El pasado 25 de Noviembre del 2016 el Movimiento de Mujeres Olga Benário realizó una acción ciudadana feminista de ocupar un edificio vacío de la congregación religiosa Salesiana en la ciudad de Porto Alegre. Nacía así el centro Ocupação Mulheres Mirabal de Porto Alegre que ayuda a las mujeres de Porto Alegre víctimas de la violencia machista y en situación de vulnerabilidad social. Hoy la Justicia Brasileña de la ciudad de Porto Alegre quiere desalojarlo.
Teniendo en cuenta el desmantelamiento de las escasas políticas públicas que todavía teníamos, de los reducidos recursos estatales destinados a la lucha contra la violencia de género y ante las crecientes y absurdas agresiones, violaciones y feminicidios, ¡decidimos luchar y preocuparnos por la vida de las mujeres! En este corto período de tiempo, apenas 4 meses de ocupación, con pocos recursos, pero con mucha disposición y apoyo de movimientos sociales, entidades, sindicatos, vecinos, profesionales de la salud, la asistencia, el derecho, estudiantes y demás personas solidarias con la causa, construimos un verdadero espacio de acogida y fortalecimiento de las mujeres.
El local es propiedad de los salesianos, congregación religiosa que demandó ante la justicia la devolución del edificio ocupado. Nuestra intención era reivindicar la mediación entre el movimiento, la Iglesia y el poder público municipal y estatal, responsabilizando al poder público del cumplimiento de su deber de mediador en este conflicto, proponiendo una solución que podía pasar por la cesión del local o por el ofrecimiento de otro inmueble que no esté siendo utilizado y pueda ser destinado al movimiento Ocupação Mulheres Mirabal.
No obstante, la congregación religiosa se niega a cualquier diálogo, ya sea con el movimiento o con el mismo Estado. Son decenas las mujeres acogidas que llegan a la ocupación enviadas por la Delegación de la Mujer del Centro Estadual de Referencia de la Mujer Vânia Araújo Machado (CRMVAM), por la Procuraduría de la Mujer en la Asamblea Legislativa, por la ONG Themis o por la simple indicación de quien nos conoce y vio en la Ocupação Mulheres Mirabal una alternativa con la que se puede ayudar a las mujeres que necesitan apoyo.
Pero a pesar del reconocimiento y legitimación del poder público en relación con el trabajo desarrollado en el edificio ocupado, el día 15 de marzo la 20ª Cámara del Tribunal de Justicia aceptó a trámite la solicitud de devolución del local ocupado bajo el pretexto de defender el sagrado derecho de la propiedad privada, dictaminando por unanimidad el desalojo del local en un plazo máximo de 30 días, pudiendo darse el caso de que se acorte ese plazo si así lo considerase oportuno el juez responsable del proceso.
Una vez más el sistema judicial demostró que no está de nuestro lado, decidiendo echar a la calle, sin ofrecer ninguna alternativa, a mujeres que son víctimas de violencia o están en situación de vulnerabilidad social y encuentran cada vez menos apoyo del Estado y del ayuntamiento. En este momento queda claro, una vez más, la injusticia y la falta de humanidad de este sistema capitalista y patriarcal en que vivimos y la necesidad de abolir la propiedad privada, que una vez más se pone por encima de la vida de las mujeres. Sabíamos que este momento llegaría y estamos organizadas para resistir hasta el final, pues quien decide luchar para que dejen de morir mujeres, en casa o en la calle, no retrocede ante las amenazas de violencia, aunque vengan del poder público.
Por esa razón, estamos convocando una jornada de 30 días por la vida de las mujeres, cada día con una actividad diferente, desarrollando debates sobre los más diversos temas, la cultura y el arte popular. ¡Venga a resistir y luchar con la gente! ¡Lo hacemos por el bien, por la justicia y por un mundo mejor!
Fuente: http://averdade.org.br/2017/03/justica-de-porto-alegre-quer-despejar-ocupacao-de-mulheres/
(Traducido del portugués para Rebelión por Alfredo Iglesias Diéguez)
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de las autoras mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.