En entrevista digital desde Valparaíso, Sergio Vuskovic (1930), respalda la denuncia del chofer de Neruda: «A mí me parece inexplicable que la Fundación Neruda haya ignorado totalmente los cuidados que tuvo Manuel Araya con Pablo enfermo y por esta misma razón, todo su calvario posterior, a manos de los torturadores. Creo que la Fundación Neruda […]
En entrevista digital desde Valparaíso, Sergio Vuskovic (1930), respalda la denuncia del chofer de Neruda: «A mí me parece inexplicable que la Fundación Neruda haya ignorado totalmente los cuidados que tuvo Manuel Araya con Pablo enfermo y por esta misma razón, todo su calvario posterior, a manos de los torturadores. Creo que la Fundación Neruda debería reivindicar el comportamiento heroico de Manuel Araya, ante la faz pública del país». El Alcalde de Valparaíso entre 1970 y 1973 se reencontró 40 años después con Manuel Araya: «Muchas veces me pregunté qué habría sido de este gran amigo mío y cuál sería su destino, después del golpe de Estado, ya que los golpistas sabían que no solamente era el asistente y el chofer de Neruda, sino también su hombre de confianza».
MC.- En su calidad de Alcalde de Valparaíso hizo los trámites aduanales para retirar la maquinaria que compró Pablo Neruda y que a su vez donaría a la imprenta de «El Siglo», ¿quién lo acompañó en las diligencias?
SV.- Efectivamente hice los trámites aduanales para retirar la maquinaria que compró Pablo Neruda y que a su vez donaría a la imprenta de El Siglo, acompañado por el Agente General de Aduanas, Alfredo Montt Cánepa se encargó del traslado, con un camión, de Valparaíso a Santiago. A los pocos días, desgraciadamente, se produjo el golpe de Estado y el cierre de El Siglo, con lo cual la maquinaria no se pudo ocupar.
MC.- El 15 de noviembre asistió a la presentación del libro: El doble asesinato de Neruda (2012). ¿Cómo describiría el reencuentro con Manuel Araya?, ¿alguna vez se preguntó qué habría sido del amigo, asistente y chofer de Neruda?
SV.- El encuentro con don Manuel Araya, después de 40 años, fue muy emocionante y nos dimos una gran cantidad de abrazos, recordando que también habíamos sacado, de la Aduana de Valparaíso, el auto francés, que Pablo había comprado en París, antes de regresar a Chile. Muchas veces me pregunté qué habría sido de este gran amigo mío y cuál sería su destino, después del golpe de Estado, ya que los golpistas sabían que no solamente era el asistente y el chofer de Neruda, sino también su hombre de confianza.
MC.- ¿A qué conclusión llegó después de leer El doble asesinato de Neruda?
SV.- Después de leer El doble asesinato de Neruda (2012), llegué a la conclusión que es un libro serio, fundamentado en la experiencia personal que Manuel Araya tuvo, en los cuidados con que protegía a Pablo, hasta que el poeta lo manda, junto con Matilde, a buscar algunos libros a Isla Negra, porque los quería llevar a México, donde pensaba exiliarse. Desgraciadamente, y esto es algo que no se conocía, Pablo queda solo en la clínica en Santiago y en ese momento entra un médico que le pone una inyección letal en el estómago, tal como el mismo Neruda se lo alcanzó a decir a Manuel Araya y a Matilde, cuando regresaron de Isla Negra.
MC.- ¿A qué atribuye el desprecio de la Fundación Neruda por Manuel Araya?
SV.- A mí me parece inexplicable que la Fundación Neruda haya ignorado totalmente los cuidados que tuvo Manuel Araya con Pablo enfermo y por esta misma razón, todo su calvario posterior, a manos de los torturadores. Creo que la Fundación Neruda debería reivindicar el comportamiento heroico de Manuel Araya, ante la faz pública del país.
MC.- En Valparaíso Neruda recibió el tratamiento de radiología para controlar su cáncer de próstata, ¿cuándo conversó por última vez con el poeta?, ¿qué semblante tenía?
SV.- La última vez que conversé con Neruda fue el 12 de julio de 1973, cuando concurrí acompañado por mi esposa Elena Villanueva y por Ronald Pollman, secretario abogado de la Municipalidad de Valparaíso, a entregarle la Condecoración Diego de Almagro, que había acordado conferirle el municipio porteño, con motivo que el laureado poeta celebraba su aniversario 69. La entrega de la mencionada condecoración se hizo ante la presencia de su cónyuge, doña Matilde Urrutia y de los senadores Luis Corvalán y Volodia Teitelboim, y de la diputada Gladys Marín.
El semblante de Pablo era demacrado y se veía cansado, pero siempre entusiasta. El doctor Francisco Velasco había tenido solícitos cuidados con él y me contó que ya, antes de irse de embajador a Francia, le había recomendado operarse de la próstata; sin embargo, Pablo le fue dando largas al asunto, dejó correr el tiempo, ya sea por la campaña presidencial de 1970, o por los trámites mismos al asumir la Embajada en París.
MC.- En 1969, Neruda ofreció un recital poético en respaldo a las candidaturas parlamentarias de Luis Corvalán y Sergio Vuskovic. ¿Cómo era la relación Neruda con la política y la comunidad porteña de Valparaíso?
SV.- Efectivamente, el 26 de enero de 1969, en el Teatro Condell, Pablo Neruda efectuó un recital poético y proclamó las candidaturas de Luis Corvalán y la mía al Senado de la República, también proclamó las candidaturas de Manuel Cantero, Luis Guastavino, Carlos Andrade y Carlos Vásquez a la Cámara de Diputados.
La relación de Neruda con la política y la comunidad porteña, fue muy estrecha. Pablo no sólo fue un gran poeta, sino que también un gran político y era capaz de efectuar análisis muy serios y profundos de la situación social de Chile, de América Latina y el mundo. En eso se parecía a la capacidad de abstracción de los Recados de Gabriela Mistral y a su incidencia en lograr dar a conocer su opinión sobre el punto focal de un momento determinado de la historia de América Latina. En cuanto a su permanente relación con la comunidad porteña de Valparaíso, hay que hacer notar que desde joven Pablo sintió una tremenda atracción por Valparaíso, por su clima cultural más libre y menos empaquetado, que en la capital, producto de las diferentes influencias extranjeras que se daban, en esa época, en el puerto. Desde luego que también influía su bohemia característica.
MC.- En 1959 Pablo Neruda y Francisco Velasco compraron La Sebastiana. ¿Valparaíso está en deuda con la legendaria casa del poeta?, ¿por qué la Fundación Neruda eliminó de la historia oficial a la familia Velasco Martner?
SV.- Según lo que yo conozco, la Fundación Neruda le entregó a María Martner y a Francisco Velasco la Medalla de Oro Pablo Neruda, con motivo del Centenario del nacimiento del poeta, en año 2004. En todo caso pienso que Valparaíso está en deuda con La Sebastiana.
MC.- La editorial italiana Bleveditore publicó su libro: Neruda (2001), después publicó la traducción al italiano del libro de Francisco Velasco: Neruda Il grande amico (2004). Ambos trabajos están descatalogados en Chile, ¿por qué no han intentado reeditarlos?
SV.- Efectivamente ambos trabajos están descatalogados en Chile y no se han reeditado. Cualquiera iniciativa en este sentido sería muy bienvenida.
MC.- Usted es autor del libro: Neruda. La invención de Valparaíso (2004), ¿se podría parafrasear el título: Neruda. La invención de Italia; Neruda. La invención de México; Neruda. La invención de Cuba; y así sucesivamente?
SV.- El libro Neruda. La invención de Valparaíso fue publicado el año 2004, por la Universidad de Playa Ancha, y creo que es tarea pendiente parafrasear los títulos que usted sugiere, e incluso otros más, como por ejemplo: Neruda y la India o Neruda y Hungría.
MC.- Finalmente, ¿existen las condiciones políticas para que sea acatada la voluntad testamentaria de Neruda y los Estatutos de la Fundación Cantalao?
SV.- Yo pienso que actualmente no existen, en Chile, las condiciones políticas ni culturales, para que sea acatada la voluntad testamentaria de Pablo y los Estatutos de la Fundación Cantalao, por la preeminencia de los disvalores de la extremada competencia y el culto religioso del dinero, como el nuevo Dios de esta época.