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La extrema derecha contra la marcha del 9 de abril y ciertos amigos

Fuentes: Rebelión

Bueno, ahora sí se caldeó el tema de la paz. O mejor dicho, se puso al rojo con la toma de posiciones alrededor de la marcha convocada para el 9 de abril, en el 65 aniversario de Gaitán. Pero comencemos por el principio. La iniciativa de rodear de respaldo popular el proceso de la Habana […]

Bueno, ahora sí se caldeó el tema de la paz. O mejor dicho, se puso al rojo con la toma de posiciones alrededor de la marcha convocada para el 9 de abril, en el 65 aniversario de Gaitán.

Pero comencemos por el principio. La iniciativa de rodear de respaldo popular el proceso de la Habana nació de Marcha Patriótica hace cosa de un mes largo. Pronto la idea fue tomando fuerza y el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, acordó con la dirección de ese movimiento, agrupar voluntades y hacer una convocatoria conjunta.

De ahí surgió la consigna unificadora de la marcha: Por la paz, la democracia y la defensa de lo público. Y comenzó la organización de gran evento que espera reunir a más de medio millón de colombianos en las calles de Bogotá, en una jornada sin precedentes.

«Se trata de movilizar a centenares de miles de personas para que esto sea un punto de inflexión que demuestre algo que es sabido: que los amigos de la paz somos más, como dice el lema de la marcha», declaró Petro en una reciente reunión organizativa de la manifestación. Y no le falta razón. Hoy en Colombia el debate fundamental es el apoyo a las conversaciones de paz de la Habana, exigiendo que las partes no se levanten de la mesa hasta llegar a un acuerdo que ponga fin al conflicto.

Todas las encuestas demuestran, como la publicada este 5 de abril, que más del 65% de la población apoya el proceso de la Habana. De ahí el desespero de los guerreristas de salirle al paso a una iniciativa que le ponga alma y pueblo a la búsqueda de una salida política a la contienda armada.

Álvaro Uribe, cabeza principal de los enemigos de la paz, acaba de lanzar un trino, que multiplicará por estos días contra la marcha del 9 de abril. «No a la marcha por la impunidad impulsada por narcoFarc y Gobierno insensible al asesinato de soldados». ¿Y agregó: «Marcha 9 eleva a los victimarios y olvida a víctimas».

Horas antes, el presidente Juan Manuel Santos, ratificó su compromiso de apoyar la demostración del 9 por la paz, en un gesto histórico que lo aleja de la indiferencia en una hora crucial de decisiones. «Invito a todos los colombianos a salir este 9 de abril a expresarnos a favor de la paz», señaló abiertamente.

Una vez más se ponen de manifiesto las posiciones en torno al tema más crucial de la Nación: paz o guerra. Y si Santos se adhiere a esta demostración del 9 de abril por qué cerrarle las puertas y condenarlo a que mantenga el silencio cuando es el interlocutor válido del proceso de la Habana. ¿Sería más plausible verlo rechazando esta movilización sin precedentes por la paz en la cual el punzón más acerado de la cita corre por cuenta de Marcha Patriótica, y centenares de organizaciones populares?

Mire, usted no se meta en esto, por sus pretensiones reeleccionistas y se le ocurre convocar a la gente en apoyo a la paz, pues lo vamos a condenar de todas maneras, parecen decirle desde el Polo y la extrema derecha. Por eso qué lejos de contribuir a aunar fuerzas (pese a las abismales diferencias que existen con el modelo y las acciones del gobierno de Santos) el rechazo la marcha con cajas destempladas, uniéndose al coro de Uribe y Pastrana.

No otra cosa hace el Polo Democrático Alternativo, que expulsó no hace un año al partido comunista de sus filas por hacer parte de Marcha Patriótica declarando oficialmente que » En las circunstancias actuales consideramos inconveniente para la oposición democrática, aparecer junto al presidente Santos en su despropósito de aprovechar los anhelos de paz de los colombianos para apuntalar su reelección».

Y en otra declaración reciente llegan al colmo de poner todo patas arriba: » No auspiciamos la confusión entre el apoyo al proceso de diálogo en la Habana y el respaldo a las políticas de Santos que van en contravía de los fundamentos económicos y sociales de la paz, como son las reformas tributaria, laboral, a la salud, a las pensiones, al fuero militar, los TLC, entre otras iniciativas que el Polo ha combatido desde dentro y fuera del Congreso de la República».

Y quién, por Dios, está auspiciando esa confusión cuando el 9 de abril el tema central es la paz, la democracia y la defensa de lo público. Que se dejen de enredar la pita y dejen de colocarnos, por no condenar a Santos este día, como sus cómplices y amanuenses.

Como dice Horacio Duque en una lamentable nota que subió a su web el partido comunista: » Pensar que el oportunismo de viejos politiquer@s, «puntas de lanza» del podrido e inveterado clientelismo bipartidista, le servirá de carroza a la pantomima oligárquica en la Plaza de Bolívar de Bogotá y en la tribuna que se disputan a dentelladas los conocidos negociantes disfrazados de socialistas retóricos».

Un ataque velado a la alcalde de Bogotá que también, por su compromiso con la paz, el Polo lo pone al lado del presidente diciendo esta perla: «Así mismo, el apoyo del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, al presidente Santos más allá de los temas de la paz y que apunta a una convergencia política que estimula la confusión entre el apoyo a la paz y el respaldo a las demás políticas del Presidente Santos».

En definitiva, salgamos todos por la paz, el norte fundamental de este país y no convirtamos a Santos en el centro de una marcha que ni fue convocada por él y lejos está en apoyar su reelección. Que en eso nadie se equivoque.

(*) Roberto Romero Ospina es miembro del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.