Estos días de primavera la gran prensa nos ha contado cómo la diputada de Izquierda Unida, la valenciana Isaura Navarro se ha llevado a su novio al Perú, le ha puesto coche oficial y lo ha colado en reuniones con ministros. Los foros de internet están que echan chispas, especialmente los de la derecha, pero […]
Estos días de primavera la gran prensa nos ha contado cómo la diputada de Izquierda Unida, la valenciana Isaura Navarro se ha llevado a su novio al Perú, le ha puesto coche oficial y lo ha colado en reuniones con ministros. Los foros de internet están que echan chispas, especialmente los de la derecha, pero también en los de izquierda se da bastante importancia a estos hechos dónde parece que estamos ante un grave caso de corrupción.
Cómo es habitual en las informaciones de los grandes medios sobre la izquierda, todo parece demostrar que la realidad es justo la contraria. Para empezar, el acompañante de Navarro, obviamente se pagó su viaje y por continuar, es habitual que los diputados estén acompañados por sus parejas. Si estuvo en reuniones oficiales es porque él es observador internacional acreditado por el Jurado Nacional Electoral de Perú. ¿Y aquello de que iba en chanclas y camiseta en una reunión con el ministro? Simplemente mentira. Realmente no pasó nada extraño, no hubo ninguna queja ni por parte de la embajada española ni por parte del gobierno peruano. ¿Entonces de qué estamos hablando? ¿Por qué está la diputada en una gran diana dónde los medios pueden lanzar todas las acusaciones que se les ocurre? ¿Por qué se publican informaciones falsas en portada de grandes periódicos? ¿A quiénes beneficia esta caza de brujas?
Para contestar estas preguntas hará falta saber algo más sobre el trabajo que ha realizado Isaura Navarro en los últimos años. La joven diputada se ha destacado en el congreso español por defender políticas progresistas y de izquierda. También se ha mostrado a favor de rebajar del 5% al 3% la barrera para entrar a las Cortes Valencianas. Y es una de las abanderadas de la cooperación entre las fuerzas nacionalistas y de izquierdas. La oposición frontal al PP denunciando las «supuestas» corrupteles de Fabra o la demagogia de un Plan Hidrológico Nacional para los campos de golf ha sido su caballo de batalla. Pero también ha tenido una intensa actividad internacional denunciando el bloqueo en Cuba, el golpismo contra Chávez o la guerra de Irak.
Es evidente que se ha ganado poderosísimos enemigos que ahora le están haciendo pagar su compromiso político. Lo más grave es que los rumores y las mentiras puedan calar en la opinión pública y diluir la realidad de una intensa tarea en favor de la izquierda y de los pueblos oprimidos. Hay que tener en cuenta que estas campañas de desprestigio aparecen periódicamente contra los políticos y organizaciones de izquierdas más activas. Al igual que existen campañas internacionales para ridiculizar o satanizar a díscolos como Allende, Lula, Chávez o Evo, en el ámbito nacional se crean contra Anguita, Carod Rovira y ahora contra Isaura Navarro. Cualquiera que luche por un país y un mundo diferente al neoliberalismo y el centralismo nos arriesgamos a que se nos inventen escándalos y acusaciones sin fundamentos. La estafa mediática no nos puede coger durmiendo, hace falta estar preparado y para neutralizarla hace falta estar unidos por encima de partidismos y cainismos. Porque el «divide y vencerás» es su táctica. La nuestra es la unidad dentro de la diversidad. Ahora Isaura Navarro molesta y la quieren eliminar. No tengo porqué estar de acuerdo con ella, pero nunca seré yo quien me sumo a los corifeos del poder. Y creo que puedo afirmar también que cada vez somos más los que, sin preocuparnos por las siglas, queremos una política de izquierdas valiente. Por eso nos hace falta denunciar las mentiras, porque un ataque contra uno es un ataque contra todos.