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La empresa dentro de la escuela

Fuentes: Público

Dos hechos importantes hacen saltar las alarmas ante los intentos, por parte del mundo empresarial y financiero, de infiltrarse en nuestras escuelas: las nuevas declaraciones de la consejera de educación sobre la «introducción del espíritu empresarial en nuestro sistema educativo» y el convenio firmado por el Departamento de Enseñanza con la fundación privada «Empieza por […]

Dos hechos importantes hacen saltar las alarmas ante los intentos, por parte del mundo empresarial y financiero, de infiltrarse en nuestras escuelas: las nuevas declaraciones de la consejera de educación sobre la «introducción del espíritu empresarial en nuestro sistema educativo» y el convenio firmado por el Departamento de Enseñanza con la fundación privada «Empieza por Educar».

Enseñanza pondrá en marcha el programa «Cataluña, escuela de emprendedores», con el cual pretende inculcar la «cultura emprendedora» en todas las etapas educativas, desde infantil hasta bachillerato y FP. Los centros de recursos pedagógicos y la red Xtec ofrecerán a los centros material elaborado por varias fundaciones empresariales y patronales para que los alumnos de infantil y de primaria conozcan unos cuántos «conceptos económicos básicos».

Parece casi un chiste que, en medio de una crisis agobiante, con un paro que no cesa de crecer, cuando las empresas, sobre todo las pequeñas y medianas, tienen que cerrar estranguladas por la carencia de crédito y la falta de clientes provocada por un aumento de la pobreza, nuestra consejera de Enseñanza proponga que las escuelas se conviertan en una «fábrica de empresarios».

Este anuncio, aparte de su dudosa eficacia, es un ataque directo a la educación. Si hay tanto de paro es evidente que no es culpa de nuestro sistema educativo que no forma personas «suficientemente emprendedoras». De hecho, es justamente todo el contrario, tenemos la generación de jóvenes más bien formada de nuestra historia, pero con menos oportunidades. Muchos y muchas de nuestros jóvenes más bien preparados tienen que marchar fuera del país para poder salir adelante. ¿Porqué queremos formar más emprendedores si los que tenemos no tienen ningún tipo de posibilidad de salir adelante? ¿Qué engaño es éste de hacer creer que por inculcar «la cultura emprendedora» sus oportunidades reales aumentarán?

Por otro lado, la educación, pagada por todos y todas, tiene la obligación de dar una formación integral y promover valores ciudadanos y capacidad crítica. No se puede transmitir a los niños y niñas una visión falsa de cómo funciona la sociedad. ¿O es que quizás todos los que van a la escuela pública tendrán la oportunidad de ser empresarios? ¿O es que vivimos en una sociedad donde la igualdad de oportunidades es una realidad? ¿A manos de quien están las grandes empresas? Y, ¿qué sociedad pensamos construir si el que enseñamos es el individualismo y la competitividad? ¿Quién hará de médico, de enfermero, de maestro, de abogado? ¿Quién defenderá los derechos de los trabajadores y trabajadoras si todo el mundo tiene que tener «mentalidad de empresario»? ¿No es esto un «adoctrinamiento» neoliberal en el sentido más literal de la palabra?

Pero la cosa no termina aquí. De manera casi clandestina, la consejera de Enseñanza ha firmado un convenio con la fundación privada «Empieza por Educar» que le permite hacerse cargo de la docencia directa en horario lectivo del alumnado de ESO «en condiciones desfavorecidas y con dificultades de aprendizaje» de los centros públicos.

El proyecto se está realizando, de momento, en 4 centros en Cataluña, sin ningún tipo de información pública, y se sigue un proceso por el cual la fundación pone dos profesionales («con un alto potencial académico y con una alta vocación de servicio e iniciativa») que ha contratado con sus propios métodos de selección, al servicio del centro a tiempo completo durante dos cursos, para impartir docencia al alumnado mencionado, generalmente de matemáticas y lengua catalana. Estos profesionales, a quienes paga el sueldo la fundación, participan en la evaluación del alumnado y hacen 24 horas de permanencia al centro, de las cuales 19 son lectivas.

Este convenio introduce la presencia en los centros de un profesorado que no cumple ninguno de los requisitos que se necesitan para impartir docencia en el sistema público y, a la vez, implica que la Administración deje de contratar a todo el profesorado necesario para atender la diversidad, se facilite la entrada de unos docentes pagados por una fundación privada y, en consecuencia, se deje al paro un personal interino y sustituto, que ya sufre unas condiciones laborales muy precarias.

Pero además, esta fundación, que se presenta a sí misma como «entidad sin afán de lucro», está directamente relacionada con la banca y la especulación financiera y no con el mundo de la educación. Presidida por Patricia Botín y avalada por el Banco de Santander, La Caixa y otras fundaciones y empresas ligadas en el mundo de las finanzas, sus ejecutivos cuentan con una gran experiencia en empresas de consulting, inversiones y productos financieros (algunos de dudosa legalidad): desde Goldman Sachs hasta Coca Cola o Microsoft.

La fundación es una filial de la multinacional «Teach for All» implantada con diferentes nombres por 13 países del mundo, desde los Estados Unidos hasta la India, pasando por América latina. En estas fundaciones participan bancos y empresas como JP Morgan, Morgan Stanley, el Deustche Bank…

Todo ello es un paso muy importante hacia la privatización de la enseñanza pública, puesto que, en lugar de contratar más profesorado para atender el alumnado con dificultades, se hace entrar » por la puerta falsa » un profesorado seleccionado y pagado por una empresa privada. Y es, también, una incipiente invasión ideológica, claramente tendenciosa, dentro de la enseñanza pública.

La enseñanza tiene que dar una visión global de los conocimientos, de la historia, de la ciencia y también de la economía, pero no un punto de vista sesgado desde una sola perspectiva empresarial, individualista y competitiva. En estos momentos de crisis y de ataque sistemático a los derechos sociales y laborales, lo más necesario es dar herramientas a nuestro alumnado, sobre todo a aquel que pertenece a familias y entornos sociales más desfavorecidos, para que puedan defenderse como trabajadores/se (que es el que serán la gran mayoría) ante los abusos de algunas patronales y ante la precariedad que les espera, aunque sea bajo la fórmula encubierta «de autónomos emprendedores».

La escuela no puede estar «al servicio de las empresas» y mucho menos las empresas tienen que dictar lo que se tiene que hacer en las escuelas. Es muy peligroso que se implanten objetivos y valores tan descaradamente al servicio de la ideología más neoliberal que es, precisamente, la que nos ha llevado a la actual crisis. Es preciso que el profesorado recupere su verdadera autoridad y eduque a nuestros niños, chicos y chicas, en un sistema de valores que los ayude a vivir con dignidad y a mejorar esta sociedad, cada vez más injusta y más desigual. Hace falta, también, que se rechace de manera contundente cualquier intento de privatizar la educación pública y por eso ahora hay que barrar el paso a esta Fundación «Empieza por Educar» y a cualquier otra que intente infiltrarse en los centros públicos, aunque sea disfrazada de «hermanitas de la caridad».

Rosa Cañadell es psicóloga y profesora de secundaria Portavoz de USTEC • STEs

Publicado en diario PUBLICO – CATALUÑA. 27 noviembre 2011

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.