Resulta trágico (y cómico) tener que ponerse al lado de la derecha para defender el no a la privatización de Cajastur. Con esta izquierda hasta necesitamos que la derecha venga a salvarnos. Y resulta mucho más que sospechoso la insistencia y la defensa que de la privatización hacen los partidos de la izquierda institucional, de […]
Resulta trágico (y cómico) tener que ponerse al lado de la derecha para defender el no a la privatización de Cajastur. Con esta izquierda hasta necesitamos que la derecha venga a salvarnos. Y resulta mucho más que sospechoso la insistencia y la defensa que de la privatización hacen los partidos de la izquierda institucional, de algo que siendo público y estando en manos de las administraciones regional y local pretenden que pase a manos privadas.
¿Quién sale beneficiado y quién es el perjudicado con esta privatización? Esta es la pregunta clave a la que no parece que los partidos y sindicatos protagonistas de la decisión estén dispuestos a responder. Porque en esta privatización, como en todas las demás, salen beneficiados los agraciados y los que toman la decisión, los que personalmente votan sí al cambio de titularidad. Ganan cada uno de los que dicen sí, con nombre y apellidos, y ganan dinero contante y sonante o cargos privilegiados.
Y no sólo ganan lo que hay, que no es poco, sino que previamente lo aderezan y prepararan libre de cargas a costa del erario público, a costa del bolsillo de los ciudadanos, para que así todavía resulte más exitosa la privatización.
Ya resulta reiterativo decir que, además, sólo se privatizan los activos, los bienes, y nunca se van a privatizar las pérdidas como es más que evidente, por ello, ¿qué justificación pueden esgrimir los partidos de «izquierda» (una izquierda que apesta) que además están en el poder (estaban más que están) PSOE e IU que no sólo han organizado este expolio sino que descalifican, sin argumento alguno, a quien se oponga.
¿Qué pueden decir los sindicatos CCOO y UGT cuando también protagonizan este saqueo? Nada que no sea seguir medrando en la crisis y a costa de la crisis, lo mismo que los demás cómplices del sí a esta privatización y a todas las demás.
Y ahora resulta que FORO, un partido salido de las diferencias y enfrentamientos en el seno del PP y liderado de modo personalista por Cascos se convierte en el defensor de lo público, mientras que la «izquierda», una vez más, se sube al carro de lo más genuino del neoliberalismo.
Es más, Cascos denuncia explícitamente a los responsables de Cajastur, a su presidente y a la Federación Socialista de Asturias de beneficiarse de créditos fáciles y de estar metidos hasta los codos, algo que no ha sido desmentido formalmente sino con evasivas.
Con estas maniobras financieras se entiende que esto no es ninguna crisis global que viene de no se sabe donde y movida por unos hilos invisibles. No, como en todo lo demás, esta es la crisis organizada intencionadamente por unos pocos en su sólo beneficio a costa de lo que haga falta. Es la crisis programada para dar un paso más en la dirección de privatizar todo lo que haya de valor a costa de la pauperización absoluta de la sociedad. Porque cada nueva vuelta de tuerca que dan, ¿qué queda en las arcas públicas que no sean más recortes sociales y menos recursos y bienes propiedad de la sociedad? Siempre, eso sí, cada paso va acompañado de las leyes necesarias dictadas a la medida que sea necesaria para que todo muy legal.
Así las cosas, ahora resulta que viene la derecha a salvarnos, porque hasta es posible que esta derecha se dé cuenta de que no es posible seguir jugando con la gallina de los huevos de oro.
Bienvenido sea Cascos en la defensa de Cajastur. De pena.
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