Colombia continúa en manos del narcoparamilitarismo. La estrategia criminal del régimen se ha ido consolidando nueva y paulatinamente en todo el país al punto de que hoy los ‘paras’ controlan 347 municipios en 31 departamentos. ¿Dónde está la Fuerza Pública?
Un informe del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, Indepaz, conocido este 17 de noviembre, señala que los ejércitos narcoparamilitares, denominados estratégicamente por el régimen y la gran prensa, Bandas Criminales, Bacrim, controlan 347 municipios de 31 departamentos y la tendencia es de crecimiento y consolidación.
El estudio le atribuye el  dominio paramilitar a tres causas principalmente: primero, a la  continuidad de grupos o de componentes remanentes de las  desmovilizaciones parciales ocurridas entre 2005 y 2007;-
segundo, el reagrupamiento a  partir de mandos medios que no se desmovilizaron y que reclutaron  reincidentes y nuevos miembros, y tercero, al crecimiento de grupos  armados creados por narcotraficantes.
En los últimos años se ha  evidenciado el crecimiento de grupos paramilitares autodenominados  Rastrojos, Urabeños, Paisas, Erpac, Águilas Negras y otras más pequeñas.
Los ´paras´ pasaron de tener  acciones criminales en 259 municipios en 2008 a 360 en 2010, mientras  que en el primer semestre de 2011 sus acciones criminales se detectaron  en 347 municipios, lo que indica la permanencia y reproducción del  narcoparamilitarismo.
Para este último periodo de  tiempo los departamentos más críticos han sido los de la Costa Caribe en  donde se fortalecen los Rastrojos, Paisas y Urabeños. En Córdoba suman  acciones en el 78% de los municipios y en más del 60% en Sucre, Bolívar,  Cesar y La Guajira.
Zonas de consolidación con  narcoparamilitares
De los 54 municipios  escogidos en 2011 como integrantes de ocho zonas del Plan Nacional de  Consolidación Territorial, Pnct, Indepaz registró amplia actividad  paramilitar en 37 de ellos.
La zona de Montes de María  ha sido evaluada por el gobierno como el modelo de avance en la  consolidación territorial.
 Allí, en los cuatro municipios escogidos, el gobierno ha manifestado que  se ha dado la transición de ser territorios «rojos», por la falta de  control estatal, a territorios verdes, seguros para la inversión legal y  el desarrollo rural.
Sin embargo -dice Indepaz-  llama la atención que allí actúen los Rastrojos, Urabeños y Paisas. Esto  significa que, aunque se trata de situaciones puntuales, no escapan a  la movilidad de los grupos narcoparamilitares incrementada en toda la  región Caribe.
Situación similar se  presenta en los municipios del Plan Nacional de Consolidación  Territorial en el sur de Córdoba, Bajo Cauca antioqueño, Catatumbo,  Arauca, Caguán, Nariño y Putumayo.
Las preguntas obligadas ante  este fenómeno son:
 ¿Dónde está el medio millón de hombres que componen el Ejército y la  Policía?  ¿Sigue habiendo connivencia entre la Fuerza Pública y los  paramilitares?  O mejor dicho:  ¿Quién puede afirmar hoy que hay sólo  ‘connivencia’ entre la Fuerza Pública y los paramilitares, cuando se  conoce que la estrategia paramilitar está contemplada en los manuales  militares, cuando hay miles de testimonios y denuncias de comunidades  del accionar conjunto militar-paramilitar en las masacres, y que la  amplitud del fenómeno sólo es posible con la amplia protección y  coordinación de fuerza pública y autoridades?* ¿En qué están  representados los casi 60 mil millones de pesos de los colombianos que  el Gobierno gasta cada día en la guerra?
	    
            	
	

