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La información digital de 2006 es tres millones de veces superior a la de los libros escritos

Fuentes: El País

En el mundo hay tal cantidad de información digital que, con ella impresa, se podría envolver el planeta cuatro veces. Fotos, blogs, correos electrónicos, periódicos, vídeos, televisiones… En 2006 se crearon 161.000 millones de gigabytes de información según un informe de la consultora IDC. Y esta explosión del universo digital está liderada por los usuarios, […]

En el mundo hay tal cantidad de información digital que, con ella impresa, se podría envolver el planeta cuatro veces. Fotos, blogs, correos electrónicos, periódicos, vídeos, televisiones… En 2006 se crearon 161.000 millones de gigabytes de información según un informe de la consultora IDC. Y esta explosión del universo digital está liderada por los usuarios, responsables del 70% de los contenidos. Los expertos advierten de que cada vez hay que dedicar más tiempo a manejar esa información, y avisan de que ha decrecido nuestra capacidad para conservarla.

Estamos rodeados de bits. Hay 900 millones de ordenadores, 550 millones de reproductores de música digital, 600 millones de teléfonos móviles con cámara, 400 millones de cámaras… La información digital que contienen todos estos dispositivos suma 161.000 millones de gigabytes, el equivalente a tres millones de veces la información contenida en todos los libros escritos o a 12 pilas de libros que cubrieran, cada una de ellas, la distancia entre la Tierra y el Sol. Y en tres años, esa cifra se multiplicará por seis, hasta los 988.000 millones de gigabytes.

El informe que contiene esta información se titula La expansión del universo digital, y ha sido realizado por la consultora IDC, especializada en nuevas tecnologías, por encargo de la compañía EMC, que se dedica al negocio del almacenamiento de datos. En el estudio se analiza la creación e intercambio de información digital en 2006, y se aventura su posible evolución hasta 2010.

Los analistas de IDC han utilizado los datos disponibles sobre los productos tecnológicos vendidos en el año y han estimado su capacidad de almacenamiento. También han usado estimaciones propias, y han llegado a la conclusión de que los usuarios particulares son los protagonistas de esta explosión, ya que son responsables del 70% de los contenidos generados el año pasado. Este dato coincide con el informe La Sociedad de la Información en España 2006, recientemente publicado por la Fundación Telefónica, donde se explica que la cantidad de información generada cada mes por los usuarios de Internet es cinco veces superior a la cifra del año 2000.

Según los analistas de IDC, este boom de la información digital se debe al crecimiento del acceso a Internet por banda ancha (ya hay 1.100 millones de internautas), la continua conversión de información analógica (libros, llamadas de teléfono, emisiones de televisión) a digital y la caída en los precios del almacenamiento y la capacidad de proceso de los dispositivos. Según explica José Luis Solla, director general de EMC para España y Portugal, el precio medio por unidad de almacenamiento (gigabytes o terabytes) cae cerca del 30% al año. Además, los dispositivos son cada vez más pequeños, lo que significa que el nuevo planeta digital es cada vez más grande pero, a la vez, más diminuto.

El veloz crecimiento de la información digitalizada tiene su lado oscuro. Cada vez es más complicado manejarla. Según datos de Estados Unidos, los trabajadores emplean una media de 14,5 horas a la semana en leer y contestar correos electrónicos, 9,6, a buscar información y 9,5, a analizar esa información.

Además, una de las paradojas del nuevo universo digital es que, a medida que crece nuestra capacidad para almacenar información (este año saldrá al mercado el primer disco duro con 1.000 gigabytes), decrece la de conservarla. Podemos leer mensajes tallados en piedras o admirar cuadros pintados en lienzos con cientos de años, pero la duración de un disco duro oscila entre los cinco y los diez años, y la de un CD o DVD roza los 20. Además, y como señala Solla, podemos guardar la información en distintos dispositivos pero, ¿quién nos asegura que los programas necesarios para descodificarla (como Word, Excel o Powerpoint) seguirán existiendo dentro de 20, 50 o 250 años? «Se está trabajando en estándares para archivar información independientemente del programa, aunque aún son proyectos incipientes», dice Solla.

Por eso, y a pesar de que la mayor parte del contenido está creado por los usuarios, los analistas de IDC creen que el 85% de esa información será gestionada, en un futuro, por empresas. «Tendremos nuestros dispositivos de almacenamiento con nuestras fotos y textos en casa, pero también la tendremos replicada fuera, para asegurarnos de que se conserva», dice Solla.

Sólo un cuarto del contenido digital, aproximadamente, es original, y el resto está duplicado o replicado (correos electrónicos reenviados, copias de seguridad, películas, canciones…). Y la mayor parte de esa información son imágenes, que suponen una cuarta parte del total (aunque hay que tener en cuenta que su peso es superior al de los textos o el audio).

Los países desarrollados, por otra parte, controlan buena parte de este nuevo mundo digital: el 72% de los nuevos contenidos se generan en Norteamérica y Europa Occidental. Sin embargo, el ritmo de creación en los países emergentes crecerá, al parecer, entre un 30% y un 40% más rápidamente que en los desarrollados.

La vida en un ‘terabyte’

Gordon Bell, un investigador de Microsoft, decidió en 2000 poner en marcha un experimento. Se trataba de almacenar toda la información que generaba y recibía: los libros que leía y canciones que escuchaba, las conversaciones telefónicas que mantenía, las webs que visitaba… La idea de Bell era probar que un individuo podría conservar toda su vida en un terabyte, es decir, en 1.000 gigabytes. Un reproductor digital de ese tamaño contendría unas 300.000 canciones, 1.250 horas de vídeo o 312.000 fotografías.Durante siete años, Bell ha acumulado unos 150, el 15% de lo que tiene disponible para toda su vida. Sin embargo, al intentar grabar todos los programas de televisión que veía, almacenó más del doble de esa cantidad, lo que significa que un tera puede ser suficiente para una vida repleta de textos, pero difícilmente lo será en el audiovisual siglo XXI, donde la resolución de las imágenes aumenta sin parar: cuando Bell empezó su experimento, tomaba fotografías de 2 MB de calidad. Ahora, tienen 5 MB.Según calcula IDC, si todo el mundo hiciera la misma prueba que Bell, se necesitarían 620exabytes (un millón de terabytes), 30 veces más del almacenamiento disponible.