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Entrevista con Fabio Díaz, trabajador de Ecopetrol

La lucha contra la privatización de Ecopetrol

Fuentes: Remap

Privatizar, vender y feriar lo público en detrimento de las finanzas del país, la dignidad y la soberanía, es una política gubernamental de saqueo que se agudizó desde la década del 90 durante el Gobierno de expresidente César Gaviria Trujillo bajo la llamada “apertura económica”, que se caracterizó por desarrollar la política neoliberal que solo ha traído miseria y guerra a Colombia.
Hoy el saqueo continúa. Y Ecopetrol, una de las empresas más rentables del Estado colombiano, es la víctima más próxima.
Pero por fortuna, la resistencia de trabajadores y trabajadores de la Unión Sindical Obrera (USO) ha impedido que esto suceda, gracias a las acciones de protesta que adelantan en todo el país. Desde el 25 de junio la USO, encabezada por la Subdirectiva Única de Oleoductos (SUO), se tomó 54  plantas de Ecopetrol para impedir su privatización, la cual empezaría por medio de la venta Cenit, empresa que tiene el control de los activos de transporte correspondientes a oleoductos y poliductos, y que aporta al país más de 4 billones de pesos anuales en ganancias.
A pesar del silencio de los grandes medios de comunicación, que solo sirven a las élites, familias y grupos políticos y económicos que gobiernan contra el pueblo, hoy la USO no ha desfallecido en la lucha y, por el contrario, ésta se fortalece, principalmente por medio de la Subdirectiva Única de Oleoductos que echó fuego a la llama de la resistencia desde hace más de un mes.
Para conocer de cerca esta lucha, REMAP dialogó con Fabio Díaz, quien desde hace 34 años es trabajador de Ecopetrol, y es dirigente nacional de la USO, un sindicato que ya cumple 98 años de existencia en su actividad organizativa dentro de la industria petrolera.
REMAP: Cuando pensamos en Ecopetrol, por lo regular pensamos en la Ecopetrol de antaño, como la empresa del Estado de hace unas décadas, pero sabemos que esto ha cambiado. ¿Actualmente cómo está conformada Ecopetrol? ¿Qué ha cambiado, y por qué se dieron estos cambios?
Fabio Díaz: Ecopetrol ha tenido una serie de cambios a lo largo de los últimos 20 años. Antes del 2000 era una empresa industrial y comercial del Estado, esto fue hasta junio de 2003, a partir de allí el Gobierno decide convertirla en una sociedad pública por acciones, del 26 de junio de 2003 al 2007 aproximadamente, y a partir del 2007 Ecopetrol es convertida en una sociedad de economía mixta (Grupo Empresarial Ecopetrol), esto quiere decir que pasa de ser una empresa industrial y comercial del Estado a que se permita el ingreso y la inversión de los capitales privados, situación que por supuesto nosotros los trabajadores no hemos compartido. Nosotros creemos que la industria petrolera del Estado es un modelo empresarial válido, que tal como lo ha hecho históricamente Ecopetrol genere crecimiento, desarrollo y utilidades para el país.
Han transcurrido más de un mes de protestas que buscan frenar la privatización de Ecopetrol, principalmente con el deterioro paulatino de sus finanzas que causaría la venta de la empresa CENIT. ¿Cómo se conformó esta empresa y cuál es su importancia para las finanzas de Ecopetrol?
Hoy estamos transitando por el día 37 de esta patriótica movilización que busca que el Gobierno Nacional desista de la venta del sistema de transporte por oleoductos, hoy a la cabeza de la empresa Cenit S.A, que es una empresa ciento por ciento del grupo empresarial Ecopetrol. Se busca visibilizar al pueblo colombiano a través de esta protesta esas intenciones del Gobierno de Iván Duque de poner en venta esta infraestructura.
Cenit es hoy la segunda empresa más grande de Colombia después de Ecopetrol. Es la empresa que le produce más del 30% (31% el año pasado) de las utilidades de Ecopetrol. En dinero estamos hablando de más de 4 billones de pesos. Eso quiere decir que, si se vendiese Cenit, el Estado dejaría de recibir hacia futuro un ingreso permanente, y también debilitaría enormemente a Ecopetrol. Esto llevaría a que en un futuro cercano esté en riesgo de quiebra, porque sus otros negocios como son la producción y venta de petróleo se encarecerían; la refinación también encarecería, lo que pondría en un alto grado de debilidad a Ecopetrol. Por eso los trabajadores de los oleoductos, y los afiliados a la Unión Sindical Obrera, tenemos la obligación de salir a hacer esta movilización en la vía de evitar la venta.
¿Cómo se enteraron o por qué afirman que el Gobierno pretende vender esta empresa?
La intención de vender a Cenit y otros activos de Ecopetrol no es nuevo. Siempre ha existido la intención de los gobiernos de vender sectores estratégicos rentables y, más recientemente, después de la creación del Grupo Empresarial Ecopetrol, que hoy tiene 29 empresas, consideramos que es un mecanismo creado para vender por partes a la empresa.
En el último periodo, es decir, en los últimos 15 años se ha venido consolidando el sistema de transporte por oleoductos. Se ha configurado a partir del 2012 la empresa Cenit que hace toda la actividad de transporte por oleoductos, y hoy es la segunda empresa más grande del país. Al finalizar el gobierno Santos, el ministro de Hacienda ya había manifestado que había la intención de la venta del transporte por oleoductos, y ya el Gobierno de Iván Duque lo viene señalando en su Plan Nacional de Desarrollo, y más recientemente con los decretos de emergencia, como el decreto 811 que posibilita la venta de infraestructura, donde queda mucho más nítida y más clara la intención de vender sectores estratégicos, como el sector eléctrico en Interconexión Eléctrica S. A – ISA-  y los oleoductos de Cenit. Es un pedido que viene haciendo el sector privado nacional y trasnacional, y es una lucha permanente con nosotros los trabajadores que hemos denunciado ante el país la intención de los gobiernos.
¿Cuáles son las acciones que durante las protestas han realizado para frenar la privatización de Ecopetrol?
La USO permanentemente realiza acciones para proteger el patrimonio nacional y defender a Ecopetrol. Como lo decía antes, la intención de venta ha estado durante la década de los ochenta, noventa y ahora en este siglo, siempre ha estado la intención de venta. Nos ha tocado en diferentes periodos dar luchas con las organizaciones sociales, sindicales, populares, hacer eventos por la defensa de Ecopetrol, hacer foros, hacer campañas para visibilizar este tema.
Y durante esta reciente lucha, que se dinamiza con la intención del Gobierno de vender empresas, esas 205 empresas del Estado, ha llevado a que se empiece a dar un rechazo generalizado de los trabajadores de la central obrera de organizaciones sindicales, sociales y populares, también de un sector de congresistas, senadores y representantes a la cámara, entorno a decirle al Gobierno de Iván Duque que no venda el patrimonio nacional, que no utilice la excusa de la crisis sanitaria y económica para  vender los activos, y que utilice otros instrumentos que no sea la venta de activos, lo que demuestra que en este periodo sí se han hecho muchas acciones de protesta. Desafortunadamente no han sido visibilizadas por los medios de comunicación; y también el estado de cuarentena no ha permitido la movilización general en el país, acciones que aspiramos en el tiempo se sigan mejorando.
Muy poco, o casi nada, se ha conocido de esta problemática en los grandes medios de comunicación, ¿por qué cree que no han tenido eco? 
Nosotros hemos notado un veto de los medios de comunicación corporativos. Es irónico que estando el Machín de la Resistencia, es decir, el punto en el que nos encontramos, solo a dos cuadras de uno de estos medios corporativos (RCN), después de 37 días no se hayan acercado a registrar lo que está pasando con esta lucha de contenido nacional, y de gran repercusión política.
Lo que notamos es que estos medios corporativos, una vez más, demuestran que están al servicio de los grandes capitales, del Gobierno, que no les interesa visibilizar estos temas importantes para el país; notamos que no hay libertad de información, libertad de comunicación. Se comprueba una vez más que estos medios de comunicación están al servicio de la burguesía, de la clase pudiente de este país, y al servicio de este Gobierno que no le importan los intereses de las grandes mayorías ni la defensa de las empresas nacionales.
¿Qué se ha logrado hasta el momento con esta protesta?
La protesta sí ha servido. Podemos señalar que en los 35 días de movilización uno de los intereses de los trabajadores que tiene que ver con sus derechos, los cuales Ecopetrol y la empresa Cenit se habían encargado de borrarlos, hoy ya se está hablando de que es necesario respetar los derechos a los trabajadores. Eso lo estamos discutiendo en la mesa de negociación, vamos a ver hasta qué punto es ese respeto que están manifestando. Y de otra parte la protesta ha permitido que entorno a la lucha nacionalista en contra del decreto 811 para evitar la venta de empresas, esta concentración en el Machín de la Resistencia ha posibilitado aglutinar, reactivar la protesta social, congregar a todas las personalidades y organizaciones comprometidas con la defensa de lo público. 
¿Qué acciones siguen para evitar la privatización de Ecopetrol? ¿Hasta cuándo continuarán las protestas?
Lo que sigue, nosotros lo vemos en la movilización. Desafortunadamente estos gobiernos obligan a que el pueblo colombiano tenga que volcarse a las calles con el fin de no permitir que esos decretos nefastos, por ejemplos, más de 170 decretos que en este Estado de Emergencia ha sacado el Gobierno Duque, todos en contra de los intereses de los trabajadores, el pueblo y la nación, pues prosperen. Entonces lo que sigue es movilización popular.
Lo que sigue también es que, desde el Congreso, con aquellos congresistas alternativos, con sentido patriótico, lo que puedan hacer para derogar estos decretos lesivos y proponer leyes y decretos que favorezcan los interesas del pueblo, de las empresas del Estado, del trabajo digno, de la inversión social.
Háblenos de la situación de seguridad que afrontan por estar defendiendo Ecopetrol, ¿han recibido amenazas?
En cuanto a seguridad, podemos decir que desafortunadamente, entorno a esta protesta y en torno a las protestas que desarrolla la USO en todo el país, ya se han venido dando casos que atentan contra la seguridad de los dirigentes y líderes sociales vinculados a la lucha.
La semana antepasada se registró la amenaza directa de muerte contra uno de los dirigentes sindicales de la USO en el Meta; el atentado que sufriera un líder comunitario también en Villavicencio… Y claro que tememos porque sabemos que se juegan unos intereses muy grandes en el caso del sistema de transporte por oleoductos que, de venderse, estaríamos hablando de una cifra superior a los 15 billones de pesos, intereses que se solucionan por medio de la intimidación a los trabajadores, a los activistas.
¿A veces se ha sentido desmoralizado en esta lucha? ¿Qué lo motiva en los momentos difíciles? ¿Por qué cree que vale la pena protestar en Colombia?
Nosotros sabemos que las luchas son complejas, son difíciles, sobre todo cuando estamos hablando de toda la lucha petrolera y los intereses que se mueven allí, afortunadamente estamos hablando de una USO, un sindicato que le ha tocado dar muchas luchas en este país, luchas enmarcadas en unos intereses muy grandes, largas luchas… por lo que los dirigentes y los trabajadores hemos sido formados para resistir, para no ceder ante la adversidad, ante las presiones.
Y afortunadamente esta es una lucha muy bonita, en la que los trabajadores de los oleoductos han demostrado su compromiso, vienen controlando el proceso productivo del sistema de bombeo en todo el país, y más que denotar cansancio o desmoralización, nos han demostrado en este periodo que hay una nueva faceta de este sindicato, retomando métodos de movilización y de lucha que hace un tiempo no desarrollábamos, por lo que estamos ante un escenario que nos da satisfacción.
Con estos métodos creemos podemos salir adelante en esta tarea compleja que tenemos por defender a Ecopetrol, defender a los oleoductos hoy en cabeza de Cenit y exigirle a la patronal (Ecopetrol y Cenit) que respete los intereses de los trabajadores.