencia y aporte social de proyectos que, en muchos casos -si bien no todos-, parecen haber sido concebidos a partir de la tecnología, y no de procesos organizativos en torno a necesidades de desarrollo de las comunidades concernidas.

En cuanto al seguimiento del plan regional eLAC 2007, quedó prácticamente ratificada la continuación durante el próximo año del mecanismo acordado (en ese entonces en forma provisional) en la Cumbre de Túnez en noviembre, coordinado por Ecuador. Han entrado en funcionamiento siete grupos de trabajo temáticos, que deben cumplir su mandato en el curso de este año. Los temas son: Tele-trabajo; Tecnologías alternativas; Software, código abierto y propietario; Industrias creativas y de contenidos; Gobierno electrónico; Financiamiento y Marco legislativo. Una vez más, se ratifica el carácter multisectorial del proceso, pero sin precisar aún cómo se concretará la participación de la sociedad civil (ni del sector privado). Queda planteada, por confirmar, la propuesta de un espacio de consulta abierta en Internet sobre cada uno de los temas de los grupos de trabajo.