Palestina, Libia, Siria, Grecia y España, ponen en evidencia la contradicción entre la legalidad y la justicia. En estos países se apreciar con claridad y en toda su plenitud el papel de las ideologías y su utilidad para justificar la dominación del imperio sobre los pueblos. Palestina es quizás el país donde el antisemitismo sionista […]
Palestina, Libia, Siria, Grecia y España, ponen en evidencia la contradicción entre la legalidad y la justicia. En estos países se apreciar con claridad y en toda su plenitud el papel de las ideologías y su utilidad para justificar la dominación del imperio sobre los pueblos.
Palestina es quizás el país donde el antisemitismo sionista ha desbordado todos los límites de la legalidad imperial. Justificada su ocupación mediante una «resolución» del órgano internacional para la colonización de los pueblos como lo es Organización de las Naciones Unidas Palestina se vio invadida por el racismo, la exclusión y el antisemitismo de los jefes sionistas de Europa y Norteamérica después de la segunda guerra mundial. Un antisemitismo que no distinguió entre árabes musulmanes, árabes judíos o árabes cristianos que vivían pacíficamente y donde todos era PALESTINOS. En este país la legalidad capitalista se impuso mediante el dinero, las armas y el exterminio. Después llegaron las religiones y las «leyes» para confundirlo todo; así como, para justificarlo todo. Que si es una lucha religiosa, que si la tierra prometida; falso, estamos frente a una invasión financiada por el sionismo y punto.
Libia es otro caso de legalidad capitalista. Cambia la estrategia de dominación y beneficio imperial de norteamericanos, alemanes e ingleses y entonces cambia la legalidad. Libia es una demostración fehaciente de que la base económica del capitalismo y su estrategia de dominación determina y marcan la pauta para la política, la religión y la legalidad. Son estas superestructuras las que justifican (argumentan, repiten y convencen) el estado de dominación del imperio burgués sobre los pueblos trabajadores y campesinos del mundo.
Si esta es la legalidad imperial, dónde está la justicia. Porque, el sistema capitalista nos ideologiza para que creamos y pensemos que su legalidad es igual a justicia: que su «legalidad» es ley divina. Una Resolución de la ONU vale más que la vida de millones de trabajadores y campesinos libios y palestinos. Cabe preguntarse entonces, ¿qué es la justicia? Inclusive podríamos preguntarnos de qué justicia hablamos cuando personas blancas, racistas, republicanas y machistas de la burguesía norteamericana o inglesa se alegran de las masacres sobre los pueblos de Libia, Iraq o Palestina y señalan que eso es «justicia». Para esta gente (holandeses, alemanes y franceses) los recortes presupuestarios en Grecia y España; así como, la venta de sus riquezas es «justicia». Señalan a los cuatro vientos que el hambre de los trabajadores y campesinos es «justicia» y lo justifican alegando que dichas medidas son necesarias. Entonces de quién es la justicia y qué se hace con ella. Estas son preguntas que los trabajadores y campesinos del mundo tenemos que contestar juntos y en la práctica. Debemos responder en lo político- organizativo; pero, también y muy especialmente mediante la construcción de una economía socialista para nosotros.
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