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La Justicia especial para la paz (JEP), manzana de la discordia

Fuentes: Rebelión

En un lacónico discurso pronunciado por Álvaro Uribe Vélez, en cuerpo ajeno (Iván Duque Márquez), el día domingo 10 de marzo (2019), en horas de la noche los colombianos escuchamos cada una de las razones por el cual, el ventrílocuo – Varito Vélez , que tiene la habilidad de hablar cambiando su voz natural sin […]

En un lacónico discurso pronunciado por Álvaro Uribe Vélez, en cuerpo ajeno (Iván Duque Márquez), el día domingo 10 de marzo (2019), en horas de la noche los colombianos escuchamos cada una de las razones por el cual, el ventrílocuo – Varito Vélez , que tiene la habilidad de hablar cambiando su voz natural sin apenas mover los labios ni los músculos de la cara, de manera que da la impresión de que es otra persona la que habla); objeta seis artículos de la ley Estatutaria, Justicia Especial Para la Paz (JEP).

(1)»A pesar de la claridad de todos estos mensajes de influyentes instancias de la comunidad internacional, el gobierno del presidente Iván Duque Márquez persiste en formular nuevos obstáculos, o en intentar revivir debates ya superados en el trámite legislativo de las normas que deben regular el funcionamiento del recién inaugurado sistema de justicia transicional. La más reciente de esas trabas es el conjunto de objeciones a la Ley Estatutaria de la JEP que ha presentado el Presidente de la República al Congreso, pese a que dicha ley ya fue objeto de control por parte de la Corte Constitucional. Esto es especialmente preocupante porque buena parte de las objeciones que se han venido esgrimiendo están orientadas a desconocer decisiones que la Corte Constitucional tomó el año pasado sobre esa ley. En otras palabras, recurriendo a la figura de la objeción por inconveniencia, se pretende desconocer la decisión a través de la cual la Corte declaró constitucionales algunas normas de la ley, con la condición de que fueran interpretadas en la forma como la propia sentencia indica». (Cita:1 Carta enviada a la ONU).

No cabe duda que esta figura especial para la Paz, creada en el marco del acuerdo «Terminación del conflicto armado para una paz estable y duradera» se fuera a convertir en la Manzana de la Discordia, para una verdadera reconciliación de todos los colombianos. Como en la mitología griega dicha Manzana Dorada, la diosa Eris destino para la más bella, en la boda de Tetis y Peleo; en férrea disputa terminaría llevando al pueblo en la fratricida guerra de Troya.

Los poderosos enemigos de la Paz arropados bajo el mantras de la «Democracia» en Colombia, como en la fiesta de Tetis y Peleo , todos ellos celebran felices, porque las vidas de los colombianos transcurrirán en un continuo e inalterable jubilo de odio, intolerancia, mezquindad, donde los de abajo seguirán inclinándose a sus pies besando y rundiéndole culto a su ídolo de la guerra.

Lo más sorprendente es que estemos pasando de un Estado Social de Derecho, a un Estado de Opinión, donde las sentencias Jurídicas, de una alta corte, pasen a ser objetadas por el «Ejecutivo, en este caso el Presidente en cuerpo ajeno». Es lamentable que después de diez guerras civiles desde 1812 hasta 1948, no queramos pasar la página histórica de toda una vorágine de guerra.

La ambición histórica de los dirigentes políticos y sus partidos, nos han conllevado a una disputa entre quienes defendemos la vida, y entre quienes defienden sus interese a costa de la sangre del pueblo colombiano. Esto nos ha llevado durante casi doscientos años a la injusticia social, que estimula la pobreza y carencias de los más necesitados, producto de guerras intestinales. Esos mismos sectores que han usurpado el poder a punta de mentiras y engaños, siguen haciendo crecer sus negocios con los conflictos civiles, y que por lo tanto están interesados en llevarnos a una Guerra de Troya, a la colombiana, claro está.

Por ahora la Paz en Colombia seguirá siendo inusual y frustrante, como la manzana de la discordia, se prueba, se disfruta pero cuando se acaba solo queda la soledad y el arrepentimiento.

La Paz en Colombia la arrojamos entre las diosas vanagloriadas de la guerra; exigimos juicio en discusión airada. Colombia un país alucinado ante ostentosa joya le cede al pueblo esta manzana de la discordia.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.