El gobierno con la amplificación de los grandes medios de comunicación ha planteado que ellos no le van hacer la revolución a las FARC-EP en la mesa. ¿Qué opina la organización al respecto? Iván Márquez: Esa es una postura artificial construida con palabras sonoras, pero muy huecas. Así como no estamos planteando una revolución por […]
El gobierno con la amplificación de los grandes medios de comunicación ha planteado que ellos no le van hacer la revolución a las FARC-EP en la mesa. ¿Qué opina la organización al respecto?
Iván Márquez: Esa es una postura artificial construida con palabras sonoras, pero muy huecas. Así como no estamos planteando una revolución por decreto, el gobierno debe comprender también que no puede aspirar a una paz gratis para las oligarquías. Porque no se trata -después de medio siglo de lucha- de una reinserción de la guerrilla al sistema político vigente, sin ningún cambio favorable para las mayorías. Sin cambios institucionales no habrá paz estable y duradera. La instauración de la democracia verdadera, la reforma política, judicial, el sistema electoral, el control ciudadano a los órganos de control, la salud, la justicia social, la soberanía, son temas indispensables en una discusión que se proponga la terminación de un conflicto. Con frecuencia hemos tenido que recordar en la mesa, que este es un proceso de diálogo para la paz, no un proceso de sometimiento.
Algunos sectores afirman que las propuestas planteadas por las FARC-EP en la mesa de conversaciones se salen del marco de la agenda ¿es esto cierto?
IM: En un cuadro comparativo entregado recientemente a los medios de comunicación, demostramos de manera irrefutable, que las Diez propuestas mínimas para la democratización real, la justicia social y la reconciliación nacional, puestas a consideración del país y de los delegados del gobierno en la mesa, se ajustan plenamente al espíritu y a la letra del Acuerdo de La Habana. La argumentación en contra, es tan inconsistente, que no sirve para cubrir la intención del gobierno de reducir la agenda a su mínima expresión. El tema que más debate ha suscitado, el de la Constituyente para la paz, se sustenta tanto en el preámbulo como en el contenido de la agenda. «La construcción de la paz es asunto de la sociedad en su conjunto que requiere de la participación de todos, sin distinción…». «Es importante ampliar la democracia como condición para lograr las bases sólidas de la paz». Eso es lo que hará la Constituyente. Una Constituyente para establecer la democracia verdadera, definir «las reformas y los ajustes institucionales para hacer frente a los retos de la construcción de la paz», aprobar o desaprobar el eventual acuerdo, dirimir los disensos, y sobre todo, rodear de legitimidad y seguridad jurídica el tratado de paz.
La extrema derecha ha pasado de criticar el proceso a exigir su terminación, en clara contraposición a las conclusiones del reciente foro de participación política ¿cómo ve las FARC-EP los tiempos del proceso? ¿Es posible concluir este proceso en los tiempos que el gobierno ha estipulado?
IM: Esa extrema derecha que no pudo ganar la guerra, ahora tampoco quiere dejar hacer la paz. Creen que una situación de conflicto exacerbado los blindará, al menos por un tiempo, de responder ante los estrados judiciales por sus crímenes de lesa humanidad y terrorismo de Estado. Es lo que ocurre con el ex presidente Uribe. Por otra parte, esperamos que un gobierno que optó por la reelección, en esta nueva circunstancia, deje de presionar con plazos y tiempos perentorios la firma del acuerdo final. Una paz forzada con espuelas, no servirá de mucho.
Fuente: www.pazfarc-ep.org