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La insolente dominación

Fuentes: Rebelión

Que no se ofenda quien se de por aludido, los cambios de este sistema que construyeron hace ya muchos siglos los de arriba para una insoportable minoría, no lo cambiarán los que prometen desde los púlpitos, escenarios y otros lugares, los que dicen ser los amigos del pueblo, aquel que desde una perspectiva de poder […]

Que no se ofenda quien se de por aludido, los cambios de este sistema que construyeron hace ya muchos siglos los de arriba para una insoportable minoría, no lo cambiarán los que prometen desde los púlpitos, escenarios y otros lugares, los que dicen ser los amigos del pueblo, aquel que desde una perspectiva de poder pretenden secuestrar las voluntades de los de abajo, de los desposeídos, de los explotados, de los que no tienen acceso a los niveles de standares de vidas normales, de los que sufren persecución-represión. 

Por mucha teoría que nos quieran meter, basándose en símbolos y personificaciones desaparecidas en un tiempo diferente a este, que ya ha muerto, empeñarse en reconstruir la realidad bajo estos paradigmas o referentes históricos es imposible, la teoría es el estudio de la práctica y la práctica puede estar equivocada o acertada, dependerá de realidades concretas y del nivel de desarrollo. A pesar de todos los procesos revolucionarios que se han dado durante la historia, comprobaremos que los de arriba siguen intactos generaciones tras generaciones, sembrando el caos, guerras, muertes y destrucción. Muchos miles de millones personas están abocados a una muerte lenta por hambre y enfermedades no diagnosticadas ni tratadas por una autoridad profesional.

Ahora observaremos que los de arriba siguen subiendo peldaños de poder, estrangulando a los pueblos a pesar de las protestas, evidentemente no masivas, pero si significativas que amenaza con extenderse, sin embargo los de arriba siguen apretando los tornillos a los de abajo, su dominación se hace insoportable.

El referente de izquierda ha dejado de representar un espacio histórico revolucionario, esa definición viene designada por la burguesía en el año 1789 en Francia. Cuando convocados los Estados generales, los representantes de la nobleza y el clero tomaron el asiento de la derecha del trono y los representantes del pueblo, en su mayoría comerciantes y empresarios, a la izquierda. Parece también nacer en la Revolución francesa como analizadores de la posición política. Luego de más de dos siglos han caído en una franca confusión sus referentes. Tanto la izquierda tradicional, que pretende moderar su discurso para ser aceptable por los sectores medios y altos del electorado, renunciando así al objetivo revolucionario para ha convivir pacíficamente con el sistema capitalista. La función del proletariado es: instaurar la democracia obrera o (dictadura del proletariado) y dirigir la revolución desde abajo para acabar con los privilegios de clases y apoderarse de los medios de producción, ese es el verdadero objetivo principal de la clase trabajadora, por tanto cualquier concepto y referencia de si es de izquierda no tiene la mayor relevancia.

Pretender seguir la guía de los partidos políticos o de cualquier fuerza política que desde su pedestal autoritario y dogmático intentan cambiar el curso de los acontecimientos históricos con su forma excluyente del hacer diario y no separar lo propio de lo común, los intereses partidistas de los intereses generales o comunes. El llegar al poder político sin cambiar las estructuras del sistema no cambia ni cambiará nada el verdadero status de los de arriba.

Una formación surgida de un movimiento de protesta que pretende llevar las reivindicaciones de la mayoría del pueblo como alternativa de cambio desde unas elecciones generales burguesas, bajo el dominio de la burguesía capitalista es un fiasco.

Para empezar deberíamos aprender a mandar obedeciendo como diría el desaparecido que nunca estuvo presente, el Subcomandante Marcos. Ya no puede ocupar espacio protagonismos personales, es tiempo de que lo ocupen los sin nombres, los de abajo, las grandes masas de asalariados, los que sufren el día a día.   

Sobre mis dudas descansa las bases de mis criticas hacia las elecciones electorales en el contenido y en las formas de un proceso anti-democrático que se lleva a cabo periódicamente. La verdad es que hace tiempo dejé creer en la institucionalidad de los de los procesos electorales.

Blog del autor: http://juan-rojo1917.blogspot.com.es

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