El espacio okupado La Ingobernable convoca a los movimientos y organizaciones de la sociedad civil a una manifestación que reclamará la permanencia del centro independientemente del resultado de las elecciones de mayo
El espacio recuperado La Ingobernable, en la calle Gobernador del distrito de Centro de Madrid, ha anunciado la convocatoria de una movilización el 11 de mayo, coincidiendo con el segundo aniversario del centro. La Ingobernable, que da espacio a más de 170 actividades cada mes, se apoya en colectivos y movimientos del tejido social madrileño para reclamar una solución que asegure la supervivencia del centro después de las elecciones locales del 26 de mayo. Ecologistas en Acción, Coordinadora 8M Madrid, o la Asociación Libre de Abogados ya han confirmado que secundarán la protesta del 11 de mayo, que precede a las manifestaciones con el lema «Madrid no se vende», celebradas en 2017 y 2018.
La Ingobernable ha anunciado asimismo la firma de un acuerdo con la Asociación Vecinal del Barrio de las Letras y el AMPA del colegio Palacio Valdés «cuyo objetivo es continuar el proceso de apertura y defensa del edificio de la calle Gobernador 39 y del modelo que en él se desarrolla, para el uso y disfrute de toda nuestra ciudad». Ese texto, junto con un documento jurídico que será entregado al gobierno local hoy, 29 de marzo, está en manos del Ayuntamiento.
La asamblea de este espacio ocupado informa de que se han producido hasta cinco reuniones con concejales y asesores del Ayuntamiento. Pero las reuniones, explican, no han fructificado: «Tras varios encuentros con concejales del actual ayuntamiento de Madrid para el diálogo consideramos frustrante, peligrosa y tardía la poca voluntad y responsabilidad, además del mensaje contradictorio que, respecto al reconocimiento del proyecto y su permanencia, han manifestado».
La Ingobernable se reivindica como un «bien común» de la ciudad y, como tal, plantea la manifestación del 11 de mayo como una movilización «para defender esta forma horizontal y autoorganizada de hacer política y un espacio que contrasta con un modelo de ciudad contrario a la gestión neoliberal de nuestra ciudad». El espacio ocupado convoca a los colectivos de «un Madrid feminista y ecologista» que participan en un espacio que «propicia la articulación social, genera redes afectivas y de cuidados y organiza actividades, encuentros, actos y eventos de ocio gratuito imposibles de imaginar ya, al alcance de todo el mundo, en esta ciudad».
El 10 de mayo de 2017, El Salto publicaba que el Ayuntamiento podía rescindir el contrato con Ambasz desde finales de 2016, por incumplimiento de contrato. En octubre de 2018, el Ayuntamiento aprobaba rescindir el acuerdo con el arquitecto, previa indemnización de 1,4 millones de euros, y el edificio volvía a depender enteramente de la consejería de Hacienda. Desde ese momento, el equipo municipal tenía las manos libres para negociar sobre el futuro del edificio. Pero, pese a algunos globos-sonda enviados y desmentidos a través de los medios, no se ha planteado ninguna salida en los últimos meses de legislatura.