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La epidemia de optimismo y los Medios de Alienación Masiva en Colombia

Fuentes: Rebelión

Estamos que reventamos de optimismo en Colombia. Las encuestas de opinión que hicieron recientemente los Medios de Alienación Masiva (MAM) sobre la imagen y favorabilidad que tiene el presidente Álvaro Uribe y sobre el manejo que le ha dado a algunos de los problemas del país, así lo indican. Un 80% de los encuestados aprueba […]

Estamos que reventamos de optimismo en Colombia. Las encuestas de opinión que hicieron recientemente los Medios de Alienación Masiva (MAM) sobre la imagen y favorabilidad que tiene el presidente Álvaro Uribe y sobre el manejo que le ha dado a algunos de los problemas del país, así lo indican. Un 80% de los encuestados aprueba la forma como el presidente está desempeñando su labor, y un 76% tiene una opinión favorable del presidente. Estas encuestas aunque se vienen haciendo hace años, han adquirido mayor perfección y lograron unir a MAM y empresas encuestadoras como la Gallup Colombia durante el período presidencial de Uribe. ¿Y cómo se ha podido dar esto?

Los MAM colombianos no son una excepción a la tesis de Noam Chomsky de que éstos funcionan como grandes fábricas de propaganda sistemática para llevar a cabo la agenda política de la elite dominante, la cual, como clase, es propietaria de los MAM. En esencia son fábricas de producir un consenso a favor de los intereses de éstos, como lo sostiene éste lingüista. Actúan bajo los parámetros de una corporación, una empresa privada cuyo fin es la ganancia, la rentabilidad por ventas publicitarias, y como vehículo catalizador de un consenso que fabrican siempre ligado a favor de sus intereses.

Los grupos económicos dominantes del país y las transnacionales también están de júbilo, los colombianos tenemos un optimismo envidiable que ya quisieran tener brasileños, ecuatorianos, bolivianos, iraquíes, o neworleaneses. «El país va bien, es más va muy bien», dice Jorge Londoño, director de Gallup Colombia. Y tiene motivos suficientes, según su encuesta, para auto elogiarse y de paso contagiarnos a todos del optimismo rebosante y de la miel y leche en que estamos nadando. Pero los que no revientan de júbilo sino de indignación y pesimismo son los sindicatos, los desempleados, los trabajadores informales, los deudores de UVRs (pequeños acreedores de créditos bancarios), los campesinos afectados por las aspersiones contra sus cultivos de pan coger, los indígenas masacrados y expropiados de sus tierras, los mil empleados de la ETB que serán «recortados» para adelgazar la empresa (eufemismo por racionalizar) y ponerla a desfilar por la pasarela del mercado ante nuevos postore
 s exhibiendo su adelgazamiento a los futuros socios, como tampoco están optimistas los miles de víctimas y familiares de las masacres y desapariciones del paramilitarismo, en fin, una gran mayoría de colombianos no está de júbilo, ni le interesa, ni le importa siquiera las encuestas de opinión concertadas entre la oligarquía, los garúes de la imagen y los MAM. Lo único que les importa es saber cómo van a resolver su diario para comer, amar y vivir dignamente y no mendigando como lo estás haciendo obligados por la situación de pobreza y exclusión millones en las calles de las ciudades y campos de éste país.

Los sindicatos por ejemplo, reiterativos valientes e incansables voceros de la justicia laboral y social, vienen denunciando uno tras otro los asesinatos, amenazas y ataques de sus afiliados. Ya ni siquiera una medida de protección y acompañamiento de organizaciones internacionales de Derechos Humanos logra salvarles la vida a los amenazados o quienes se exilian por un tiempo. Luciano Romero, dirigente del sindicato de trabajadores de la industria alimenticia quien había sido acogido por varios sindicatos y organizaciones de derechos humanos de Gijón España para que se protegiera de las amenazas allí por unos meses, fue torturado, amarrado y asesinado de 40 puñaladas el pasado 11 de Septiembre en Valledupar, Cesar, luego de regresar el pasado Abril al país. Pero este no es el único caso ni mucho menos. En Medellín el presidente del sindicato de chanceros de Antioquia fue asesinado a bala el pasado 18 de Agosto, cuando llegaba de noche a su residencia. Y qué informaron los MAM
 . Unas notas interiores, y nada más. Ni el asesinato sistemático ni los desaparecidos (5.000 aproximadamente durante los últimos 15 años) son un problema peor que el secuestro para los MAM y la oligarquía. Para ellos solo cuenta su «seguridad», que no los secuestren, que puedan usufructuar sus riquezas, ir tranquilos a sus grandes haciendas y que el resto del pueblo se joda.

¿Cómo se vienen haciendo estas encuestas de opinión? La última que publicó a doble página los principales MAM de Colombia como El Tiempo, Caracol, RCN, El Colombiano, la radio y la televisión tiene dos rasgos sustanciales: a) el cómo están elaboradas las preguntas, y sobre todo cuáles preguntas. «En general, ¿cree usted que las cosas en Colombia están mejorando o empeorando?» «¿Tiene usted una opinión favorable o desfavorable de Álvaro Uribe Vélez?». Y b) el cómo está diseñada la encuesta. ¿Por qué unos temas o problemas y por qué otros no? ¿Quién decide cuáles temas o problemas son los más importantes? Otro asunto a tener en cuenta en el diseño de la encuesta es el siguiente. Según la ficha técnica de la encuesta Invamer Gallup (El Colombiano, Medellín Sábado 17 de Septiembre, en la sección Nación Hoy), se realizaron mil encuestas en las cuatro ciudades más grandes del país. Criterio uno, el tamaño y la distribución de la muestra por clase socioeconómica: 191 encuestados de
 clase alta, 312 de clase media, y 497 de clase baja. Segundo criterio, por grupos de edad. Tercero, mitad de los encuestados hombres, la otra mitad mujeres. Cuarto, la encuesta se realizó por vía telefónica utilizando el sistema Cati (Computer asited telephone interview). Ahora bien, ¿qué porcentaje de la población colombiana pertenece a la clase baja? ¿El 50% de la población está entre la clase media y alta? Estas son preguntas que hay que resolver antes de poder darle credibilidad a una encuesta que además se hace vía telefónica en un país donde no sabemos qué porcentaje de la clase baja tenga teléfono y tiempo para estar esperando que los llamen a una encuesta de esta naturaleza.

En cuanto a los problemas más trascendentales del país la encuesta escoge los que considera más importantes, según sus criterios, y los formula de acuerdo a un orden de prioridades en preguntas como ésta:¿Usted aprueba o desaprueba la forma como el presidente Álvaro Uribe está manejando los siguientes problemas que tiene el país en estos momentos? Las relaciones internacionales (no la soberanía, ni la extradición)), el narcotráfico (no las fumigaciones, ni la forma como se está llevando a cabo la lucha contra éste), la guerrilla (no el conflicto armado), los paramilitares (no el paramilitarismo como política contrainsurgente del Estado), la economía (no el modelo económico neoliberal), el costo de vida (aquí se empieza a romper el optimismo de los encuestados, ya que el 49% desaprueba el manejo a este problema y el 46% lo aprueba), y el desempleo ( último en la lista de los problemas, según la encuesta, y aquí vuelve y se raja el presidente ya que 52% lo desaprueba mientras q
 ue el 43 lo aprueba).

Los temas que quedan por fuera de la encuesta. En Colombia hay tres grandes temas alrededor de los cuales gira la política en los últimos años. El conflicto y cómo resolverlo; la economía y el modelo neoliberal vigente; y la soberanía nacional, o relaciones internacionales como la llama la encuesta.

En cuanto al conflicto y cómo resolverlo, las elites dominantes han escogido hace años un modelo de solución que combina la represión con lo propagandístico (ideológico): el efecto de la represión es ampliamente conocido y sabemos como funciona. Lo viven a diario sindicalista, campesino, estudiantes y todo aquel o aquella que consecuentemente se oponga al estado de cosas imperante. El objetivo es contener por la vía militar, por medio el terror (del paramilitarismo), a la oposición política al régimen. Y en cuanto a lo propagandístico, lo que se busca es vender e inculcar en la mentalidad de la gente de que aquí no hay conflicto armado haciendo desaparecer por arte de los MAM las causas sociales e históricas que dieron origen al mismo. ¿Cómo lo han logrado? Han difundido a través de una amplia y extensa campaña de propaganda la idea de que los problemas más graves de Colombia son el secuestro y el terrorismo, invisibilizando otros igual de graves o peores como los desaparecid
 os, las masacres y los desplazados que se cuentan por millones. Ese es el núcleo central de esta estrategia de propaganda: anunciar a cuatro vientos que el secuestro y el terrorismo son los peores problemas de la sociedad. Dichos males, una vez resueltos, nos conducirían a la cima de la felicidad y armonía social, nos vienen diciendo hace varios años.

El tema de la economía lo han venido resolviendo, igualmente, inculcando masivamente en la mentalidad de la gente, que el neoliberalismo, las privatizaciones, y las alianzas comerciales con Estados Unidos, principalmente, serán la solución a la pobreza y la respuesta para la creación de empleos y crecimiento económico del país. No hay el más mínimo intento de abordar seriamente la crítica constante que se ha hecho a dicho modelo que arroja un balance de miseria y pobreza incuestionable, y que por otro lado crea un estado de indefensión en cuento la seguridad alimentaria para la mayoría excluida de los colombiano, un 65% de la población. Ni que decir del desempleo rampante y el grado de deterioro constante de las condiciones laborales de millones de trabajadores. Como muestra de la empecinada continuidad de ésta política hambreadora, no solo está la venta de empresas de capital nacional a las transnacionales, como Coltabaco, Bavaria, Bancos, y ahora el anuncio de fusión de Tel
 ecom y Telmex, con el claro propósito de privatizarla, dejando aún más árido el patrimonio público, sino el anuncio del recorte de mil empleos de ETB para poder adecuarla a las condiciones de adquisición de las transnacionales.

Y, finalmente, la soberanía nacional o relaciones internacionales, según quien lo vea. En este tema trascendental, la autodeterminación de Colombia como nación independiente, autónoma y soberana no hace ni siquiera parte del debate político. Pues la oligarquía colombiana hace años secuestró y monopolizó el poder de dedición que nos corresponde a todos y todas, sujetos soberanos, sobre tan trascendental asunto. De allí que a los MAM y a las encuestadoras no les importe en lo más mínimo hacer encuestas sobre este y otros temas como si la mayoría estamos o no de acuerdo con la extradición de colombianos, o con la fumigación con glifosfátos y agentes químicos de la geografía nacional, incluyendo los parque naturales con el propósito de destruir los cultivos de coca. Como tampoco es parte de la agenda de la oligarquía ni los MAM llevar el tema del TLC a un referéndum con el fin de que todos y todas nos pronunciemos sobre la base del debate democrático si estamos de acuerdo que la economía del país sea vinculada a un tratado que para millones significará más pobreza y deterioro de sus condiciones de vida. Aquí lo que ha primado en cuanto a la soberanía nacional, es aplicar un modelo económico como el neoliberal que ha generado atraso y pobreza a millones no solo en Colombia, continuar con las privatizaciones, mantener la disciplina monetaria y fiscal de las finanzas del Estado siguiendo el monitoreo y recomendaciones del FMI y el BM, seguir dando ventajas económicas, jurídicas y fiscales a las empresas transnacionales para que inviertan en el país y se apropien de más riquezas logrando extraer mayor plusvalía sin que tengan que pagar mayores impuestos ni rendir muchas cuentas, es decir, estamos sometidos al tutelaje y condicionados a la agenda del imperialismo en el continente y la región.

Estamos rebosantes de júbilo en Colombia, somos el pueblo más optimista de la tierra. Ojala esta ilusoria pompa de jabón que somos no se estalle contra una realidad, ella sí, más dura, más cruel y perversa como la que asfixia a los millones que deambulan por ciudades y campos buscando no quien les pregunte lo bien que este gobierno lleva las cosas, sino por pan, techo, salud, educación para sus hijos y un empleo digno para decir de verdad, con orgullo, que nadamos en ríos de miel y leche. Ya que ese paraíso que describen las encuestas de opinión no es más que una audaz estrategia de propaganda diseñada por los MAM y los oligarcas de éste país como un autoengaño a su propio yo que les lleva a creer que es cierto el virus de optimismo que se inventaron en el papel, y no la vasta epidemia de pobreza que padece más del 65% de la población: el sujeto histórico del cambio que quieren invisibilizar los MAM.

«Un país que me ayude a vivir, y ante todo te respete aunque lleves un chupete. Un país donde pueda elegir. Que valga tu opinión aunque seas un ratón. Un país donde pueda ser yo, sin sentirse cucaracha ni bajarte la bombacha. ¿Que país será ese país? Donde puedas trabajar…sin tener que mendigar… Tango, tango, tango con raíz… Un país que no pierda el humor. Donde aprendas a reír, en lugar de reprimir… ¿Qué país será ese país?, donde puedas trabajar sin tener que mendigar…» Tango Tango, Astor Piazzolla.

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