Desde el momento en que el gobierno aprobó la Central Hidroeléctrica en Aysén, la sensibilidad ciudadana fue tocada, eso sumado al estado precario de la educación, las alzas en el costo de la vida y los anuncios con letra chica, terminaron por minar la paciencia de los jóvenes y de un sector de la población. […]
Desde el momento en que el gobierno aprobó la Central Hidroeléctrica en Aysén, la sensibilidad ciudadana fue tocada, eso sumado al estado precario de la educación, las alzas en el costo de la vida y los anuncios con letra chica, terminaron por minar la paciencia de los jóvenes y de un sector de la población.
Algunos dirán que la semana recién pasada, es fruto del sinnúmero de promesas incumplidas del entonces candidato y hoy presidente Sebastián Piñera, para otros es parte del juego democrático que por momentos se calienta y en otros se enfría.
Sin embargo, hubo tres señales a mi juicio potentes en este 21 de mayo, la primera es que en términos formales, se trató de uno de los discursos más interrumpidos – y en contra parte- la transmisión más editada que se recuerde en tiempos de democracia, generando una especie de sospecha en la audiencia televisiva, respecto a lo que ocurría en las afueras del congreso, como dentro del propio recinto.
La segunda la dio el propio presidente, en su discurso por momentos amenazante, al calificar a toda la oposición de violentistas, por manifestarse en su contra y negar la democracia de los acuerdos, léase o se someten a las reglas del juego o uso todos las atribuciones que la constitución me permite.
El tercer signo lo viene dando un sector ciudadano, desde hace unos cuantos días; y se trata de un llamado de atención, tanto al gobierno como a la propia oposición. Al gobierno, le insiste en que escuche la voz de la calle y no se confunda, ni tergiverse los problemas denunciados. A la oposición le informa que la sola manifestación social por fuerte que parezca, sino es capaz de traducirse en expresión política, quienes sacan partido de su movimiento son los sectores más conservadores.
LOS PASILLOS DEL PODER
Uno de los elementos pasados por alto entre la mayoría de los analistas – y puesto en tabla por radio Bio-Bio- fue la notoria ausencia de los senadores y diputados de la UDI, por diferentes razones. Al parecer las relaciones en la alianza, no funcionan con la solidez y la soltura que debieran.
A mi parecer, lo que ocurre en Chile, es un fenómeno cultural, donde la repartición de la torta, genera un número indeterminado de roces. Son cincuenta años sin conducir el país por parte de la oligarquía nacional.
Dentro de La Concertación la realidad tampoco es de las mejores, tuvieron que domar a Ricardo Lagos por el tema de HidroAysén, las encuestas no los favorecen, exceptuando la figura de la ex -presidenta Bachelet, pero incluso sobre su figura, se ciñe la sombra de Marco Enríquez, quién lentamente se ubica en uno de los lugares para entrar en competencia.
Las noticias provenientes desde España, auguran tiempos difíciles, para el progresismo chileno, luego de la derrota del Partido Socialista Español ante el Partido Popular, en ese contexto las ayudas tan esperadas, seguramente se reducirán.
Para la pequeña bancada comunista, este tiempo tampoco ha sido fácil, las acusaciones por parte del gobierno colombiano de apoyo de los diputados comunistas a las FARC, producto de información rescatada del computador de Raúl Reyes, los ha obligado a estar alertas.
Las negociaciones con la propia Concertación, para el (PC) no han sido todo lo fructíferas que se esperaban, debido a las distancias existentes con el Partido Demócrata Cristiano. En síntesis lo único rescatable, es una cierta presencia mediática de sus parlamentarios y algunos de sus dirigentes como el presidente del Colegio de Profesores y la presidenta de la FECH.
LA DESNUDEZ DE LOS ORGANIZADOS FRENTE AL GOBIERNO
Para el mundo social esa es una de las principales enseñanzas del periodo, el juicio y castigo exagerado a los comuneros mapuches, con acusaciones sin fundamento y amparadas en testigos ocultos resulta vergonzoso.
Las peripecias del caso bombas, donde el ex fiscal, hoy funcionario del aparato del Estado, pide penas descabelladas, para personas que luego son dejadas en libertad o bajo arresto domiciliario, hablan de una precariedad ciudadana impactante.
Mientras el 70% de los chilenos desaprueba HIdroAysén, el presidente Piñera, sin nombrar en ningún momento de su discurso el proyecto, aseguró ante todos los chilenos que se construirá, con la anuencia de sectores de La Concertación representados por Daniel Fernández, el propio ex – PPD René Alinco.
Sumando y restando, los chilenos podemos salir a la calle, a riesgo de ser golpeados o tratados de violentistas, expresar nuestra molestia, hacer plebiscitos comunales o nacionales si pudiéramos y la respuesta oficial será exactamente la misma, porque estamos desnudos a la hora de capitalizar nuestra opinión.