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Posconflicto

La ilegalidad de las drogas amenaza la paz

Fuentes: Rebelión

«De la piel para adentro empieza mi exclusiva jurisdicción. Elijo yo aquello que puede o no cruzar esa frontera. Soy un estado soberano, y los lindes de mi piel me resultan mucho más sagradas que los confines políticos de cualquier país». Anónimo [1]. «Toda adicción es mala, ya sea la droga, el alcohol, la morfina […]

«De la piel para adentro empieza mi exclusiva jurisdicción. Elijo yo aquello que puede o no cruzar esa frontera. Soy un estado soberano, y los lindes de mi piel me resultan mucho más sagradas que los confines políticos de cualquier país». Anónimo [1].

«Toda adicción es mala, ya sea la droga, el alcohol, la morfina o el idealismo» Carl Jung [2].

La economía ilegal del narcotráfico ha tenido notoria incidencia en la vida colombiana, alterando el tranquilo discurrir de la república, constituyéndose, de forma muy importante, en el determinador principal de nuestra política exterior: «El problema de las drogas ilegales ha tenido un papel central en la política exterior colombiana durante las últimas tres décadas. El narcotráfico fue el elemento dominante de las relaciones internacionales del país a finales del siglo pasado, hasta que a comienzos de esta década ese lugar fue ocupado por la seguridad. Sin embargo, en la medida en que el narcotráfico alimenta las distintas dimensiones de la inseguridad, sigue teniendo un papel protagónico en la vida nacional y en las relaciones de Colombia con el mundo» [3]. El eje de las relaciones de Colombia con Washington ha sido el narcotráfico y con Venezuela y Ecuador nos ha llevado a niveles de confrontación casi bélicas [4]. Con Venezuela, el tema persiste y puede adquirir ribetes dramáticos. La invasión de tropas venezolanas al territorio nacional en Arauca es una abierta y peligrosa provocación. Que puede repetirse. La excusa, el narcotráfico. [5]

Esta actividad ilícita activó y distorsionó sectores claves de la actividad económica nacional, se convirtió en el mayor combustible de la violencia en campos y ciudades; descompuso la actividad política [6]; captó y cooptó las instituciones del Estado a todos los niveles, por parte de actores armados y de particulares legales e ilegales [7] disparando la corrupción de consuno con el auge de las economías extractivas; propició la emergencia de ejércitos privados paramilitares que ensangrentaron el país en nombre del bien [8]; se inmiscuyó en el deporte, especialmente en el fútbol, como fuente de lavado de activos, jugadores convertidos en sicarios y árbitros asesinados [9]; incitó el tránsito de los grupos guerrilleros hacia la actividad del narcotráfico como fuente de ingresos, circunstancias todas que obligaron a la nación a tener una fuerza pública de 480.000 hombres y a dedicar un elevado porcentaje del gasto público a su sostenimiento, en sacrifico de inversiones en campos estratégicos para el desarrollo del país y para el bienestar de la población [10]. Todas las armas de la república han sido tocadas por la influencia perversa del narcotráfico [11]. La producción y exportación de cocaína no solo transformó la realidad interna, también distorsionó las percepciones del mundo sobre Colombia [12].

Los distintos gobiernos nacionales han diseñado la política contra el narcotráfico y las drogas ilícitas siguiendo los lineamientos de las instituciones multilaterales, [13] donde ha imperado el criterio del prohibicionismo [14] que ha convertido a estas agencias en un sólido instrumento de intervención internacional. La DEA, por ejemplo, desempeña un papel único en la política internacional. Como organización es un hibrido entre una agencia nacional de policía y una organización internacional de mantenimiento del orden. [15] La lucha contra las drogas ha reemplazado a la lucha contra los comunistas como el principal imperativo moral de la política exterior de los Estados Unidos [16]. El Plan Colombia obedece a esa filosofía. En general, todas las administraciones nacionales, con distinto énfasis, le han apostado a este juicio. Las dos administraciones Uribe fueron especialmente paradigmáticas en suscribirlo: cero tolerancia frente al consumo [17], profunda criminalización y guerra contra las drogas. Sin embargo, el gobierno Uribe I y II no pudo cumplir su promesa de extirpar del territorio nacional cualquier vestigio de una mata de coca y de rematar a las FARC. Entre 2004-2007, en pleno auge de la política de seguridad democrática, el área sembrada de coca pasó de 120.000 a 160.000 hectáreas [18] y las FARC están en tránsito de convertirse en partido político porque no pudieron ser exterminadas.

Lo único que se ha conseguido en Colombia con la política de guerra contra las drogas [19] es lograr la transformación de los carteles de la droga en organizaciones fragmentadas, agiles, que confirman al país como el mayor productor de hoja de coca del mundo y el cuarto país mayor consumidor en América latina de sustancias como cocaína, marihuana, bazuco [20]. Hasta ahora, ningún programa puesto en práctica por el gobierno nacional ha dado resultados tangibles en la eliminación y erradicación de estos cultivos. Después de asperjar con glifosato 1.800.000 hectáreas de sembrados de coca, de los cuales solo 38.5 mil hectáreas han resultado en una reducción efectiva; de los US$ 17.000 millones invertido en el Plan Colombia (2000-2016), el negocio de la droga se expande al ritmo de la demanda del mercado externo e interno y del dólar a USS 3.400-3.000 de los últimos años. [21]

El problema con el narcotráfico en Colombia es que a pesar de los miles de muertos y desaparecidos, de los millones de desplazados, de los falsos positivos, de haber matado a todos los jefes de las grandes carteles o enjaularlos, dentro o fuera del país, de la estupidez de la mata que mata, de la devastación ambiental [22], de las aspersiones aéreas, de la fumigación y erradicación manual y de la erradicación forzosa, de la sustitución de cultivos; del desarrollo alternativo, el área sembrada de matas de coca no para de crecer [23] y el negocio sigue siendo una formidable fuente de dinero para los carteles [24] y para los sectores olvidados de la población, migajas salpicadas de violencia ya que la economía ilegal es su única fuente de sus escasos ingresos.

A pesar de tanta sangre, de tanto dolor, de tanto dinero desperdiciado, de tanta desinstitucionalización, el negocio del narcotráfico sigue imperturbable y con rentabilidades extraordinarias en toda su estructura de producción y comercialización y de la cual los campesinos son el eslabón más débil de la cadena. El volumen del negocio se estima en 3.8% del PIB, es decir $ 20.5 billones de pesos anuales. De eso, el narco menudeo representa el 0.75% del PIB, la bicoca de $ 6 billones de pesos, que es el registro vivo y dramático de la violencia en las calles y barrios de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Bucaramanga, Pereira, Santa Marta, donde lo consumen 1.480.000 adictos, incluidas las zonas rurales en las cuales el fenómeno se está incrementando [25]. Para el primer mercado las ganancias son del 260% y para el narcomenudeo de 346.2% [26]. Ante ese botín y dada la ilegalidad de la actividad, la única ley que los empresarios de la coca no violan es la ley de la oferta y la demanda. Un negocio del que se obtiene tan extraordinarios márgenes tendrá siempre quien satisfaga las necesidades de los consumidores del mercado interno y externo. Simplemente interiorizan los costos que la actividad requiera, incluida la violencia. En las lógicas del capitalismo, esta ha sido una práctica consuetudinaria.

En la actual coyuntura del proceso de paz, cuando el mundo mira esperanzado el esfuerzo, la persistencia y la seriedad con que las FARC hacen tránsito hacia la vida civil y hacia el ejercicio de la política sin armas a pesar de las difíciles condiciones de su incorporación [27], la ilegalidad del narcotráfico se yergue como la mayor amenaza para la consolidación de la paz y de la posibilidad de que la implementación de esos acuerdos ayuden a desbrozar el desarrollo de las regiones y a cerrar.

Notas

[1] En: Antonio Escohotado, Historia general de las drogas, Espasa, Madrid, 1998, Apéndice, pág.1173

[2] En: Davenport-Hunes Richard, La búsqueda del olvido, Fondo Cultura Económica, Madrid, 2001, Pág. 183.

[3] Misión política exterior de Colombia, Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, Fedesarrollo, BID, CAF, Bogotá, 2010, Pág.35.  

[4] Ver: Ecuador rompe relaciones con Colombia, La Nación, 4 de marzo de 2008, http://www.lanacion.com.ar/992535-ecuador-rompio-relaciones-diplomaticas-con-colombia; Chávez ordena envío de tropas y tanques a la frontera con Colombia, 3 de marzo de 2008, http://www.clarin.com/ediciones-anteriores/chavez-ordena-enviar-tropas-tanques-frontera-colombia,La agenda con EE.UU, muy cerca de volver a narcotizarse, El Tiempo, 5 de marzo de 2017, pág.2. 

[5] Recientemente, cuando Washington vinculó en la lista Clinton al Vicepresidente de Venezuela Tarack El Aissame, Maduro afirmó en alocución presidencial que el problema del narcotráfico venezolano es culpa de Colombia. Ver: EE.UU. incluyen al vicepresidente de Venezuela en la Lista Clinton. El Tiempo, 14 de febrero de 2017,http://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/sanciones-financieras-al-vicepresidente-de-venezuela-por-estados-unidos-59565

[6] El paramilitarismo masacra, se expande, coopta y transforma la política, ¡Basta ya! Centro de memoria histórica, Pág.143

[7] Garay Jorge Luis y Salcedo-Albarán Eduardo, Narcotráfico, corrupción y Estados, Random House Mondadori, Debate, Bogotá, 2012.

[8] Alonso Sánchez Baute, Líbranos del Bien. Alfaguara, 2011.

[9] Mejía, Álvarez Iván, Americano hasta la muerte, El Tiempo, debes leer, 13 de marzo de 2017, pág. 14.

[10] Según la revista Semana, el ejército tiene 300.000 efectivos y la policía 180.000. Ver: Riesgo inminente, Semana, No 1815, febrero 12-19 de 2017, Págs. 28-29. Defensa y seguridad se tragaron en el 2014, el 13.8% del total del gasto público nacional que representa el 29.4% del PIB. A salud y protección social se le dedica el 6.3% y a transporte 3.9%. Ver: En 10 meses, nueve sabios plantearán revolcón del gasto. El Tiempo, economía y negocios, 17 de febrero de 2017, pág.1.

[11] Ver: ¡Oh Gloria inmarcesible¡, revista Semana, abril 4 de 2004, http://www.semana.com/nacion/articulo/oh-gloria-inmarcesible/64879-3, Hallan heroína en avión de la FAC, El Tiempo, 14 de noviembre de 1998,http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-824654, La insólita parábola del general Santoyo, Revista Semana, 3 de junio de 2012, http://www.semana.com/nacion/articulo/la-insolita-parabola-del-general-santoyo/259975-3

[12] Alejandro Gaviria y Daniel Mejía, Compiladores, Política antidrogas: éxitos, fracasos y extravíos, Universidad de los Andes, 2011, Pág.5

[13] Borda, Sandra. La política multilateral colombiana de drogas durante las dos administraciones Uribe: hacia el activismo prohibicionista en una era de distención. En «Política antidrogas en Colombia: éxitos, fracasos y extravíos», obra citada.

[14] Para la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), las medidas tendientes a despenalizar el consumo de marihuana, autorizar su uso médico lo mismo que la dosis personal y a cultivar privadamente la cannabis, constituye una severa contravención al orden internacional. Alerta por países que permiten cultivos personales de marihuana, El Tiempo, 5 de marzo de 2017, primer plano, pág.3.

[15] La búsqueda del olvido, obra citada, pág.414.

[16] Ibid, Pág.416.

[17] Un mundo sin drogas es una utopía. El hombre ha vivido con drogas desde el momento en que sus conocimientos prácticos del mundo vegetal le permitieron utilizar para su beneficio el universo de las plantas. En este lado del mundo hace parte del saber ancestral la siembra y el uso de la mata de coca. Nuestros aborígenes usaban cohoba, «un cierto polvo que ellos toman para purgarse. Esta la toman con una caña de medio brazo de largo y ponen un extremo en la nariz y otro en el polvo; así lo aspiran por la nariz, y esto le hace purgar grandemente». En: Dolmatoff G. Reichel, El caimán y el jaguar, Siglo XXI editores, Bogotá, 1978. Eric, S. Thompson, Historia y religión de los mayas, Siglo XXI editores, México, 1975, Págs. 231-232; María Mercedes Moreno, La coca nuestra, 10 de junio de 2016.

[18] Neira, Armando, Mitos y verdades de la bonaza de la coca, El Tiempo, debes leer, 22 de marzo de 2017, pág. 7.

[19] La llamada guerra contra las drogas empezó en 1971, cuando Richard Nixon, presidente de Estados Unidos, alarmado por el consumo de marihuana de sus tropas en el Vietnam y de los jóvenes en su país que no compartían su cruzada anticomunista (contracultura) decretó una emergencia nacional contra las drogas. El objetivo no era la coca sino la marihuana. Bajo ese mandato aquí acabamos con los cultivos de marihuana que producían una de las mejores del mundo, la Santa Marta Golden que generó la bonanza marimbera que le producía al país ingresos del orden de US$ 2.200 millones anuales, más que el café. Posteriormente, con el declive de la bonanza, se originó el negocio de la coca. Ver: Puente, Ángela María, La bonanza marimbera, Verdad abierta, 2008.

[20] Boris Salazar, Violencia después de la FARC, Razón pública, febrero 20 de 2017.

[21] Ramírez Montero Juan Manuel, Narcotráfico: ¿economistas o políticos?, Portafolio, 7 de marzo de 2017, Pág.30.

[22] En 15 años, Colombia perdió por la actividad del narcotráfico 608.000 hectáreas de bosque húmedo tropical, lo que significa 40.500 hectáreas anuales de bosque, es decir, 111 hectáreas diarias. Igualmente se encuentran amenazados y en vías de extinción, 35 especies de mamíferos por la siembra de cultivos de coca. El Espectador 3 Mar 2015.

[23] Los cultivos de hoja de coca alcanzaron al cierre de 2015, 96.000 hectáreas, un 39% más con respecto al 2014,  cuando el área cultivada fue de 36.000 hectáreas, concentradas en los departamentos de Cauca, Caquetá, Nariño, Putumayo y Norte de Santander. Para el Departamento de Estado en Washington, las cifras son otras: 159.000 hectáreas en el 2015 y 188.000 hectáreas en el 2016. Igualmente, la producción potencial de alcaloide puro aumentó en un 37%. Ver: EE.UU. confirma que coca alcanzó récord histórico en Colombia, El Tiempo, debes saber, 15 de marzo de 2017, pág.12.

[24] Narcomenudeo, un lucrativo negocio que mueve $6 billones anuales , Departamento Nacional de Planeación, Noviembre de 2016.

[25] La tasa de homicidios en Colombia fue de 12.000 en 2016, una tasa de 24 por cada 100.000 habitantes, la menor en 32 años. Esta tasa es cuatro veces mayor que el promedio mundial y ocho veces la de Chile. Una cifra escandalosa. La mayor parte de la violencia sistemática que hoy golpea a Colombia es resultado de procesos y negocios que no tienen nada que ver con las FARC. Ver: Boris Salazar, Violencia después de la FARC , artículo citado.

[26] Narcomenudeo, un lucrativo negocio que mueve $6 billones anuales. Estudio citado; Un dealer habla del negocio de las drogas sintéticas, El Tiempo, debes leer, 20 de febrero de 2013, pág.18

[27] Ver: La última marcha, revista Semana, 5-12 de 2017, edición 1814, Págs. 18-23. Según las FARC, el incumplimiento del gobierno en las zonas veredales es del 87%. http://www.larepublica.co/incumplimiento-de-lo-acordado-en-las-zonas-veredales-es-de-87-farc_480301

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