En entrevista con Clarín.cl Roxana Miranda Rupailaf (1982), confiesa: «»No escribo poesía en mapuchezungun, es más, a mí me correspondería escribir chezungun que es la variante williche; he tomado cursos de idioma ahora de grande, pero es complicado, porque para escribir tengo que sentir las emociones en esa lengua y sólo las siento desde la […]
En entrevista con Clarín.cl Roxana Miranda Rupailaf (1982), confiesa: «»No escribo poesía en mapuchezungun, es más, a mí me correspondería escribir chezungun que es la variante williche; he tomado cursos de idioma ahora de grande, pero es complicado, porque para escribir tengo que sentir las emociones en esa lengua y sólo las siento desde la imposibilidad del español. El tema de la traducción es más que nada un espejo de lo que pude ser, lo que me quitaron y anularon, y su resultado. Lo que no soy está primero, primero va el mapuchezungun en mi libro porque es mi pasado, mi memoria, mis ancestros»
Autora de: Las tentaciones de Eva (2003); Seducción de los venenos (Lom, 2008) e Invocación al Shumpall (Santa Muerte Cartonera, 2009); catedrática en la Universidad de Los Lagos (Osorno) y estudiante en el magíster de Literatura Hispanoamericana Contemporánea de la Universidad Austral (Valdivia); Roxana Miranda Rupailaf, ha participado en las antologías: 20 poetas mapuche contemporáneos (Chile, 2003); Hilando en la memoria (Chile, 2006); Antología mapuche trilingüe (Australia, 2007) y La memoria iluminada (España, 2007), entre otras compilaciones.
Roxana Miranda Rupailaf es la poeta mapuche con mayor proyección internacional y ante el terrorismo de Estado que sufre su comunidad, responsabiliza: «La dictadura se acabó para los chilenos pero no para los mapuches. El señor Juan Agustín Figueroa es uno de los responsables de la tergiversación de nuestra imagen, de que la mitad de los chilenos piensen que somos una molestia, unos delincuentes. Por supuesto, la Fundación Neruda es un escudo, pues no creo que el señor Figueroa haya leído el Canto General (1950); y si lo hizo, entonces no lo comprendió. Nosotros como pueblo no necesitamos de la Fundación Neruda»
MC.-En tu poema -Yo pecadora- decís: «maté una flor por la espalda/y le disparé a la cigüeña/Confieso/que me comí todas las manzanas» ¿Por qué conjugas lo religioso con la naturaleza?, ¿fuiste católica?, ¿la ruptura es fuente de poesía?
RM.-Tiene que ver con que crecí en Lafquenmapu, San Juan de la Costa una comunidad williche mapuche ubicada cerca de Osorno, Décima Región. En este sector la Iglesia Católica es bien importante y consiguió cierto sincretismo con la cultura williche al incorporarla a las festividades religiosas marianas. Asimismo, los gnillatunes del sector incorporan la imagen de la virgen en el altar del ritual, así como otros elementos que no pertenecían en principio a la cultura. Consideremos que, además, las imágenes en algunas comunidades tienen rostros indígenas siendo judeo-cristianas; como no existían ilustraciones entonces los hermanos se las imaginaban y las dibujaban y/o esculpían. Los abuelos por parte materna y con los que crecí, Luisa Hualaman y Armando Rupailaf, eran y son bien creyentes entonces me llevaban a todas las festividades religiosas que por parte de la iglesia existieran. A un gnillatun nunca fui de niña pese a que a mi abuela, sí, en alguna oportunidad quiso ir conmigo pero me advertían: «tienes que bailar día y noche, sin dormir, y si no bailas te pegan con varillas», me conformaba con escuchar los cantos y la música a lo lejos, por supuesto que de grande comprendí que me perdí de mucho por un miedo inculcado.
«Mis abuelos no terminaron la enseñanza básica entonces la literatura que existía en el hogar era bien escasa. Los textos que yo leía y con los cuáles aprendí el ejercicio fueron textos de catecismo, biblias, cancioneros religiosos. Me gustaba leer y de vez en cuando en la ciudad de Osorno conseguía revistas de niños, historietas, esas cosas. Pero entonces también aparece una profesora y me dice que me conforme con la Biblia que allí podía encontrar poemas, cuentos, parábolas, todos los subgéneros de la literatura. Quizás es ahí donde comienzo a ver todo lo religioso como una ficción y no como parte de nuestra realidad.
«La naturaleza es la infancia, las primeras visiones de mi vida no se relacionaban con lo urbano y no he podido desligarme de la lluvia aún habitando otros lugares, la lluvia y el mar nunca han dejado de habitarme. La asociación estriba en que todo lo religioso tiene un origen natural y los castigos comunitarios en todas las religiones se han manifestado también a través de la naturaleza. Nunca hemos podido explicarnos del todo como es que fue creado el mundo en sus detalles más hermosos y es eso los que nos hace creer en seres superiores, en algo divino que va más allá de nuestra capacidad de imaginar, la no explicación nos lleva a creer en lo desconocido y la fe hace que nuestras historias sean íntimamente reales y no leyenda, mito, cuento.
«No soy católica, sí, lo fui, nunca de un modo completo, siempre una mezcla. Respeto mucho las religiones y a las personas que creen en ellas. Recuerdo una clase en Alemania de una curso que se titulaba «Historia de la Iglesia Católica en América Latina» y mostraban fotos de cultos marianos en Perú, en México, en Brasil, en distintas partes y entonces los comentarios de los estudiantes tenían relación con lo ridículo que encontraban que un grupo de gente ande en peregrinaciones detrás de una virgen por horas, ó lo extraño que les resultaba ver a la gente bailando y bebiendo durante un funeral. Yo me sentí mal porque de algún modo se burlaban de algo que sí mis abuelos practican, y que yo también hice en su momento y que en ciertas comunidades o grupos aún se sigue realizando.
«Lo que no justifico, es la invasión intencionada y calculada de una religión para la eliminación mediante cierto falseo ideológico o por la fuerza sobre otra; sobre todo cuando esa religión es una religión originaria como, sí, es la mapuche. Yo en las «Tentaciones de Eva» trabajo sobre el discurso judeo- cristiano como una forma de desmontar la culpa que sobre las mujeres coloca este discurso. Culpa con la cual crecí y que forma parte de las mujeres de mi familia. Uno no se atrevía a mirar hacia atrás por la culpa, el pecado y la condena que prometía la religión católica, esto provocaba que la gente comenzara a valorar menos su cultura, cuestionará su fe y sus creencias. La ruptura siempre es darse cuenta de algo que no anda bien y eso a mí ver es un buen punto de partida para comenzar a escribir»
MC.-¿Escribes poesía en mapuchezungun?, lo pregunto porque Víctor Cifuentes ha traducido tus poemas para la antología «La Memoria Iluminada» y el reciente libro que editó Lom.
RM.-No escribo poesía en mapuchezungun, es más, a mí me correspondería escribir chezungun que es la variante williche, pero mis abuelos no sabían hablar. La que sí, sabía era mi bisabuela, ella murió en 1997. San Juan de la Costa fue una de las zonas más evangelizadas quedan muy pocos hablantes. A excepción de ciertas familias que tienen un gran conocimiento y han revitalizado la cultura como los Rumian, Catrilef, Antriao y Gualaman, entre otros. He tomado cursos de idioma ahora de grande, pero es complicado plantearse una escritura desde una lengua que conoces tan poco y dentro de la cual no logras imaginarte por completo, al menos para mí es complejo, porque para escribir tengo que sentir las emociones en esa lengua y sólo las siento desde la imposibilidad del español. El tema de la traducción es más que nada un espejo de lo que pude ser, lo que me quitaron y anularon, y su resultado. Lo que no soy está primero, primero va el mapuchezungun en mi libro porque es mi pasado, mi memoria, mis ancestros. El orden intercalado no fue pensado, siempre queda la traducción a un lado de la página y el original al otro. En el caso de la «Seducción de los Venenos» está todo mezclado lo cual dificulta la lectura del orden lineal del libro, la unidad. Pero me parece aún más evidente lo que quiero mostrar, quien lea mi libro, se da cuenta de la traducción y hasta molesta si no la entiende.
MC.-Ahora que mencionas tu libro Seducción de los Venenos (2009), lo inicias con el mismo poema compilado en La Memoria Iluminada: «Se cumple la profecía/ y derramo la tinta por los ojos/ Escribo sin aliento/ distrayéndome» ¿Por qué relacionas la sensualidad al escribir con semejante angustia?
RM.-Pienso que la angustia también forma parte de la sensualidad quizás en su matiz más intenso. No se puede ser suficientemente intenso si no se ha explorado en cada una de las emociones. La sensualidad a la cual hago referencia es una sensualidad que se entrega y da mucho de sí. En este aspecto, por ejemplo, a mí me deslumbra la poesía mística que tiene mucho de divino y de mandato. Ahora, relacionar el erotismo con los relatos de nuestros pueblos originarios creo que es un trabajo que me apetece.
MC.-El poema Evas comienza: «Hágase la tierra/ le pondremos viento en el ombligo/ y mar entre las piernas» y en Serpientes de Sal: «Come la manzana mi querida/ Suelta baba-rojo/ en las dos llamas/ Muérdete a la carne/ y haz el jugo espeso/ mezclándolo con sal» ¿Por qué regresas a las Tentaciones de Eva?
RM.-No creo que sea un regreso, esos poemas debieron ser parte de Las tentaciones de Eva (2003), pasa que es mi primer poemario del cual no me arrepiento de nada. Es un libro hecho con temor. No quería colocar allí demasiados poemas. Es un tanteo. Yo tenía muchos poemas en la misma línea pero decido seleccionar lo más representativo. Después, con el tiempo, sentí que me quedaron varios textos que no calzaban en ningún otro libro y de los cuales seguramente me iba a alejar más en el transcurso. Eso por una parte, por otra, está la intencionalidad del libro «Seducción de los venenos» que se divide en tres capítulos: Serpientes de Sal, Serpientes de Tierra y Serpientes de Agua.
Yo quería hacer un guiño con este libro a mis vidas pasadas, de alguna forma la Serpiente de Tierra y la Serpiente de Agua son también Tren Tren Vilu y Kai Kai Vilu las serpientes del diluvio y la armonía en la cultura mapuche. No es que hablé en concreto de ellas pasa que trato hablar desde las psicologías de las figuras que estoy hilvanando en mi texto. En este sentido, la Serpiente de Sal viene a ser la interferencia y el inicio, la culpa a la cual estamos condenados. La Serpiente de Sal no es negada, pero sí interpreto sus voces, sus mujeres y sus discursos. Sí, regreso a las Tentaciones de Eva pero no de la misma forma porque nunca se regresa al mismo lugar del modo en que se partió.
MC.- Dalila, María Magdalena, Viajes de la esposa de Lot, Eva, son títulos de poemas, ¿cómo es vista la mujer mapuche en la postmodernidad chilensis?, ¿el canon católico las juzga de forma retrógrada?
RM.-Es complicada esta pregunta. Yo creo que somos una amenaza, el Gobierno se ha encargado de favorecer muchos proyectos e iniciativas indígenas. Y esto para parte de los artistas no indígenas es visto como favorable. Ya quisieran muchos tener apellido indígena para postular a proyectos. Yo creo que es otro tipo de discriminación pensar que no tenemos talento y que conseguimos beneficios sólo por una sangre apellidada.
«La mujer mapuche ha cambiado mucho, y creo que entre nosotros, y de acuerdo al territorio que habitamos nos vemos culturalmente distintos. Los mapuche de Temuco, no son lo mismo que los huilliche de San Juan de la Costa existen diferencias. No en lo político, si no en lo cultural. Los Huilliche perdimos más historia, más tradiciones y estamos más mezclados con el «yugo católico». Quizás la palabra ni siquiera sea pérdida es simplemente una historia y una memoria distinta. No se ha estudiado mucho el mundo Huilliche. O sea, hasta los rituales son distintos. No existe un traductor huilliche, ni un poeta en doble registro, ni un historiador. Intentos, sí, los hay y eso es positivo, recién estamos comenzando a mirarnos la cara en el río y no en los espejos.
«Dudo que en esta postmodernidad se vea a la mujer mapuche en todos sus matices se crea un estereotipo y se nos exige ser mapuche hoy , y sin embargo, no se reconoce toda la anestesia, desmemoria, y poca inserción y valoración que tuvo nuestra cultura en la formación educativa durante décadas. En Chile no hay una educación intercultural a nivel nacional, y por otra parte, se prioriza la no discriminación. La mujer mapuche actualmente está en el rescate de sus tradiciones han surgido muchas organizaciones de mujeres mapuche últimamente. Existe más información acerca del conflicto político mapuche también. Hoy la mujer tiene más opinión que antes y está participando en todas las áreas artísticas, políticas y sociales. Creo que nosotros nos vemos más liberados de la culpa y el yugo católico pero los otros no, la culpa para los medios y para quienes no saben nada de los pueblos indígenas y no les ha interesado saber tampoco, siempre la van a tener los indígenas»
MC.-Recientemente el poeta José Emilio Pacheco dijo: «La nostalgia es la waltdisneyzación del pasado. Es muy distinta la memoria que no idealiza ni disfraza» (La Jornada 08.05.2009), ¿existe nostalgia o memoria mapuche?
RM.-Existe memoria mapuche y eso ha sido primordial para mantener una estructura política y religiosa. No estamos idealizando. Tal vez, hubo un proceso de nostalgia pero ya fue superado, creo que el análisis de todos los discursos sobre la nostalgia es lo que provoca inicialmente las bases para la construcción de una memoria. Lo que digo es que cualquier nostalgia o idealización contiene un germen de verdad también. En las artes mapuches en general comenzamos a producir discursos sobre los objetos que producimos y no a dar cuenta de la nostalgia, esa es una etapa que ya pasó. Publicaciones como las de Bengoa, Chihuailaf, Huenún, Pinda, Huinao, Millahueique y Colipan, entre otros; indican que se con fluctúa mucho más el pasado, existe un trabajo por la recuperación de nuestros relatos orales, nuestra historia y la problematización y reflexión en torno a estos mismos hace que avancemos hacia una memoria mapuche. Una memoria que es capaz de mirarse y valorarse a sí misma.
MC.- Por fin llegaron tus oleajes a México, la editorial Santa Muerte Cartonera publicó: Invocación al Shumpall (2009) ¿Por qué recurres a la mitología mapuche del señor Shumpall?, ¿por qué los femeninos y marinos epígrafes de Alfonsina Storni, Gabriela Mistral y Gioconda Belli?
RM.-«Invocación al Shumpall» es un libro que, si bien se centra en un relato oral mapuche también es una historia personal. Es el descubrimiento del oleaje y de un mundo marino que me deslumbra. Debo aceptar la curiosidad que me producen los relatos orales y la influencia de Bernardo Colipan en esta tarea. Es un libro que se armó a base de relatos orales todos centrados en el Shumpall que es un hombre encantado que habita en el mar y que al tercer oleaje se rapta a las mujeres indígenas. Recogí diversas versiones que me fueron entregando claves del libro. Así, no sólo mi trabajo es escritura, si no, a la vez, es investigación, rescate e interpretación.
«Lo que saqué en México es un avance de un libro más amplio, y es curioso que en esta selección hayan quedado sólo mujeres en mis epígrafes. La verdad es que son escritoras que a mí me fascinan y con las cuales siento cercanía de temas. Gabriela Mistral creo que atraviesa toda mi poética, pues nunca he dejado de leerla ni creo que lo haga de ella me quedo sobre todo con la ritualidad. Alfonsina Storni me fascina, intuyo enfermedades, trizaduras cada vez que la leo. De Gioconda Belli la sensualidad y el erotismo, la escuché leer en el 2003 en Alemania y me fascinó»
MC.- ¿Qué tipo de experiencias rescatas de tu trabajo como editora, profesora y organizadora de festivales poéticos?, ¿resulta complicado llevar la poesía del sur al extranjerizante Santiago de Chile?
RM.-Como editora rescato principalmente la posibilidad que me da de leer a poetas jóvenes y conocer su escritura y darla a conocer también a otros. De ser profesora me quedo con la libertad que se tiene dentro de la sala de clases para enseñar temas de diversa índole, me da la oportunidad de construir mi propio material didáctico y de interactuar con personas y aprender también de sus experiencias. La organización de Festivales, si bien, ha resultado un tema complicado siempre, entrega la posibilidad de conocer gente, llevarla al sur a lugares que quizás nunca han ido en su vida a que conozcan poetas y paisajes del sur. Hablo del sur en general porque hemos organizado lecturas en Valdivia, Osorno y Puerto Montt.
Este año pretendemos llegar a la isla de Chiloé. La idea ha sido esa sacar a los poetas de su contexto y colocarlos en otros, esto trae muchos problemas porque los poetas locales reclaman su espacio también y no siempre se puede invitar a todo el mundo, se ve como una invasión. Se lleva gente del norte y centro de Chile al sur, leen en conjunto con poetas relevantes y emergentes del sur. Y eso da la posibilidad de que la gente intercambie libros y que los que organizan festivales en Santiago o en algún otro punto inviten a los escritores del sur. Así, conocí a Héctor Hernández, Oscar Saavedra y Marcela Saldaño. Bueno tanta gente, los menciono a ellos porque son grandes amigos míos, que también se han dedicado a organizar festivales de poesía.
MC.- Participaste en la antología a los presos políticos en Turquía (2005), adheriste a la Carta de intelectuales y artistas mapuches que denunciaron la muerte del pibe Matías Catrileo. Sabiendo de tu conciencia política y sensibilidad poética, ¿qué has escrito por la libertad de los presos políticos mapuches?
RM.-Sinceramente nada, parece que solamente he tenido la posibilidad de adherirme a iniciativas de otros. Y digo la posibilidad porque el talento para escribir narrativa no creo poseerlo. Si escribiera algo tendría que ser muy trabajado y sentirme segura, digo formal y estéticamente. Me siento novata para eso. Espero tener la experiencia suficiente algún día. Mientras pueda apoyar la causa mapuche, la indígena, y cualquier otra que me parezca justa, lo voy a hacer.
MC.- Finalmente, en privado hemos conversado El juicio a Pascual Pichún y cómo se empaña la poesía de Neruda con la actual administración de Juan Agustín Figueroa. En calidad de poeta mapuche, ¿qué opinión tienes del ideólogo de la Ley Antiterrorista y su Fundación Neruda?
RM.-Me parece lamentable primero porque valoro el trabajo de Neruda y estoy segura que no apoyaría esta administración tan capitalista y manipuladora. Con toda la conciencia del mundo indígena, social y política que tenía Neruda jamás hubiese involucrado y comprometido su obra con una administración que atenta contra el patrimonio territorial y cultural de nuestro pueblo. Es impensable que alguien que cree saber mucho de cultura se dedique a comprar y a usurpar, en todo el sentido de la palabra, territorios ancestrales, teniendo el conocimiento de esto porque no estamos hablando de personas inocentes. Más grave aún es que no conforme con esto se dedique a perseguir y enjuiciar a un Lonko -y con esto a una comunidad completa- de acuerdo a sus leyes.
«La verdad es que es incomprensible e imperdonable, es una humillación a nuestro pueblo; y esa era su intención mostrar por todos los medios de la mentira lo terroristas que son los mapuche. Aplicar una Ley Antiterrorista injusta propia de la dictadura con la que se supone no estuvo de acuerdo, sin embargo, los medios represores son los mismos. La dictadura se acabó para los chilenos, pero no para los mapuches. El señor Juan Agustín Figueroa es uno de los responsables de la tergiversación de nuestra imagen, de que la mitad de los chilenos piensen que somos una molestia, unos delincuentes. Por supuesto, la Fundación Neruda es un escudo, pues no creo que el señor Figueroa haya leído el Canto General (1950); y si lo hizo, entonces no lo comprendió. Nosotros como pueblo no necesitamos de la Fundación Neruda.
«Y no es una opinión que vaya contra los galardonados, se sabe que estas cosas se aceptan por necesidad. Se ha dicho mucho sobre Jaime Huenún por haber aceptado el «Premio Neruda 2003″ pero poco se ha indagado en su discurso y en su poética, que nada tienen que ver con Figueroa. Me alegra que alguien con la conciencia indígena que él tiene haya sido merecedor de este premio. Lo que no me satisface son las personas que no tienen idea de quién reciben el premio, ni cuál es el problema indígena en Chile. Personas que no son capaces de crear un discurso que se contraponga al aparato ideológico que sostiene la Fundación Neruda».