Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciaron ayer la liberación de Clara Rojas, su hijo Enmanuel y Consuelo González, quienes serían entregados al presidente venezolano, Hugo Chávez, o a quién él decida. En un comunicado conocido aquí, el grupo insurgente considera ese gesto un desagravio a los familiares de los retenidos, a Chávez y […]
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciaron ayer la liberación de Clara Rojas, su hijo Enmanuel y Consuelo González, quienes serían entregados al presidente venezolano, Hugo Chávez, o a quién él decida.
En un comunicado conocido aquí, el grupo insurgente considera ese gesto un desagravio a los familiares de los retenidos, a Chávez y a la senadora Piedad Córdoba, cuya gestión por el canje humanitario fue cancelada por el gobierno colombiano.
Según el texto, rubricado por el Secretariado de las FARC, «la orden para liberarlos en Colombia ya ha sido impartida».
En el comunicado de siete puntos, las FARC insisten en el despeje militar de los municipios de Florida y Pradera por 45 días para concretar un acuerdo humanitario, y ratifican la decisión por realizarlo y avanzar en la solución política del conflicto armado.
Consideran improvisada e inaceptable la propuesta de una zona de encuentro para dialogar con «el mentiroso comisionado Restrepo, en inhóspitos, remotos y clandestinos lugares, con plazo de 30 días».
Mientras -advierten las FARC- Restrepo amenaza con más operativos, ratifica su orden de rescate militar y ofrece dólares a los guerrilleros para que traicionen sus ideales.
Asimismo agradecen a Chávez su dedicación, el colosal esfuerzo como facilitador, la buena fe, su solidaridad con la causa pacífica del pueblo colombiano y el tiempo invertido a pesar de sus grandes responsabilidades.
La organización insurgente considera que «la anulación de la gestión facilitadora fue un acto de barbarie diplomática contra el legítimo jefe de un estado hermano y contra el pueblo venezolano, solidarios con la solicitud hecha desde Bogotá».
Esto fue también un portazo al presidente Nicolás Sarkozy, a los mandatarios latinoamericanos solidarios con la tarea facilitadora y «a los familiares de los prisioneros de guerra de las dos partes que presentían más cerca el final de sus angustias», indicaron las FARC.