La documentalista Elena Varela, que el 5 de junio -defendida por el ex juez Juan Guzmán- enfrentará en Rancagua un juicio oral en el que la fiscalía pide para ella quince años de prisión, ha escrito una carta pública a la Presidenta Michele Bachelet. La presidenta recibirá la carta de manos de Carolina Tohá, luego […]
La documentalista Elena Varela, que el 5 de junio -defendida por el ex juez Juan Guzmán- enfrentará en Rancagua un juicio oral en el que la fiscalía pide para ella quince años de prisión, ha escrito una carta pública a la Presidenta Michele Bachelet. La presidenta recibirá la carta de manos de Carolina Tohá, luego de la entrevista que la cineasta sostendrá el viernes 29 de mayo, a las cuatro de la tarde, con la vocera de gobierno.
Luego de describir las características de su trabajo de registro de la lucha de las comunidades mapuche por la tierra, Elena Varela informa a la Presidenta de las dramáticas circunstancias de su detención, ocurrida el 7 de mayo de 2008 y las condiciones en que vivió en la Cárcel de Alta Seguridad. La realizadora le solicita recordar los horrores vividos en su paso por la cárcel en dictadura y afirma que ha vivido la crueldad de su gobierno democrático:
«Estimada presidenta estoy acusada y enfrento una posible condena a quince años de cárcel por pensar así. Y aún no creo que esto esté sucediendo en la realidad de Chile actual. Luego de mi detención viví la fría y oscura cárcel injustamente, en un lugar de sacrificio del espíritu humano, lugar donde van a dar las penas más grandes de nuestra sociedad y habita la tristeza, la soledad y el nadaísmo. Así como seguramente usted vivió los horrores de la cárcel y de la tortura en dictadura, aun hoy día en democracia, le cuento con mucho respeto, que en la cárcel, los presos caminan sin vida. Aunque algunos presos merezcan un lugar oscuro, nada evoluciona en ellos, es solo basurero para la humanidad. Así se vive la cárcel. Qué injusticia es entonces el encarcelamiento para quienes luchan por sus derechos, para quienes piensan distinto y tienen la conciencia social más arriba que el resto o son de otra raza y pertenecen a otros pueblos en busca de su dignidad.
He vivido la crueldad de su gobierno democrático, he vivido la persecución y la soberbia de quienes juzgan y encarcelan arbitrariamente. Estoy escribiendo una carta a usted gracias a la lucha por la verdad y la libertad de expresión que realizaron mis colegas y porqué no decirlo, mis compañeros.»
Relata más adelante el violento cambio experimentado en su vida a partir de la detención: «No me han dejado trabajar en la película ya que debo permanecer tres semanas en Santiago y una sola en el sur. No he podido vivir en mi propia casa y hoy día vivo en casa de familiares. No he podido realizar mi labor de madre, me ha resultado difícil explicarle a mi hija, que sufre la misma «condena» sin comprender cómo su madre, de documentalista y de trabajar con la comunidad del sur de Chile, ha aparecido en los diarios como delincuente y como terrorista. No tengo donde estar, pero no me han vencido y no me vencerá el terror. Tengo mi voz para decir lo que pienso y lo que siento y a mis compañeros que reclaman los derechos a una vida justa y el derecho de vivir en paz.»
Finalmente, concluye pidiendo a Michelle Bachelet que intervenga para que haya justicia. «Querida Presidenta, en nombre de cualquier valor superior al poder que le sostiene, le pido medite y ponga su mano justa. Porque si hay un valor que tienen los presidentes que luchan por una sociedad justa es el respeto a los derechos humanos y la magia de una sociedad mejor, con valores como la libertad de expresión, la igualdad, el reconocimiento a nuestros pueblos indígenas, el respeto a la creación. Es por estos valores que siendo yo una simple mujer armada de una cámara, con una batuta y acompañada de su hija se fue al sur, hoy estoy siendo acusada y enfrento la prisión. ¿Hasta donde llega el poder opresor?, ¿Hasta cuando puedo decir la verdad sin que me encarcelen?»
A continuación el texto completo de la carta:
27 de mayo de 2009
Sra.
Michelle Bachelet
Presidenta de la República de Chile
Presente
Estimada Señora:
Junto con saludarla, me dirijo a usted con mucho respeto, pero también con urgencia. Soy Elena Varela, Documentalista y Licenciada en Música, actualmente presa política, con medidas cautelares de reclusión domiciliaria nocturna y con arraigo nacional. Fui detenida el 07 mayo del año 2008 en circunstancias en que realizaba una película financiada por el Fondo de la Cultura y las Artes, el documental: «NEWEN MAPUCHE», que relataba los procesos de lucha social de las comunidades de Arauco Malleco. Mi trabajo de investigación partió el año 2004, cuando después de una beca de estudio en Alemania me enteré de la realidad que vivían dichas comunidades. Ese año decidí investigar en campo lo que ocurre y tomé mi cámara para registrar las realidades por las que atraviesan las comunidades en resistencia del Pueblo Mapuche que vive en el corazón de nuestro territorio. A la fecha llevaba filmados cinco años de trabajo. Con parte de ese material de archivo histórico se construiría la historia de un conflicto y se daría a conocer las razones de dirigentes y comunidades mapuche para realizar su lucha. Así también, como todos los documentales, se darían a conocer las políticas del gobierno, instrumentos legales ocupados en los años de democracia, me refiero a la ley antiterrorista, las razones de su uso y sus repercusiones en la sociedad en general, la prisión política racial. Desde esos años los sistemas de seguridad comienzan a investigar mis pasos así como los de muchos mapuches o gente que de una y otra forma ha interactuado para apoyar esta lucha. De manera que desde el punto de vista profesional he sido testigo de los procesos injustos de muchos mapuche en el sur, Desde la perspectiva humana me duele el alma- » ver para creer»-. Ahora soy una de ellos, acusada como delincuente de haber asaltado dos bancos para entregar el dinero recaudado al MIR. Como usted sabe el MIR ya no existe como organización, así como tampoco Miguel Enríquez. No soy analfabeta de la historia, menos delincuente.
Por otro lado realizaba un documental sobre el Complejo Maderero Panguipulli, también rescatando la historia social y política de la zona, incluidos sus actores como el comandante Pepe (José Gregorio Liendo), así como la persecución, desaparición y ejecución de muerte de muchos luchadores de esa época. También La «operación retorno», su aniquilamiento y sus proyecciones hasta estos días. Ese proyecto ganó el Fondo de Fomento para la Industria de cine el año 2006, de donde se ha escrito una investigación y guión de esta historia. Ambos proyectos han sido años de trabajo y esfuerzo.
Las personas no identificadas que allanaron mi casa -productora, se llevaron todo este trabajo en cintas y discos duros, maletas de artes con material de utilería para las filmaciones, latas de películas, etc. Hasta ahora no me han devuelto todo el material filmado.
A partir de la maleta de artes, en donde se encontraban lienzos del MCR (movimiento campesino revolucionario), banderas de MIR (Movimiento de izquierda Revolucionaria)y vestimentas militares que fueron ocupada en escenas de la película antes mencionada: «LOS SUEÑOS DEL COMANDANTE», levantaron una historia en la cual: «yo, habría ocupado estas vestimentas para el uso de la formación e instrucción militar y que desde allí planificaría los asaltos y a la vez seria chofer operativo y pertenecería a una célula mirista. Ese día me encerraron en un auto con vidrios oscuros mientras robaron las cintas y todo lo que pudieron. Luego me maniataron, me amenazaron con mi hija y con mi vida y me llevaron por la orilla del Lago Calafquen a Panguipulli solo diciéndome que debía entregar las armas que guardaba en los instrumentos de la Orquesta Sinfónica de niños que dirigía. Fueron órdenes superiores según supe después, de jueces y fiscales. Los malos tratos y la tortura sicológica no me calzaban en su gobierno. Sé que usted lo vivió en su momento. También sé que usted fue una mujer comprometida con la historia así fue que llegó a la presidencia».
Desde niña he llevado en mi memoria los tristes momentos de la dictadura y las mágicas palabras de Salvador Allende, su lucha y su respeto por el pueblo. De allí que quiero un país donde pase el hombre libre para reconstruir nuestra historia. Eso es para nosotros los chilenos y para nuestro respetado pueblo hermano Mapuche que sufre el atropello y que no tendrá dignidad hasta el día en el que se respeten sus derechos.
Estimada presidenta estoy acusada y enfrento una posible condena a quince años de cárcel por pensar así. Y aún no creo que esto esté sucediendo en la realidad de Chile actual. Luego de mi detención viví la fría y oscura cárcel injustamente, lugar de sacrificio del espíritu humano, lugar donde van a dar las penas más grandes de nuestra sociedad. La tristeza, la soledad y el nadaísmo. Así como seguramente usted vivió los horrores de la cárcel y de la tortura en dictadura. Aun hoy día en democracia, le cuento con mucho respeto, que en la cárcel, los presos caminan sin vida. Aunque algunos presos merezcan un lugar oscuro, nada evoluciona en ellos, es solo basurero para la humanidad. Así se vive la cárcel. Qué injusticia es entonces el encarcelamiento para quienes luchan por sus derechos, para quienes piensan distinto y tienen la conciencia social más arriba que el resto o son de otra raza y pertenecen a otros pueblos en busca de su dignidad.
He vivido la crueldad de su gobierno democrático, he vivido la persecución y la soberbia de quienes juzgan y encarcelan arbitrariamente. Estoy escribiendo una carta a usted gracias a la lucha por la verdad y la libertad de expresión que realizaron mis colegas y porqué no decirlo, mis compañeros.
No me han dejado trabajar en la película ya que debo permanecer tres semanas en Santiago y una sola en el sur. No he podido vivir en mi propia casa y hoy día vivo en casa de familiares. No he podido realizar mi labor de madre, me ha resultado difícil explicarle a mi hija, que sufre la misma «condena» sin comprender cómo su madre, de documentalista y de trabajar con la comunidad del sur de Chile, ha aparecido en los diarios como delincuente y como terrorista. No tengo donde estar, pero no me han vencido y no me vencerá el terror. Tengo mi voz para decir lo que pienso y lo que siento y a mis compañeros que reclaman los derechos a una vida justa y el derecho de vivir en paz.
Querida Presidenta, en nombre de cualquier valor superior al poder que le sostiene, le pido medite y ponga su mano justa. Porque si hay un valor que tienen los presidentes que luchan por una sociedad justa es el respeto a los derechos humanos y la magia de una sociedad mejor, con valores como la libertad de expresión, la igualdad, el reconocimiento a nuestros pueblos indígenas, el respeto a la creación. Es por estos valores que siendo yo una simple mujer armada de una cámara, con una batuta y acompañada de su hija se fue al sur, hoy estoy siendo acusada y enfrento la prisión. ¿Hasta donde llega el poder opresor?, ¿Hasta cuando puedo decir la verdad sin que me encarcelen?
Le solicito con urgencia mi libertad, la entrega y devolución de todo mi material audiovisual para terminar ambas películas y se me permita trabajar libremente por tierra mapuche junto a mis compañeros audiovisualistas de todo el mundo. Porque somos miles los que deseamos filmar el registro de nuestra sociedad, la lucha de los pueblos de América latina y esto hace de nuestra labor una emergencia llena de pasión y una misión histórica y política para la paz.
Mi fuerza arranca de que …»más temprano que tarde se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre».., el hombre que piensa, el que escribe, el que ama, el que lucha por sus derechos, el que pide libertad. Y es por esto en nombre de lo añorado y los que han quedado en silencio o evadidos por el tiempo, le escribo.
Sin otro particular y por la libertad y la esperanza que es lo último que se pierde.
Se despide fraternalmente.
Elena Varela López
Cineasta – Documentalista
Presa Política