Recomiendo:
0

la FECH en su primer centenario

Fuentes: Crónica Digital

Hace 100 años, un grupo de estudiantes fundaba la que hoy es la organización estudiantil más grande y antigua del país: la FECH. A lo largo de su existencia se confunden la solidaridad y el impulso a las más dignas luchas de los chilenos y chilenas, junto a una permanente vocación democrática y democratizadora, que […]


Hace 100 años, un grupo de estudiantes fundaba la que hoy es la organización estudiantil más grande y antigua del país: la FECH.

A lo largo de su existencia se confunden la solidaridad y el impulso a las más dignas luchas de los chilenos y chilenas, junto a una permanente vocación democrática y democratizadora, que la han convertido en un icono de la vanguardia contra dictaduras e injusticias de todo tipo. La FECH ha sido pilar de logros relevantes y diversos como el sufragio universal femenino, la separación del Estado y la Iglesia, el inicio de los trabajos voluntarios o el nacimiento de generaciones de creadores y artistas nacionales e internacionales. Los últimos cuarenta años de la historia de Chile vieron una FECH protagonista de los cambios sociales y políticos más importantes del país.

Desde la Reforma Universitaria y la lucha por un Chile justo y soberano en los años 60 y 70, hasta la decidida y unitaria lucha contra la dictadura de Pinochet en los años 80. Juventud, creatividad, ciudadanía, solidaridad, democracia y justicia social se cuentan entre los valores constantemente renovados que cruzan este centenario de vida para el movimiento estudiantil organizado. En su historia reciente, la conquista del financiamiento público para los estudios superiores del 60% más pobre de los chilenos, así como la promulgación de los nuevos Estatutos democráticos de la U. de Chile son dos triunfos históricos en que la FECH ha jugado un rol fundamental. Ellos nos demuestran que no sólo es posible resistir los embates de un sistema hostil al proyecto de Universidad Pública y a las ideas de democracia y de justicia social. También podemos construir cambios concretos en un camino que muchos, precozmente abatidos, creen impensable para nuestros tiempos.

En todas estas conquistas, las lúcidas propuestas del movimiento estudiantil, así como su robusta organización que se manifiesta en las calles y espacios públicos, parecen ser los pilares que nos invitan a construir una nueva política, aquella que no se conforma con los cambios «en la medida de lo posible» y que invita a los jóvenes y organizaciones a reimaginar un proyecto de país justo y solidario, ahora para el siglo XXI. Con todo, y habiendo sido todo Chile testigo reciente del enorme potencial de transformación que ha demostrado el movimiento estudiantil, resulta escandaloso que aún existan instituciones -entre las que se cuentan algunas que se hacen llamar universidades- que aún prohíben la organización de sus estudiantes y sancionan drásticamente a quienes la propician.

La reivindicación del derecho de los ciudadanos y estudiantes a organizarse en cualquier contexto, así como el establecimiento de una nueva ley de rango constitucional que erija a la educación pública en el paradigma de calidad en todos sus niveles, constituyen el mejor homenaje que los chilenos le podemos brindar a nuestra única y desde ahora centenaria FECH. Porque no renunciaremos a la transformación social ni a la lucha por la justicia, la paz y por más democracia, saludamos con mucho orgullo a la FECH en su primer centenario!!!