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La difícil apuesta por la paz

Fuentes: Punto Final

La participación de la sociedad es una condición necesaria para avanzar en la construcción de la anhelada paz en el país, señala el Congreso de los Pueblos de Colombia. Pareciera que el diálogo entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se encuentran […]

La participación de la sociedad es una condición necesaria para avanzar en la construcción de la anhelada paz en el país, señala el Congreso de los Pueblos de Colombia. Pareciera que el diálogo entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se encuentran en una fase decisiva.

Fabián Barreto, joven colombiano residente en Chile, es vocero del Congreso de los Pueblos, organización con Capítulos en varios países latinoamericanos y europeos. «Hace un año construimos la propuesta en el Capítulo Chile, y en ese caminar nos hemos encontrado con distintas organizaciones territoriales, sindicales y estudiantiles, como Ukamau, la Confederación de Pequeños Productores Campesinos, Modatima, Igualdad, Izquierda Libertaria, el Movimiento de Pobladores en Lucha, entre otras, y con organizaciones territoriales más pequeñas: en la Villa Francia, Peñalolén, trabajadores de Valdivia, pescadores artesanales o comunidades mapuches. Por dificultades para desplazarnos por Chile nos hemos relacionado más con organizaciones de Santiago, con quienes hemos fortalecido lazos de solidaridad y hermandad», dice Fabián Barreto a Punto Final .

La población migrante colombiana es cada vez mayor en el norte y centro de Chile: «Son los desplazados por el modelo económico que impera en Colombia, que no da la posibilidad de que la gente tenga condiciones de vida dignas. No tienen empleo ni acceso a vivienda digna, entonces emigran para mejorar sus condiciones de vida. Muchos colombianos vienen desplazados por el conflicto social, político y armado… Es una de las líneas de trabajo del Congreso de los Pueblos: la diáspora colombiana».

Según el Congreso de los Pueblos de Colombia para «dar un salto en este proceso particular se requiere de la participación de la sociedad, que ha mostrado ser un elemento eficaz para destrabar momentos de la negociación. Se evidenció en el tratamiento de los derechos de las víctimas, donde su participación directa ha sido determinante para encontrar alternativas de justicia, verdad, reparación y no repetición, tal como reconocen las FARC-EP y el gobierno». Para subsanar esa necesidad de participación, varios actores políticos han señalado la necesidad de una Asamblea Constituyente que aborde esas temáticas. «Por otra parte, la proximidad de la instalación de una Mesa de Diálogo entre el gobierno y el ELN exige un nuevo impulso a la participación social y ciudadana. El ELN ha insistido en que la vinculación de la sociedad como sujeto activo en el proceso es un componente facilitador de los diálogos directos con el gobierno», dice Barreto, quien es estudiante de la Universidad de Santiago.

Tras la instalación del Congreso de los Pueblos en Colombia, uno de los puntos que se debatieron fue el hermanamiento con las luchas de América Latina: «Entendemos que en América Latina se están dando también procesos similares a los de Colombia: movimientos sociales y populares que están luchando por una vida digna y por la construcción de una sociedad más justa. Desde ahí es donde surge el eje de fortalecimiento internacional, de solidaridad entre los pueblos». A partir de 2013, en el Congreso Nacional para la Paz, determinaron que esa estrategia tenía que materializarse e iniciaron la construcción de Capítulos nacionales. «Aquí en Chile está conformado por colombianos y colombianas migrantes y organizaciones hermanas chilenas. Fundamentalmente, el objetivo del Capítulo Chile es buscar la solidaridad del movimiento social y popular chileno con el proceso que vive Colombia -la persecución a sus líderes sociales, la solución política al conflicto social, político y armado-, pero también disponernos desde la experiencia que tenemos a la construcción de un movimiento político y social donde compartir esas experiencias con las organizaciones chilenas entendiendo sus dinámicas propias».

Fabián Barreto agrega que una iniciativa en Chile es conformar una Casa de los Pueblos o embajada popular. «Un espacio donde podamos hacer ese ejercicio de solidaridad real, concreta, gestionar intercambios con organizaciones colombianas y que compañeros chilenos puedan viajar a conocer nuestras experiencias y que compañeros de Colombia vengan a conocer el movimiento social y popular chileno. Una casa de acogida, pero también proyectándola como un centro de documentación de las luchas de los pueblos. El Capítulo Chile está aún en construcción, y hay otros en Argentina, Venezuela, Ecuador y próximamente Bolivia y Cuba».

 

EXPERIENCIAS DE LUCHA

¿Cómo se inició el Congreso de los Pueblos en Colombia?

«Se conformó como movimiento social y político en 2010, pero es resultado de esfuerzos de décadas. Se articularon muchas organizaciones a nivel sectorial, territorial, de mujeres, de jóvenes, de derechos humanos, indígenas, campesinas… Es un proceso que sigue en construcción. No somos el único movimiento social y político en Colombia, pero estamos convencidos que la movilización y unidad de los pueblos campesinos, indígenas y populares es el camino para avanzar en una propuesta de país incluyente y diverso».

El Congreso de los Pueblos tiene varios ejes temáticos: -Tierra, territorio y soberanía, que da cuenta de la construcción territorial y regional que las comunidades realizan a diario, en una apuesta de autonomía y autodeterminación; -Economía para la vida y contra la legislación del despojo, enfrentando un modelo de producción en el cual el despojo y la desigualdad son la regla general. Proponen otra lógica económica protagonizada por la gente en convivencia con la naturaleza; -Construyendo poder para el Buen Vivir, que es la política y dinámica del poder entendidos como proceso y como medio para liberar las potencialidades de la vida social y natural que permita recuperar su integralidad y su armonía; -Cultura, diversidad y ética de lo común, dando cuenta de las múltiples maneras en las que se construye vida en común, pensando un país diverso; -Vida, justicia y caminos para la paz, que da cuenta de que es imposible construir un país para todos y todas sin hacer una apuesta por la paz y la justicia, donde la esencia del conflicto la constituye el desequilibrio social y natural que el modelo dominante ha producido; -Violación de derechos y acuerdos incumplidos, pues los gobiernos han traicionado, tergiversado, roto e irrespetado los acuerdos con las organizaciones populares, y sus derechos han sido sistemáticamente violados y desconocidos; e -Integración de los pueblos y globalización de las luchas, pues Colombia no es una frontera limitante. En América Latina y el mundo entero los pueblos vienen manejando otras visiones del mundo y de relacionamiento internacional.

¿Qué pasa en Colombia?

«Lo que más suena es la Mesa de Diálogo entre la FARC-EP y el gobierno. Como Congreso de los Pueblos saludamos y respaldamos esa apuesta y creemos que es un gran paso para la construcción de la paz. Pero también vemos que la agenda de lo que se discute queda algo corta en términos de lograr transformaciones reales, básicamente porque la sociedad no está representada como actor. Somos críticos en cuanto a que la participación de la sociedad debe ser elemento fundamental para que se dé la paz en Colombia. Por eso hacemos el llamado a que se vincule a los otros actores armados, como el ELN y el Ejército Popular de Liberación (EPL). Así el proceso de paz será aún mayor. Para nosotros la construcción de la paz pasa por la participación de la sociedad civil, del movimiento social y popular».

 

ASESINATOS Y CRIMINALIZACION  

Se informa de indígenas, trabajadores, dirigentes sociales y ex guerrilleros asesinados en Colombia…

«Sí. Carlos Pedraza, líder social, fue asesinado en una zona de influencia paramilitar. Daniel Abril, campesino, defensor del medioambiente, fue asesinado el 13 de noviembre. Sufrió persecución constante: un intento de desaparición forzada por la policía y fue enjuiciado injustamente. Y a esto se agrega el asesinato, el 19 de noviembre a manos del ejército de Miller Bermeo, otro líder campesino… Reprimen y asesinan mientras el gobierno profundiza políticas de saqueo y despojo. Además, el paramilitarismo sigue. Ahora disfrazado de ‘bandas criminales’. Sabemos que es una estrategia del Estado. A través de masacres de líderes de procesos sociales que hacen resistencia al modelo extractivista, es que las multinacionales se instalan en los territorios. Lo que hacen el paramilitarismo y el Estado es sacar del camino a esos líderes y lideresas para que les quede el camino más fácil. No solo nuestra organización tiene muertos. El informe de Los Nadies, del Programa Somos Defensores, establece cómo se ha asesinado a líderes y defensores de los derechos humanos. Uno esperaría que por los acuerdos que se están dando en La Habana fuera otra la respuesta del gobierno para construir una sociedad en paz, pero no es así».

Revista Punto Final – Chile