«La colectividad espera conseguir diez alcaldías y unos 130 concejales a los largo del país. Además, confían en promediar un sufragio de 390 mil votos», subtitulaba el artículo «PC y el desafío de las Municipales» del diario El Siglo (26 de julio de 2016), en entrevista a Pablo Monje, encargado electoral de este partido. Los […]
«La colectividad espera conseguir diez alcaldías y unos 130 concejales a los largo del país. Además, confían en promediar un sufragio de 390 mil votos», subtitulaba el artículo «PC y el desafío de las Municipales» del diario El Siglo (26 de julio de 2016), en entrevista a Pablo Monje, encargado electoral de este partido.
Los resultados adversos de las elecciones del 23 de octubre, aterrizaron las expectativas, luego que la lista del PC más independientes alcanzó a nivel de concejales 247.500 votos, muy lejos de los 342.000 de las elecciones del 2012, una diferencia de menos 94.500 votos y muy lejos de los 390.000 votos proyectados previamente.
Estos resultados apenas alcanzaron para elegir 81 concejales, muy lejos de los 105 que se tenían y mucho más lejos aún de la proyección esperada de 130 concejales, considerando además que estas cifras representan a la lista completa, sumando a comunistas e independientes.
¿Y qué sucede con el voto comunista? Si se observa la adhesión de quienes decidieron «votar por un comunista», esto es, respaldando directamente el mensaje y las propuestas del partido, se registra una baja importante desde que el partido se integró a la Nueva Mayoría, considerando las municipales de los años 2004, 2008, 2012 y 2016, teniendo presente que tanto el 2004 como 2008, el PC formó parte del pacto Juntos Podemos Más.
Municipales a Concejal
2004 votación PC 299.086 votos (Juntos Podemos Más)
2008 votación PC 305.990 votos (Juntos Podemos Más)
2012 votación PC 281.343 votos
2016 votación PC 208.000 votos
El análisis refleja que, a pesar que en los últimos 8 años el padrón electoral ha crecido en forma sustantiva con la incorporación de más de 4 millones de electores, al hacerse efectiva la inscripción automática, no se ha podido conseguir que nuevos electores entreguen su preferencia a los candidatos comunistas. Muy por el contrario, cada día son menos los votantes para el PC, perdiendo 100.000 votos en ocho años.
También se dan casos por lo menos que «extraños», como en Ñuñoa, donde la compañera Alejandra Placencia Cabello fue inscrita como «independiente», igual que en las elecciones del 2012. Logró salir electa, pero ¿no es acaso engañar a los habitantes de Ñuñoa haberla inscrito como independiente, siendo militante del PC? Una estrategia éticamente reprochable, que es permanentemente utilizada por los candidatos del duopolio. (http://nunorktimes.cl/2015/12/11/la-entrevista-de-la-semana-alejandra-placencia-pc-concejal-por-nunoa-todos-queremos-que-la-dc-participe/)
Según el SERVEL, el Partido Comunista llevó 7 candidatos a alcaldes y eligió a 3, en estricto rigor es así, los demás son candidatos independientes apoyados por el PC, dato que también hay que tomar en cuenta, a la hora de hacer balances, a no ser que sean comunistas y fueron inscritos como independientes, como fue en concejales en Ñuñoa.
Las explicaciones al respecto son muchas, la abstención, los casos de corrupción que han golpeado a la clase política en general y de las cuales el PC, sin estar involucrado en estas repudiables prácticas,-financiamiento ilegal por parte de empresas, tanto a la Derecha como a la Nueva Mayoría- igual aparentemente se percibe y con razón por la ciudadanía como parte de ella, habido el viejo dicho de «dime con quién andas y te diré quién eres». Cabe preguntarse también si el caso Universidad Arcis, -que aún no está aclarado-, también ayudó a esta percepción de vincular al PC con casos de financiamiento irregular en que está inmersa la «clase política».
Tampoco ayudó a mantener la votación del 2012, el hecho de tener seis diputados comunistas, por ejemplo en la IV Región de Coquimbo donde es diputado el compañero Daniel Núñez, (que gracias al sistema binominal, salió electo con apenas el 13,36%), en elección de concejales el PC de 15.500 votos en el 2012, se bajó a 10.000 este 2016.
Revelador es el caso de la comuna de Pedro Aguirre Cerda en la votación de alcalde, siendo el distrito donde es diputado el presidente del PC Guillermo Teillier, resultó derrotada la compañera Claudina Núñez. En este caso, también se produce el fenómeno que se da en las votaciones de concejales, donde a pesar del aumento del padrón electoral en más de 4 millones de votantes, la votación es decreciente en el tiempo.
Elección de alcalde Comuna Pedro Aguirre Cerda
2008 Claudina Núñez Juntos Podemos Más (pacto por omisión con la Concertación) 25.786 votos (electa)
2012 Claudina Núñez (Por un Chile justo) 18.548 votos (electa)
2016 Claudina Núñez (Nueva Mayoría) 8.663 votos (no electa)
Hay un aspecto -de tantos otros- que quizás haga la diferencia para entender esta baja sostenida de la votación del PC y son las condiciones en que está el PC en cuanto a sus capacidades orgánicas y de trabajo de sus militantes y la forma en que se relacionan con sus organismos superiores.
Al preguntar a una compañera militante de base del comunal Pedro Aguirre Cerda, el por qué perdió Claudina Núñez, su respuesta fue:
«Porque el Partido abandonó a los militantes, aquí en la comuna ya no funcionan las células, en la primera campaña de Claudina éramos las células los motorcitos en los barrios y en la calle, que empujábamos su campaña. Hace mucho tiempo que no nos visitan, años en algunos casos y usted sabe que los comunistas somos de «piel», nos gusta conversar, ver a nuestros dirigentes, nos dicen «lean El Siglo», «entren a Internet». La gestión de Claudina fue buena, mejoramos nuestra calidad de vida, pero abandonamos a las masas y ahí está el resultado».
Este testimonio permite entender en parte este revés electoral y nos hace preguntarnos ¿Cómo está funcionando el Partido? Porque hay un fenómeno que se arrastra desde hace muchos años, digamos desde que se volvió a la democracia, salimos de la clandestinidad con comités comunales fuertes, con 10 a 12 células funcionando en algunos casos, y hoy muchos languidecen, y tenemos en la práctica algunos comunales en que, con mucho, hay dos o tres células en realidad funcionando.
Las llamadas redes sociales jamás van a reemplazar el contacto personal de los dirigentes con sus bases, el whatsapp, el email, y otros medios digitales, son un arma de doble filo, nos apoltronan, nos burocratizan, ¿necesitamos una reunión de encargados de organización de célula? Pues hacemos un grupo whatsapp y le citamos al local o mejor tratamos los temas por el mismo sistema o por email o Facebook. Al compañero Luis Corvalán le preguntaron una vez en un congreso en Uruguay -lo cuenta en sus memorias- que hacía el PC chileno para tener el éxito en esos años con el trabajo entre los campesinos y él contestó «muy simple, yendo al campo». Ese es el punto, hay que ir a campo, todas las veces que sea necesario.
La educación política de los militantes y cuadros dirigentes a nivel de base que es tan necesaria, a veces puede «asustar» a las direcciones superiores, porque educación significa tener militantes con criterio y con opinión propia, no bastaría para ellos, que los mandaran a leer El Siglo o informarse en Internet y conformarse con la «cuenta» que baja la dirección central.
Se da la paradoja que en la época de lucha contra la dictadura, habían muchos más comunistas militando, a pesar que lo menos que uno arriesgaba era la vida. Pareciese que a las células actualmente no se les da la importancia debida. ¿Acaso hay en la actualidad más comunistas fuera del Partido que adentro?, con el agravante que la inmensa mayoría de ellos son cuadros probados en mil batallas y que desarrollan en forma «particular» o integrados a otras organizaciones sociales su trabajo político, actividades que perfectamente las podrían hacer en el Partido si estuvieran militando. Hay una masa crítica de comunistas al margen del Partido, que se sepa, nunca se ha hecho una sincera campaña para tratar de que regresen al Partido. La actual campaña de reinscripción y nuevos militantes, ¿considera como una necesidad especial tratar de que «vuelvan» al partido los cuadros que están fuera?, pero, ¿le interesa a la Dirección Central que esto ocurra?
En plena campaña por el plebiscito el año 1988, la dirección del Comunal Fresia (Pudahuel), recibió un pedido muy especial, designar una célula que reuniera ciertas características, especialmente de seguridad -recordemos que estábamos en clandestinidad-, para la militancia de un compañero de la dirección central. El encargado orgánico del comunal, estuvo a cargo de asegurar una casa para que llegara el compañero indicado y desde ahí llevarlo a la reunión de célula, las que se realizaban cada 15 o 20 días, así fue como los compañeros de la célula de la población Luis Beltrán, conocieron al compañero «Roberto», quién era el querido compañero Gaspar Díaz, padre de Lenin Díaz (detenido desaparecido). Recuerdo esto porque es un ejemplo de la importancia que los «viejos» cuadros del Partido le daban a estar militando y en contacto con las bases partidarias.
Sería interesante saber cuántos compañeros del Comité Central y de la Dirección Central, de comisiones nacionales, de direcciones regionales y comunales, los parlamentarios y dirigentes sociales comunistas, militan regularmente y asisten a reunión de célula. Esta exigencia no solo cumple con que ellos estén en contacto con los militantes, sino, que lo más importante el militante de base reciba la experiencia de trabajo y política del dirigente, una buena forma de educar a la base partidaria.
Buscando una explicación a esto, nos encontramos con el Informe del XV Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Chile (3 y 4 de marzo de 2006). Publicado como separata de El Siglo del 10 de marzo de 2006, en la parte Hacia un Partido de masas nos encontramos con el siguiente párrafo:
«¿Qué es un Partido de masas? Un Partido cuya línea política se propone realizar transformaciones en beneficio del pueblo, haciendo avanzar el país hacia la democracia real y la justicia social. Un Partido vinculado a la lucha social, al proceso de organización popular, inmerso en los problemas de la gente, elaborando plataformas locales, luchando por avanzar hoy en la solución de los problemas, conversando y recorriendo permanentemente las poblaciones. Un Partido con menos formalidad orgánica, con más carácter de movimiento, potenciando todos los afluentes de incorporación de nuevos militantes: las JJ.CC, la Corriente Sindical Clasista, Cultura en Movimiento, la Fundación Gladys Marín, el ICAL, etc.»
Más adelante agrega:
«El crecimiento del Partido podría ser a modo de catarata pero lo hacemos como goteo. Debemos avanzar hacia un nuevo concepto de militante. Hay que crecer sin formalidades, audazmente. Con asambleas de comunistas que tengan un accionar atractivo, cultural, educador. Impulsando conversaciones de dirigentes del Partido con la gente en barrios y poblaciones. Lo importante es que cada actividad esté en vinculación con la gente y sus problemas.»
Como se puede entender lo planteado en el informe al Pleno, sino es, el terminar con la organización leninista del Partido, este «peculiar» concepto de Partido aparentemente ha sido poco a poco asimilado como válido, leer artículo de Iván Ljubetic, http://www.luisemiliorecabarren.cl/?q=node/3565 incentivar «asambleas de comunistas», «menos formalidad orgánica» y «más carácter de movimiento», es un despropósito, impensado para un Partido como el Comunista.
Otro aspecto a considerar y que nadie pareciese tomar en cuenta es que se perdió una característica que se tenía en el Partido desde siempre y que era «hacer todo los esfuerzos posibles por mantener en la orgánica a un compañero(a) cuando por alguna razón dejaba de participar y o sencillamente se iba del Partido. Miles de veces escuchamos a nuestros «viejos» dirigentes sentenciar, «cuando un comunista abandona el Partido, es una derrota para nosotros», pareciese que ahora se siente «alivio» cuando algún militante que es percibido como muy crítico o «contestatario», decide abandonar al Partido.
Otro aspecto a analizar es el impacto que ha tenido el hecho de ser parte de la Nueva Mayoría, que si bien es cierto ha sido un logro relativo en cuanto a elección de parlamentarios, Cores, alcaldes y concejales, -al principio-, por otro lado ha significado un alejamiento del pueblo, de la tan necesaria relación con las masas, campo natural donde históricamente ha estado y desarrollaba su labor política el PC.
El movimiento «No más AFP», es un ejemplo de ello, el triunfo de Jorge Scharp como alcalde de Valparaíso es otro ejemplo, otros dirigentes y otros movimientos políticos o sociales se abren paso en la lucha social y los comunistas se van quedando atrás y ya sabemos que el que marcha atrás «sólo come polvo».
El intento de recuperar la FECH nuevamente fue un fracaso, la compañera de la JJ.CC en la FECH no logra ser elegida presidente, sale tercera y se pierde la vicepresidencia que se tenía, y algo interesante, sale en segundo lugar la lista Pan y Rosas, compuesta solo por mujeres, nuevos tiempos, nuevos vientos surgen en el movimiento social.
La impactante derrota de Jaime Gajardo y porque no decirlo también de Bárbara Figueroa en las elecciones del Colegio de Profesores, y el argumento falaz que busca explicar este fracaso en un «anticomunismo» extendido entre los docentes, es otra muestra más de los problemas actuales. Anticomunismo hay desde que Marx escribió el manifiesto comunista en 1848, -es más cómodo el victimizarse al parecer- , las declaraciones de Jaime Gajardo acusando de una «campaña planificada para separar al Partido Comunista de las organizaciones sociales«, no se hace cargo del fondo del asunto. En el 8° y definitivo cómputo oficial del Colegio de Profesores sobre la totalidad de los votos (24.645), los resultados son: Mario Aguilar 8.783 votos, Jaime Gajardo 1.302 votos y Bárbara Figueroa 847 votos y en votos por lista, la lista C (Mario Aguilar) ganadora con 16.669 votos y un 67,63 % y la lista E (Jaime Gajardo), logró 4.020 votos y un 16,3 %. En resumen un resultado desolador de 24.645 profesores que votaron a nivel nacional sólo 1.342 lo hicieron por Jaime Gajardo y 842 profesores por Bárbara Figueroa. Frente a esta verdadera paliza, hay muchas más razones plausibles que el «anticomunismo» para que se dieran estos resultados, que deben ser abordadas urgentemente. La tesis de un pie en los movimientos sociales y el otro en el Gobierno, se ha ido al traste a la luz de los acontecimientos recientes.
Recuerdo a un entrevistado que en la prensa de hace algunos años decía, «ya los pobres no votan por los comunistas», preguntémonos si somos en realidad, ¿»la vanguardia del proletariado»?, la última y patética elección en la CUT, dejo al desnudo las graves anomalías y digamos francamente los «chanchullos» que hubo, y la guinda de la torta fue que los que se comprometen supuestamente en un plazo «lo más breve posible», que se realizarán nuevos comicios, con un nuevo padrón electoral, son los mismos que produjeron el desaguisado, Bárbara Figueroa, Arturo Martínez y Nolberto Díaz, entre otros, – ellos tenían la responsabilidad de hacer bien las cosas y no las hicieron- lo razonable hubiera sido haber dado un paso al costado y nombrar una directiva provisoria, sin la presencia de ellos, que llevara a cabo esta tarea de dirigir este período de «transición». ¿Tienen legitimidad para representar a los trabajadores estos dirigentes? Como dice el dicho popular: «se puso al gato a cuidar la carnicería».
Soy un río. Si escuchas pausadamente bajo los salares de Antofagasta, o bien al sur, de Osorno o hacia la cordillera, en Melipilla, o en Temuco, en la noche de astros mojados y laurel sonoro, pones sobre la tierra tus oídos, escucharás que corro sumergido, cantando.
Así se definía Neruda en su poema «Cuando de Chile», parafraseando al poeta, podríamos decir que el Partido Comunista es como un río, corre desde Arica a Punta Arenas, y de cordillera a mar, durante toda su historia ha sido así, sus afluentes naturales son los obreros, los campesinos, los estudiantes, los intelectuales, en resumen el pueblo de Chile, pero sus aguas fueron desviadas de su cauce natural, que era y debe ser la izquierda y lamentablemente cada día va quedando menos «agua» en nuestro cauce.
Hay algo que va quedando claro, el espacio que dejo el PC en la izquierda al irse a la Nueva Mayoría, empieza a ser llenado por otras fuerzas políticas que son percibidas por la gente como más cercanas a sus intereses, se empieza a instalar la idea que la vieja Concertación y hoy Nueva Mayoría, acepto al PC porque necesitaba los votos comunistas para elegir a Michelle Bachelet, 300 mil votos era un bocado demasiado exquisito para dejarlo en la izquierda, fue una jugada maestra, que de paso puso fin al Juntos Podemos Más,»sin disparar un tiro» los peones del imperialismo enquistados en los Partidos lograron separar al PC de su lugar natural de lucha , cuál era estar junto a los trabajadores y al pueblo. Los últimos acontecimientos pareciese así indicarlo y ahora con sólo 200 mil votos, ya no les resulta tan atractivo a los Nueva Mayoría tener al PC en sus filas.
En la próxima elección parlamentaria con el nuevo sistema electoral, los actuales parlamentarios del Partido corren serio riesgo de no ser reelectos. Por ello, se plantea como estrategia seguir obviamente en la Nueva Mayoría y con una lista única parlamentaria. Es la única posibilidad de salvar la estantería que se viene abajo.
Si es que hay primarias presidenciales en la Nueva Mayoría,-como parece ser-, lo más seguro es que se presente un candidato propio del Partido, que sabemos no será el que resulte vencedor al final del día, pero cumplirá el papel de hacer posible «disciplinar a la militancia», respecto a apoyar al elegido, sobre todo si es Ricardo Lagos, con el argumento de «compañeros nosotros honramos nuestros compromisos, si participamos en las primarias, sabíamos que quizás nuestro candidato no sería el nominado, ahora debemos asumir y apoyar el que sea elegido«, a no ser que se llegue a la primaria dando el apoyo a un candidato no comunista.
Si recordamos las palabras del compañero Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973, «Superarán otros hombres este momento gris y amargo», pareciese que sí van a ser otros y así como están las cosas, los comunistas quizás no seremos.
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