El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, también conocido como Tribunal de Estrasburgo o Corte Europea de Derechos Humanos expidió una resolución negando la extradición de Jair Klein a Colombia. Klein es un mercenario israelita que ha prestado sus servicios criminales en muchas guerras. En los años ochenta fue instructor en Colombia de las bandas paramilitares […]
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, también conocido como Tribunal de Estrasburgo o Corte Europea de Derechos Humanos expidió una resolución negando la extradición de Jair Klein a Colombia. Klein es un mercenario israelita que ha prestado sus servicios criminales en muchas guerras. En los años ochenta fue instructor en Colombia de las bandas paramilitares en Puerto Boyacá en el Magdalena medio, desde donde partió la nueva ola de terror. De descuartizamientos. De la muerte con motosierra. Por estas razones fue condenado, en ausencia, a ocho años de cárcel. Los rusos lo detuvieron en Moscú hace un par de años. Colombia lo pidió en extradición. Rusia aceptó la extradición. Los abogados de Klein apelaron ante el alto Tribual que cobija a 47 estados europeos.
El Tribunal aceptó los argumentos de la defensa de Klein: que en Colombia podría ser torturado y sus derechos humanos vulnerados. No se sabe si el Alto Tribunal conoce de las crueles e inhumanas condiciones de las cárceles colombianas. Con excepción de donde están «detenidos» los parlamentarios uribistas sentenciados por ser compinches de los narcoparamilitares. Pero en las cárceles no sólo se vive el hacinamiento y la miseria. También la brutalidad institucional. Las torturas y los vejámenes, especialmente contra los prisioneros políticos.
Es una decisión de doble cara, la del Tribunal.
Rodea de impunidad a Klein por sus crímenes en Colombia. Hipócritamente el gobierno colombiano ha puesto el grito en el cielo. Pero bien sabe que tener a Klein lejos puede salvar a muy altos militares, políticos y empresarios. A aquellos que lo trajeron. Que lo financiaron. Podrían destaparse también las historias secretas de la colaboración israelita con el terrorismo de estado y la guerra sucia en Colombia. De la presencia hoy en Colombia de numerosos Jair Klein. A más de uno le interesa que el mercenario siga aislado en Moscú.
Pero la sentencia del Tribunal también reconoce abierta, pública y tajantemente que el Estado colombiano es un Estado torturador y violador de los derechos humanos. Una razón de peso para que sea negado el Tratado de Libre Comercio de la UE con Colombia. Una alerta para aquellos gobernantes europeos que alaban sin cesar al uribismo. Que le venden armas. Y también para aquellas transnacionales que a través de sus grandes rotativas son defensoras oficiosas del cuestionado régimen colombiano.
NOTA DE REBELIÓN:
Más información en: Semblanza de un «contratista» occidental» (Jair Klein)
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