En sobria y emotiva ceremonia, la familia de la fallecida Presidenta del Partido Comunista de Chile (PCCH), Gladys Marín y la dirección de esa colectividad inauguraron en el Cementario General de Santiago el Memorial que guardará las cenizas de la destacada dirigente que muriera el 6 de marzo de 2005. Luego de la interpretación […]
En sobria y emotiva ceremonia, la familia de la fallecida Presidenta del Partido Comunista de Chile (PCCH), Gladys Marín y la dirección de esa colectividad inauguraron en el Cementario General de Santiago el Memorial que guardará las cenizas de la destacada dirigente que muriera el 6 de marzo de 2005.
Luego de la interpretación de la Canción Nacional se dio lectura a un mensaje del ex candidato presidencial del Juntos Podemos Más, Tomás Hirsch. Siguió una sensible alocución a cargo del escritor Pedro Lemebel.
Posteriormente hizo uso de la palabra el Presidente del PCCH, Guillermo Teillier, quien recordó la consecuencia y valor de Gladys en su lucha «por los excluidos y los pobres» y comprometió los mejores esfuerzos de los militantes comunistas por la unidad del pueblo y en la lucha contra el sistema electoral binominal.
El hijo de Gladys, Alvaro Muñoz Marín despidió el acto recordando palabras de su madre escritas en Suecia mientras era tratada de cáncer, recordando su compromiso con los pueblos originarios y con los trabajadores.
A continuación, las autoridades presentes develaron el Memorial, que consiste en tres placas de acero que simbolizan banderas ondeantes. La primera con la imagen de Gladys y la insignia del Partido, la segunda una estrella y la tercera, la paloma de la paz.
En el suelo, una roseta de porcelana cubre el ánfora que contiene las cenizas de Gladys Marín. La obra fue realizada por los arquitectos Carlos Durán y Ricardo Viera y el escultor Gustavo Peña, con la coordinación de José Balmes.
Entre los asistentes al acto se encontraban, embajadores y representantes diplomáticos de Cuba, Venezuela, Vietnam. Uruguay, China y otros países, así como dirigentes de partidos comunistas de Brasil, Argentina y Bolivia, los alcaldes de Estación Central y Recoleta, Gustavo Hasbún y Gonzalo Cornejo, así como concejales, dirigentes sindicales y sociales.
La ceremonia culminó con todos los presentes entonando el himno de los trabajadores: La Internacional.
Discurso íntegro de Guillermo Teillier, presidente del Partido Comunista
Hace un año, en este mismo lugar, ante centenares de miles de personas, decíamos, con el corazón desgarrado, ¡Gladys ha muerto!
El pueblo que la ama desde lo más profundo, estaba consternado. Era la irreductible defensora de los derechos de los pobres, de los excluidos, de los más humildes, la amiga entrañable de los trabajadores, de los jóvenes y las mujeres, en cuyas luchas cifraba todas sus esperanzas para conquistar un mundo mejor, una sociedad más justa y democrática.
Ella misma era la gran esperanza de esa muchedumbre abigarrada, que se extendía a lo largo y ancho de las calles de Santiago para dar su último saludo y su inmenso reconocimiento a la mujer que se ganó el corazón del pueblo por encima de diferencias políticas o de cualquier otra índole.
Hoy, cuando entregamos al pueblo el sencillo memorial que artistas comprometidos han diseñado y construido, podemos decir con inmensa alegría que aunque sus cenizas permanezcan en este lugar, Gladys camina entre nosotros, libremente, como una cabra de monte, como ella misma lo decía.
Ya no hay lágrimas, ya no hay luto en nuestros corazones, Ha llegado la hora de hacernos cargo con mayor decisión de su ejemplo, de su entrega, de su intrepidez, de la valentía con que dedicó su vida entera a la lucha por sus ideales.
Este memorial no ha sido construido para venerarla, sino para simbolizar la memoria viva de la lucha a la que ella entregó su existencia, que hoy continúa y debe continuar en cada uno de nosotros y en todos los que buscan y creen que un nuevo mundo es posible.
Gladys marcó en su quehacer político un rumbo claro y firme en la construcción de una unidad de alternativa al sistema neoliberal de tan enormes desigualdades, de tanta exclusión y de falta de democracia y participación popular, que persiste hasta hoy en nuestro país.
Estamos seguros que en un tiempo no lejano, el pueblo, de nuevo, como lo fue con Salvador Allende, en condiciones diferentes a las de entonces, será gobierno en Chile. Un gobierno democrático, capaz de realizar transformaciones profundas , anti neoliberales, de justicia social y de plenos derechos humanos.
Este anhelo ferviente de Gladys será nuestra gran tarea, el norte de nuestras luchas, que nos impone la necesidad de alcanzar la unidad de fuerzas políticas y sociales necesarias para proponerse este desafío. Chile y su pueblo no pueden continuar al margen de los procesos que movimientos sociales y políticos de izquierda y progresistas llevan adelante en nuestra América.
Hacemos esta afirmación a pocos días de que se produzca la transmisión del mando de un gobierno neoliberal a otro gobierno neoliberal, tras el anuncio de la acumulación de extraordinarios recursos financieros provenientes de los altos precios del cobre, cuyo destino no está claro y sin que exista la suficiente y necesaria participación democrática como para que el conjunto de los chilenos pueda influir en las decisiones del gobierno y del Parlamento. En ello radica la causa de las enormes diferencias entre la mayoría de los chilenos y unos pocos privilegiados, que profitan de la falta de derechos de los trabajadores y de la exclusión de vastos sectores políticos y sociales.
Por ello es tan importante la comprensión de la enorme trascendencia que tiene la convergencia, la unidad y la movilización que obligue a aquellos que de manera tenaz y antidemocrática se oponen al cambio del sistema electoral binominal por uno proporcional. Queremos dejar en claro en este solemne acto que nos la jugaremos con todo por esta reforma democratizadora y de ser necesario, recurriremos incluso a la protesta porque no estamos dispuestos a seguir en una situación en que otros ocupen, de manera ilegítima, los cargos de representación popular que les pertenecen a los trabajadores y a los sectores políticos excluidos expresamente por esta ley electoral aberrante.
Los trabajadores del subcontrato del cobre de CODELCO nos han dado un extraordinario ejemplo de lucha por sus derechos. Con justa razón se rebelan contra la discriminación de que son objeto. Trabajan en la empresa cuprífera más importante del mundo, que es distinguida como una de las más eficaces, pero que mantiene a miles de trabajadores con sueldos miserables y sus derechos laborales conculcados.
Esta situación no es sólo inherente a los trabajadores del cobre, hay centenares de miles, millones que sobreviven inmersos en este injusto sistema del sub contrato, con igual o mayor grado de explotación.
No sólo estamos disponibles, sino que decididos a contribuir con aquellas organizaciones y dirigentes sindicales que nos han manifestado la necesidad de convocar desde ahora a actos del I de Mayo que restablezcan un mayor grado de presencia y de exigencia del mundo laboral por sus derechos, en especial el derecho a negociación y huelga, que entre otras prácticas, debe desterrar la represión policial a los trabajadores que se encuentren en conflicto con sus empresas.
Los trabajadores, los pensionados, los pueblos originarios, las víctimas de la explotación irracional de nuestras riquezas con la consiguiente contaminación, no pueden esperar cuatro años para exigir sus derechos y el cumplimiento de promesas.
La lucha es hoy, con audacia, con alegría, con la alegría de los que luchan y se nutren del ejemplo de quienes mostraron, como Gladys, el camino de la victoria de los pueblos, con decisión, con lealtad, con consecuencia, con inteligencia.
Es lo que ella reclamaba de los jóvenes, basada en su propia experiencia. No sólo atraía a los jóvenes por sus ideas y su forma de actuar en política. Lo hacía también por la forma rupturista y libre de vivir la vida.
Al decir vivir la vida, no podemos dejar de pensar en las miles de vidas que tronchó la dictadura.
Estamos a pocas semanas y meses de cumplirse 30 años de la detención y desaparición de una dirección de las Juventudes Comunistas y de dos direcciones de nuestro partido, de una de las cuales era miembro Jorge Muñoz, el esposo y compañero de Gladys, ella seguirá siendo la figura señera en nuestra búsqueda de la verdad y la justicia y nuestra decisión de no aceptar la impunidad.
Cuanta razón tenía al firmar la primera querella contra Pinochet, responsable directo de la desaparición de los compañeros de las direcciones del Partido encabezadas por Víctor Díaz y Fernando Ortiz.
Es enorme el legado que nos deja Gladys. Al recurrir a sus escritos, como una forma de aproximarnos a su pensamiento, frente a determinadas situaciones, constatamos la profundidad con que ella trata diversos temas y que evidencian una larga maduración.
Uno de esos temas es el de la Paz. Era una activista de la Paz, que repudió duramente las intervenciones norteamericanas en Afganistán e Irak y sus pretensiones de agredir a otros países. Como repudiaría hoy las expresiones de Condoleezza Rice que muy suelta de cuerpo anuncia la formación de una entente de gobiernos para intervenir en Venezuela y que se muestra partidaria de endurecer el bloqueo y tomar otras medidas intervencionistas hacia Cuba. Nosotros decimos bien venido presidente Hugo Chávez, bienvenidos compañeros cubanos, tienen toda nuestra solidaridad y aprecio, la del pueblo de Chile.
Bienvenido Presidente Evo Morales.
Gracias compañeros y compañeras representantes de los pueblos de Brasil, Argentina, Bolivia, Uruguay, Cuba, Venezuela, China y Viet Nam por estar presentes en los homenajes a Gladys.
Debemos poner de relieve también la presencia de los dirigentes de los diversos partidos y movimientos que conforman el Juntos Podemos Más. Hemos tenido diferencias, pero lo que nos une es mucho más importante para el pueblo.. Tenemos la decisión, la fuerza y la razón de nuestros objetivos, tenemos el potente legado del pensamiento unitario de Gladys, nada impide que sigamos juntos construyendo la alternativa que se levanta en todo el país como un clamor y una exigencia de los tiempos que vivimos.
No podemos en esta fecha, en que de nuevo conmemoramos el Día Internacional de la Mujer, saludarlas y desearles éxito en su unidad y lucha. Unidad y lucha que siguen siendo la principal forma de conquistar sus derechos.
Y en especial, con el cariño inmenso de todos saludamos, en su calidad de mujer, muy especialmente, a Gladys, a quien entregaremos, cada uno de nosotros en el memorial que guardan sus cenizas, una flor.
Una flor de nuestras esperanzas.
Como decía Gladys, unidas y unidos, mil veces venceremos.