El poeta Alfredo Lavergne (Valparaíso, 1951) publicó una selección de sus Actas Literarias del Retornado en el libro: Puro Chile, suciedad democrática (Centro de Estudios Francisco Bilbao, 2008); el resto de la antología la complementan los escritores Omar Cid y Gregorio Angelcos, el prólogo es de Juan Pablo Cárdenas (Premio Nacional de Periodismo 2005). Autor […]
El poeta Alfredo Lavergne (Valparaíso, 1951) publicó una selección de sus Actas Literarias del Retornado en el libro: Puro Chile, suciedad democrática (Centro de Estudios Francisco Bilbao, 2008); el resto de la antología la complementan los escritores Omar Cid y Gregorio Angelcos, el prólogo es de Juan Pablo Cárdenas (Premio Nacional de Periodismo 2005).
Autor de: Cahier Fluvial (1997); El Puente (1995); La mano en la velocidad (1993); Alguien soñó que no moría/ On ne rêve pas encore à la mort (1993); Retro-perspectiva (1991); Rasgos separados/Traits distinctifs (1989); Índice agresivo (1987); Alas dispersas (1986) y Cada fruto (1986). Asimismo, su poesía ha sido llevada a otras artes, por ejemplo, fue adaptada al teatro por Le Théâtre du Tandem – Des petites choses pour l’eau (1997) y musicalizada -por Rafael Azocar- en la cantata Rasgos separados de L’ensemble Acalanto.
En entrevista con Clarín.cl -casa editorial donde suele colaborar- Lavergne responde sin tapujos desde «una recreación de la realidad por medio de relatos sociales y crónicas testimoniales», sin dejar de lado el análisis político. Implacable adversario de Juan Agustín Figueroa (el ladrón de la Fundación Neruda) y su Ley Antiterrorista «La derecha misma, busca desde su crítica al gobierno, presionar para que se generalice la Ley Antiterrorista y con ello hacer retroceder a los chilenos hasta la Política de Seguridad Nacional que impusieron en Latinoamérica las dictaduras gorilas».
MC.- ¿Todavía te queda la sensación del retornado?
AL.-Turistas y emigrantes chilenos volvían de viajes o de búsquedas de trabajo durante decenios. Era así, el capitalismo produce esas diferencias, unos regresaban con souvenirs, fotografías de paisajes encontrados y otros del fracaso de inserción en el país vecino o lejano. Otra es la experiencia de los chilenos que debieron partir «a golpe de uniformados nacionales» en 1973. Esos emigrantes, refugiados y exiliados siempre se plantearon o imaginan actualmente el regreso a su país, su cultura o a la reconstrucción del proyecto político suspendido bruscamente por la implantación de una dictadura militar ordenada por la derecha. La clasificación de «retornado» no es una muletilla ni vehículo mecánico al que nos subimos miles de chilenos y latinoamericanos, para que nos reagruparan en artefactos teóricos. Es una realidad tremendamente mental, política y cultural.
Treinta años viví expatriado. En uno de los Chile soy chileno y en otros soy y seré retornado. Porque en esta explotada geografía existen muchos Chile. En un Chile los jóvenes tienen derecho a educación, en otros no. En un Santiago se tiene derecho a salud en otros no. Existen Chile con cerros cubiertos por la gasa de la cesantía y otro de opulencia. En todos los Chile el libro es un consumo de lujo, con un impuesto al valor agregado exagerado (IVA), el más alto del mundo, 19 por ciento… en algunas casas hay analfabetismo y en otras bibliotecas.
MC.- A 10 años del inicio de la Revolución Bolivariana. ¿Qué viviste en Venezuela? Por cierto, ¿qué te dejó la experiencia en Canadá?
AL.- Viví 28 años en Québec , las organizaciones sociales y políticas de los chilenos en Montreal, alcanzaron un alto nivel de compromiso en la lucha contra la dictadura. El pueblo quebequeño era abiertamente solidario, los chilenos exiliados se integraban fácilmente en ese rincón francés de América y existía una librería que nos alimentaba de títulos en castellano. Venezuela fue mi patio de entrada a Chile. En ese país ya era un «retornado latinoamericano». Escribí a un amigo chileno desde esa etapa de mi retorno a Latinoamérica: -Tengo dos semanas y media aquí en Maracay y dos trabajadas. Resido en casa de un «compañero chileno» y tengo una pieza grande sin aire acondicionado. En ese dormitorio me corresponde un ventilador que trabaja día y noche… es un remolino de calor con ruido sincopado. Pero, también vivo un reencuentro cotidiano con el idioma. En cuanto a Chávez, te contaré que parece ser un líder respetado por algo así como el 70 % de este pueblo. Es fácil encontrarlo en la radio, periódicos y una vez por semana en TV conversa horas en directo con los venezolanos. Pareciera que el proceso es menos ideológico que la «vía al socialismo del Chile del 70». Pero en la práctica más socialista que populista, lo reflejan sus proyectos sociales, culturales y económicos. Cuando viajé a Guatemala, escribí: Camina el guatemalteco / sin exagerar / la palabra comer. Venezuela, pasa por otro momento histórico y nos dicta lo siguiente: Camina el pueblo venezolano / construyendo / su sueño bolivariano.
MC.- En tus actas, intercalas experiencias personales, crónicas periodísticas de corte político y cultural. ¿Cómo forjaron el libro Puro Chile? ¿Cuántas sesiones trabajaste con Gregorio Angelcos y Omar Cid?
AL.-El proceso de gestación de nuestro libro fue intempestivo, los tres escribimos habitualmente sobre temas relacionados con la realidad nacional en diferentes medios digitales, por tanto, nuestra actividad periodística tenía un desarrollo independiente entre nosotros. Sin embargo, como nuestro vínculo se fue potenciando en nuestra actividad gremial en la Sociedad de Escritores de Chile, las coincidencias en la forma de analizar la realidad fueron convergiendo en innumerables conversaciones de café.
Los tres percibíamos que era necesario establecer una mirada alternativa a los diagnósticos políticos o sociológicos tradicionales. En ese instante de reflexión compartida concebimos la idea de editar nuestros trabajos publicados, previa selección de los que considerábamos de mayor interés público y ciudadano. Fue así como intercambiamos textos y comenzamos a planificar la edición, las jornadas fueron varias, y se discutió en ellas, los contenidos generales del libro y luego las características de la publicación. El título surgió en una lluvia de ideas a mediodía, y luego de ir sugiriendo nombres surgió el de Puro Chile: suciedad democrática (2008), que es sin duda para el mundo oficial una irreverencia, ya que invalida un conjunto de acciones y decisiones tomadas por la clase política durante la transición, poniendo en tela de juicio el tipo de democracia que negociaron con los funcionarios de la dictadura.
MC.- Al igual que El espíritu de la tregua, tu libro no ganó un Fondart, sin embargo tiene el respaldo del Centro de Estudios Francisco Bilbao. ¿Cómo se vincularon a dicho Centro de Estudios?
AL.-Bueno, aún no hemos ganado nada porque lo que correspondería es postular este texto al Consejo Nacional del Libro y la Lectura el presente año, ya que de acuerdo con las bases se premia a las mejores obras editadas durante el año anterior, en este caso, el 2008. Esto es completamente diferente a la relación que se gestó con el Centro de Estudios Francisco Bilbao. Omar Cid es miembro del directorio de dicho centro, por tanto, fue nuestro contacto para presentarles el proyecto, el que fue bien acogido. Una vez leído por el ejecutivo de la institución acordaron editarlo por el interés que a juicio de ellos tenían los contenidos del libro. Y así ocurrió, presentándose con éxito en la Feria Internacional del Libro en noviembre del año pasado. Estuvieron en el panel, el Premio Nacional de Periodismo 2005, Juan Pablo Cárdenas, el político Jorge Arrate y el sociólogo Leandro Torchio por el Centro de Estudios. Nosotros pertenecemos a diferentes sensibilidades políticas en el país, por ejemplo Angelcos es redactor permanente en el Centro de Estudios Sociales AVANCE, Omar Cid en el Centro Francisco Bilbao, y yo soy un libre pensador con un perfil de Izquierda, por tanto nuestro vínculo con ellos es de una interacción intelectual libre, pero cuya convergencia está dada por el análisis crítico que hacemos de la realidad política nacional.
MC.- ¿Qué tema te ha costado entender de la nueva realidad chilensis? ¿La Ley Antiterrorista contra los mapuches? ¿la enraizada corrupción de la Concertación? ¿la patética y farandulera presencia de la derecha?
AL.- A casi cinco siglos de la dominación española de este territorio, la sociedad chilena civil y su Estado, continúan discriminando y persiguiendo las naciones originarias. Los intelectuales chilenos siempre han denunciado los abusos que se aplicaron y ejercen en contra de las naciones ancestrales que existen en Chile. Luis Vitale, Carmen Berenguer, Pedro Lemebel, Omar Cid, Gregorio Angelcos, José Bengoa, Luis Sepúlveda, Ramón Díaz Eterovic en sus obras y muchos más salen al encuentro de esta injusticia con valores solidarios que la sociedad chilena en su mayoría, intenta obviar.
La derecha misma, busca desde su crítica al gobierno, presionar para que se generalice la Ley Antiterrorista y con ello hacer retroceder a los chilenos hasta la Política de Seguridad Nacional que impusieron en Latinoamérica las dictaduras gorilas. Antes de la ley antiterrorista contra los mapuches, están las ventas de tierras ancestrales por parte del Gobierno a criollos, políticos, fundaciones de poblamientos turísticos, empresas que procesan maderas y de megaproyectos hidroeléctricos. Se aplica la Ley Antiterrorista a los mapuches que reclaman y se organizan para recuperar las tierras «privatizadas y santificadas» de Eduardo Luchsinger (Fundo Santa Rosa), las 300 mil hectáreas Paumalín y mordisco Chaintén del turista estadounidense Douglas Tompkins, el predio San Leandro, el corte maderero del fundo Santa Elena, del amuñamiento de Chiloé por políticos de la Concertación y del candidato presidencial de la derecha Sebastián Piñera.
En la zona en disputa chileno-mapuche ciertos señores de las tierras ya cuentan con «guardias blancos armados», la aplicación selectiva de la ley «antiterrorista» a «guerreras y guerreros mapuches», es en defensa de poseedores de certificados de propiedad de la «Nación Única» y podemos traducirla como neo-carroña de la política racista-dominadora que en Chile conocimos por su Ejército Pacificador.
MC.- Alfredo, en su momento escribiste sobre la inversión de la Fundación Neruda en la empresa de Ricardo Claro; una vez muerto el pinochetista, Juan Agustín Figueroa heredó la presidencia de Viña Santa Rita (propiedad de Ricardo Claro) y la propina de Leonardo Farkas por 200 millones de pesos. ¿Qué seguimiento le has dado a los negocios y ruinas del Fundo Neruda?
AL.- Es labor de todos los chilenos terminar con el negocio de la educación, recuperar el fruto del trabajo de Neruda para quienes el poeta construyó su gran obra y terminar con la piratería cultural de los Claro y figuritas figueroas. ¿El dandy Falkas donó 200 millones a la Fundación de Ricardo Claro?
La Fundación Neruda, es una institución muy ad-hoc a lo que es la cultura hoy en Chile, por principio las fundaciones son personalidades jurídicas sin fines de lucro, las universidades privadas en su mayoría también, sin embargo, son un eslabón del negocio de la educación, asimismo, la institución que alberga el patrimonio del poeta, es un negocio, que tiene un espacio de responsabilidad social, a través de algunos talleres dedicados a jóvenes poetas, un premio internacional y otras chucherías, pero no existe una política cultural que emane de sus puertas, bueno el Estado tampoco la tiene, la Sociedad de Escritores de Chile tampoco y las demás agrupaciones como Letras de Chile y otras son simplemente beneficiarios esporádicos de algunos proyectos.
MC .- Tanto «Amalia» como «María C» al avanzar en la lectura de tus Actas Literarias cambiaron su idolatría por Ricardo Lagos y el resto de la legión concertada. ¿La realidad las desilusionó? ¿Qué tanto fue tu tenacidad crítica?
AL.- La corrupción enraizada en la alianza-concertación que gobierna Chile hace cuatro mandatos, específicamente desde las primeras horas del gobierno de la presidente Michelle Bachelet comenzó a destaparse el «cáncer laguista». Es una de las verdades socio cultural que tumbaron la candidatura para la reelección presidencial de Lagos y por supuesto la admiración de Amalia por el político Ricardo. Poco a poco, paño a paño, María C fue informándose de fraudes, de derroches de fondos fiscales del equipo de Lagos y de «coimas» que le dibujaron el parentesco de la Concertación con las debilidades morales y económicas «que derrotaron» al PRI mexicano. Si escarbamos en el omnisciente de estas chilenas, sabemos que es imposible que ellas voten por el motivo anterior, por ningún candidato de la alianza ideológicamente derechista (RN & UDI). Ellas vivieron la participación de «piñeritas y aliados» en La Moneda pinochetista. Otros son los votos que podrían caer a manos de una derecha maquillada de populista; Los que produce la tremenda desinformación del consumismo y su arrítmica usina en cadena que engendra la no poca ignorancia de hoy.
MC.- En lo político: si Bachelet intentó ser una invención de «Evita presidencial» ¿Frei Jr. será un «déjà vu»?
AL.- El equipo de asesores comunicacionales durante la candidatura de Michelle Bachelet, difundió esta asociación -«la Evita chilena»- en la perspectiva de presentarla como un producto nuevo para la sociedad chilena que se caracterizó, en primer lugar, por ser mujer (la primera con posibilidades de ser electa), en segundo lugar, por pertenecer a la ciudadanía y no a las maquinarias políticas vigentes de hecho toda la primera etapa de su gobierno fue calificada como de «gobierno ciudadano». De ahí que la relación con el gobierno de Bachelet me resulta paradójica, ya que no me es posible ser o no ser bacheletista.
Nadie miró a Bachelet como una política tradicional con un soporte ideológico determinado, no fue gravitante una «militancia» socialista. Tampoco interesó su programa de gobierno. La opinión pública se alineó en torno a una mujer maltratada por la dictadura, hija de un aviador asesinado, y con una actitud frente a la vida aparentemente sin resentimientos por haber sido objeto de la represión. En cambio enfrente tenía a oscuros personeros de derecha que habían formado parte de los grupos civiles que apoyaron la dictadura de Pinochet. Entonces las variables que determinaron su triunfo estaban ancladas en el pasado, y no en el presente ni en el futuro. Creo que su presencia en el poder es completamente inofensiva para los empresarios, para la derecha, para los Estados Unidos.
En cierta medida Frei Ruiz-Tagle tiene algunos componentes similares, hijo de un ex presidente, ex presidente, por tanto con una tradición vinculada a las oligarquías políticas de los últimos 50 años, lo que es un antecedente valorado por un porcentaje de los ciudadanos incultos de nuestro país que representan una mayoría. Frente a esto no hay mucho más que descubrir, Piñera es el nuevo síndrome del capitalismo corporativo. En síntesis, si asume Frei no habrán grandes transformaciones sociales, si asume Piñera experimentaremos un retroceso en los pocos programas sociales que se han conquistado. Un componente que a mi juicio es gravitante para un alineamiento nuevo en la política chilena es el quiebre definitivo de la Concertación, ya que la estabilidad que el sistema nos entrega, posibilita que el quehacer gubernamental continúe en un cuadro vegetativo permanente, sin que se ataquen los problemas estructurales que nos legó el régimen pinochetista y que aún continúan latentes.
MC.- En lo cultural, llamó mi atención que en tu libro haces referencia a 3 escritores: José Miguel Varas (porque Amalia leía Milico), Carmen Berenguer (porque le prestaste a María: Naciste pintada y La gran hablada) y Roberto Bolaño (por las 3 cuartillas que escribirías sobre Literatura nazi en Latinoamérica). ¿Por qué esta trilogía? ¿Cuál era la tesis de tu reseña sobre Bolaño?
AL.- Bueno, estas tres referencias no son casuales, en el caso de José Miguel Varas, se encuentra en el buen sentido de la palabra, un porcentaje importante de la tradición de la literatura social chilena, sumando a su favor una mirada crítica a esa confianza ilimitada en las fuerzas de la historia (en el sentido marxista del término) Las pantuflas de Stalin y otros relatos -publicado en 1990- son un a referencia importante, en el caso de la novela Milico es una mirada desde su experiencia personal, con el mundo militar, como la gran metáfora de la relación del mundo civil con los militares en Chile.
En el caso de Carmen Berenguer, se trata de un reconocimiento a una voz distinta, a la diferencia, los textos que tú nombras y otro como Bobby Sands, desfalleciendo en el muro de un registro distinto por cierto, tienen su mérito, su misterio y sobrepasan la política del «ninguneo», que caracteriza a las letras nacionales. Bolaño es distinto, se trata del inmigrante que vive las carencias y riquezas de su condición, escapa al canon forjado por la estructura social y cultural chilena, no pertenece a la clase alta, ni se apellida Huidobro, Edwards o Simonetti, recorriendo Europa o Norteamérica en busca de nuevas experiencias.
Tampoco perteneció a la camarilla de exiliados vinculados a la revista Araucaria, o la nomenclatura cultural del Partido Comunista como Roberto Ampuero, aunque después reniegue de ellos; a Bolaño simplemente no lo aceptaron, hizo el camino más largo y difícil, para terminar como casi todos los grandes en Chile, muy lejos de ser profetas en su tierra. Jorge Edwards, dijo en una entrevista a CNN Chile, refiriéndose a Bolaño que en realidad era más mexicano que chileno, yo creo exactamente lo contrario, Bolaño es el típico chileno busquilla que para colmo, soñaba consagrarse como escritor.
MC.- Finalmente, ¿ya están preparando el segundo tomo de Puro Chile, Suciedad democrática? ¿Seguirás con la lógica de compilar tus textos de La Cita Trunca ?
AL.- Ya dije «metafóricamente», que nuestro primer trabajo colectivo fue intempestivo. Personalmente estimo que un segundo tomo debería potenciarse con los textos de escritores, periodistas e intelectuales que tienen una mirada alternativa y que hoy no son pocos. Bueno, ya no es poco lo que hemos conversado, ahora continuaré con mis lecturas, con mi poesía, escribiendo actas literarias o crónicas como retornado acerca de estos muchos Chile-Latinoamérica, publicando libros y en los portales Chile Informa, Arte Comunicarte, Panorama Cultural, El Recreo y El Clarín.cl