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La estupidez en las entendederas y el cinismo en la voz de EE.UU. sobre el bloqueo contra Cuba en la ONU

Fuentes: Rebelión

El cinismo de los Estados Unidos en la ONU es desvergüenza en el mentir en la defensa y práctica de actividades o doctrinas vituperables.

Por trigésima ocasión los Estados Unidos han sido condenados en la Asamblea General de las Naciones Unidas durante las dos sesiones, los días 2 y 3 de noviembre del 2022, por el ejercicio ilegal y criminal del bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba. La votación de la resolución presentada por Cuba obtuvo el resultado siguiente: 185 votos a favor; 2 votos en contra (EE.UU. e Israel); 2 abstenciones (Ucrania y Brasil). El aplauso final selló la alegría general de los delegados en dicha asamblea por la reivindicación de la posición y misión solidaria de Cuba en el mundo y por la condena a la actuación injerencista, inmoral, ilegal, criminal y genocida de los Estados Unidos.

Los representantes de los países usaron de la palabra durante los dos días de sesiones a título de sus naciones y, además, en representación de varias agrupaciones territoriales que abarcan a la mayoría de los países del mundo.

En todas las intervenciones se condenó de variadas formas el bloqueo contra Cuba que, tal como está concebido por leyes y resoluciones diversas llevan explícitamente un carácter injerencista y extraterritorial.

Fueron muchas las referencias a las violaciones patentes de los instrumentos legales que conforman el llamado derecho internacional. Son ejemplos, la Carta de las Naciones Unidas, el Pacto de derechos humanos civiles y políticos, el Pacto de los derechos económicos, sociales y culturales, la Declaración sobre el derecho al desarrollo de los pueblos, la libertad del Comercio y de navegación y principios inherentes a los países como la independencia, la soberanía, la autodeterminación, etc., etc.

Después de los mensajes claros y convincentes de las delegaciones de países grandes y pequeños y con regímenes políticos de los más variados signos constitucionales, todo ser humano con “dos dedos” de frente, como se alude popularmente al escaso grado de inteligencia, puede sacar estas sintéticas conclusiones:

  1. Es ilegal porque viola todo lo establecido por los documentos rectores de las Naciones Unidas.
  2. Es criminal y genocida porque ocasiona daños de todo tipo al pueblo cubano.
  3. Es extraterritorial ya que involucra no sólo el derecho soberano de Cuba, sino el de otros países, cuyos derechos a relaciones internacionales de diversos tipos resultan afectados y coartados.
  4. Es violatorio de los derechos humanos de los ciudadanos cubanos, de los ciudadanos estadounidenses y de los ciudadanos de otros países.
  5. El llamado de los países a los Estados Unidos es, por trigésima vez, que cese esta práctica de guerra económica contra Cuba y oiga el clamor de la comunidad internacional que democráticamente le exige terminar la insensata y atroz injerencia en los asuntos internos y externos de Cuba y los restantes países del mundo.

En fin, después de escuchar todo esto, el representante del gobierno de los Estados Unidos no se atreve a refutar todos los argumentos esenciales de la acusación implícita en las declaraciones vertidas en la ONU, sino que se hace “el tonto” y elude todo esto, y echa mano a la estupidez y el cinismo al declarar que su política es para ayudar al pueblo de Cuba y que es su aliado comercial y donante.

Estimados lectores, lean el “ilustre” discurso del representante en la ONU de Estados Unidos y después comprenderán que es la encarnación del cinismo a nivel internacional, porque según el diccionario de la Lengua Española, CINISMO es desvergüenza en el mentir en la defensa y práctica de actividades o doctrinas vituperables”.

Habría que preguntarle al cínico representante de los Estados Unidos, si el Congreso y el Gobierno de ese país tienen algún derecho a legislar sobre asuntos internos de Cuba, como son la creación de la mal llamada Radio Martí, el 20 de mayo de 1985. Y la creación de la TV Martí el 27 de marzo de 1990. Ambos órganos dirigidos a violar el espacio radioeléctrico de Cuba con propaganda miserable de subversión y contrarrevolución.Y, para colmo, como son, también, la aprobación de la Ley Torricelli (mal llamada Ley de la Democracia Cubana) de 23 de octubre de 1992; y la Ley de Helms-Burton (mal llamada Ley para la libertad y la solidaridad democrática cubanas) de 12 de marzo de 1996.

En fin, ha terminado un episodio vergonzoso de los Estados Unidos en la ONU, país que debiera rectificar ante estas verdades en la voz de Bruno Rodríguez Parrilla, Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba:

“¡Dejen a Cuba vivir en paz!

¡Cuba estaría mejor sin bloqueo!

¡Cada familia cubana viviría mejor sin bloqueo!

¡Los estadounidenses estarían mejor sin el bloqueo a Cuba!

¡Estados Unidos sería un mejor país sin el bloqueo a Cuba!

¡El mundo sería mejor sin bloqueo!”

Wilkie Delgado Correa. Doctor en Ciencias Médicas y Doctor Honoris Causa. Profesor Titular y Consultante. Profesor Emérito de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.