El viernes 31 de Mayo tuvimos el placer de hacer una entrevista telefónica al sociólogo norteamericano James Petras, en el cual tratamos las complejidades del proceso de paz en curso en Colombia. Proceso que abre una oportunidad histórica de poner en el tapete las causas estructurales que han gatillado históricamente la violencia de clase, pero […]
El viernes 31 de Mayo tuvimos el placer de hacer una entrevista telefónica al sociólogo norteamericano James Petras, en el cual tratamos las complejidades del proceso de paz en curso en Colombia. Proceso que abre una oportunidad histórica de poner en el tapete las causas estructurales que han gatillado históricamente la violencia de clase, pero el cual enfrenta formidables enemigos, desde el imperialismo hasta la falta de voluntad de la oligarquía de hacer concesiones significativas o de implementarlas en la práctica. Un lugar crucial en este franco debate lo constituyó la reciente visita de Capriles y su significado, al ser parte del doble juego de Santos que, por una parte habla de hermandad y por otra, se alía con los golpistas; que mientras habla de paz, fortalece al ejército y busca alianzas con la OTAN; que mientras exige gestos a las guerrillas, sigue bombardeando, persiguiendo a dirigentes populares e implementa una campaña mediática propia de la guerra sucia para dividir al campo popular.
Mención aparte merecen las reflexiones de Petras en torno al modelo de paz irlandés y sus diferencias claves con la eventual paz que se necesita en Colombia -más allá de cierrtos aspectos metodológicos (cese al fuego, proceso integral, agenda abierta) es importante tener en cuenta las diferencias fundamentales de ambos conflictos y la dinámicas propia a la lucha de clases en Colombia. Estas reflexiones son hechas en el marco de la reciente visita que realizó a la República de Irlanda.
Dejamos con ustedes esta entrevista con una figura de primer orden en la izquierda internacional para aportar con nuevos elementos al proceso que atraviesa Colombia, el cual precisa que los movimientos populares se pongan a la cabeza y estrechen sus lazos en un solo clamor por la solución política al conflicto social y armado.
1. Usted es una persona que ha seguido los sucesos políticos latinoamericanos durante varias décadas. Como tal, ha visto el resurgir de los movimientos populares en la región y de los proyectos de transformación social. En ese contexto, ¿cómo evalúa los diálogos en la Habana que sostienen la insurgencia y el gobierno colombiano?
En primera instancia, debemos reconocer que el hecho que el gobierno haya aceptado negociar con la insurgencia es un paso positivo. Segundo, el hecho que entre ambos formularan una agenda para discutir medidas concretas, positivas, es otro elemento valioso. Tercero que haya involucramiento y consultas hacia los movimientos populares para incluir sus opiniones sobre los asuntos en la agenda, sobre reformas, es otro hecho positivo, más aún si comparamos este proceso en relación con Centroamérica, donde los guerrilleros negociaron a puertas cerradas, excluyendo al movimiento de masas. Cuarto, que el gobierno haya dicho estar dispuesto a resolver los problemas del campo es también algo positivo.
Pero hay varios problemas que debemos tomar en cuenta, como que el gobierno siga la militarización del campo, que siga reprimiendo campesinos, asesinando, tomando presos, desapareciendo como siempre. Todo esto señala una continuidad con el pasado de Uribe… no hay quiebre todavía. Otro hecho preocupante, es el hecho que el gobierno de Colombia siga con las bases militares, con la ayuda militar norteamericana, esto es algo muy contradictorio con los esfuerzos para resolver el conflicto. Finalmente, debemos decir que la militarización del campo es incompatible con las reformas del campo, porque los militares y los paramilitares siguen reprimiendo y asesinando afrocolombianos, indígenas, campesinos, desapareciendo personas casi diariamente…
Mención aparte merece la noticia que Santos se ha reunido con Capriles, un golpista que no reconoce el gobierno de Venezuela. Esto demuestra que hay mucha falta de seriedad, es una mala señal. Hubo un acuerdo con Venezuela en el que se reconoció a este gobierno como legítimo, y esto es una premisa para que el proceso pueda avanzar.
El otro asunto es que hay aspectos que debemos tomar en cuenta: en las negociaciones no hay señal de que se vaya a considerar, por parte de la oligarquía, la gran concentración de tierras. Ofrecen la reposesión para campesinos desplazados, ofrecen tierras no cultivadas en las fronteras para asentar a los sin tierra… en otras palabras, la clave del campo son las grandes tierras fértiles y con riego en manos de los agronegocios y no está claro si esto entra a las negociaciones… esas tierras de la oligarquía comercial no las tocan.
Quiero decir finalmente que el gobierno de Colombia está haciendo un doble juego en todo este proceso: por una parte hablan de solución negociada mientras siguen militarizando; hablan de cooperar con Venezuela mientras apoyan a los golpistas; hablan de reforma agraria y desaparecen activistas campesinos; todos estos elementos representan un cuestionamiento de todo el proceso y cómo puede avanzar. Porque el gobierno tiene una política a dos carriles, tiene en realidad dos políticas: habla de paz y sigue con la política de represión, eso no satisface ni a las FARC ni a Venezuela ni a ningún observador objetivo. Colombia debe abandonar el carril golpista-militarista y apostar por la paz, o esto va a la ruptura… a pesar de todo el optimismo ingenuo, no hay ruptura de Santos con Uribe, hay sólo un cambio de estilo, hay más diplomacia, es menos frontal que Uribe. Pero ninguno de los dos quiere reformas, quieren un poco de apertura política para los guerrilleros y olvidarse de los millones de campesinos desplazados y despojados de sus tierras.
2. ¿Cómo analiza usted la visita de Capriles a Colombia? ¿Cree que su reunión con Santos es una torpeza diplomática de éste o refleja otras intenciones políticas?
Capriles es expresión de la política de EEUU, quienes tienen una política de intervención para la región. Ellos, los EEUU, quieren la negociación con las FARC, pero solamente para desarmar a los guerrilleros y al movimiento popular y conseguir seguridad para las grandes inversiones en recursos primarios, particularmente en minería y petróleo. Por otro lado, Biden, el vicepresidente de EEUU, dice que es positivo que se negocie, pero la pregunta es sobre qué bases… Santos sigue la línea del presidente norteamericano, que es la de buscar concesiones políticas sin justicia social.
Capriles forma parte del plan de desestabilización de Venezuela, él estuvo viajando en toda América Latina, reagrupando la derecha en todo el continente, buscando puntos de encuentro, lo que es una indicación que EEUU está preparando una contraofensiva. El hecho que Santos tiene una cumbre con el jefe de la política intervencionista norteamericana es señal que no tiene ningún interés en la coexistencia pacífica con Venezuela… y como dice Diosdado Cabello, esto busca descarrilar el proceso de paz. Capriles busca también usar a Colombia como un trampolín para apoyar a los golpistas adentro, porque no tienen apoyo interno en Venezuela, Washington está muy ocupado en Medio Oriente, entonces Colombia entra a cumplir un rol clave. Es como un triángulo, Washington-Bogotá y la contrarrevolución en Venezuela. Este es un triángulo nefasto, y es el punto de posible ruptura en todo, no sólo para el mejoramiento y normalización de las relaciones… también podría haber ruptura con las negociaciones en la Habana que lleve a una remilitarización. Washington busca una falla para el quiebre y aparecer como que ellos están en favor de la democracia, de la paz, y que los medios de comunicación echen la culpa a Venezuela y a los revolucionarios de la posible terminación del proceso
3. ¿Estamos entonces según usted en un periodo crítico para los diálogos? ¿Cree que la posición de Maduro de revisar su participación en La Habana pueda dar argumentos a Washington para propiciar una política más agresiva contra la solución negociada?
Hay una intencionalidad de producir un relanzamiento de la guerra fría entre Colombia y Venezuela pues no hubo una recepción a un candidato derechista derrotado. El Capriles que fue recibido por Santos es un golpista que lanzó una campaña violenta después de las elecciones, que cuestiona el resultado democrático de este proceso, que está constantemente consultando con Washington para desestabilizar a Venezuela. Capriles no es cualquier candidato. Con quien se reunió Santos es alguien que, en otro país menos democrático que Venezuela, estaría preso por delincuencia política. Está involucrado en varios proyectos de desestabilización.
El gobierno de Colombia por esta actitud extremista en reunirse con Capriles, va a tener que hacer pequeñas concesiones para mejorar su imagen: ya ofrecieron vender más alimentos a Venezuela por la escasez que se vive en ese país, pero no hablan del sabotaje de los simpatizantes de Capriles. Colombia ofrece comida, pero sería mejor que dejaran de apoyar a los que están detrás del desabastecimiento… Colombia dirá que la reunión con Capriles era una reunión de poca significación, informal, pero el hecho es que todos los medios la recogieron, Washington le da mucha publicidad… decir que esto es un protocolo no es convincente…
4. Es muy preocupante su visión, ¿cree que el incidente con Capriles pueda descarrilar las negociaciones de paz?
Venezuela ya ha llamado al representante de la Habana ante las negociaciones para consultas, lo cual es una posición negativa frente a esta dupla de Capriles-Santos que emergió esta semana. El próximo paso es la discusión sobre cómo reaccionar, en Venezuela no pueden pasar por encima del hecho de que esta no fue una sencilla reunión ordinaria, hay acuerdos no publicados, acuerdos comerciales, políticos… el mero reconocimiento de este delincuente por parte de Santos es muy grave.
Pero los cubanos van a presionar a Venezuela para que no se retire, pues Cuba está muy comprometida con el proceso de paz. Creo que Venezuela volverá a las sesiones para ver cómo esto va a evolucionar, las relaciones de Colombia con la oposición interna… si este problema sigue, puede llevar a una ruptura, pues en la coyuntura actual todo está en el aire, puede pasar cualquier cosa. Ahora hay una pausa de reflexión, y creo que Venezuela, está ya tirando la pelota en el campo de Colombia planteándoles cómo van a rectificar y corregir. Si siguen defendiendo lo que hicieron, eso podría perjudicar todo.
Ahora cómo van a actuar las FARC si Venezuela retira su representación, es otro tema. Es difícil que las FARC sigan negociando con garantes como el Chile de Piñera y con la Noruega de la OTAN… eso se vería muy desequilibrado, más allá de que Cuba esté presente, es muy difícil que sigan en el proceso; eso pondría en cuestión las negociaciones… creo que ellos no aprueban este acercamiento con Capriles y ahora están conversando sobre los próximos pasos. Tienen también que considerar las señales de mala fe de Santos en su análisis. En este escenario, las presiones desde Colombia pesan mucho, las marchas populares, las manifestaciones democráticas que exigen un acuerdo político, con justicia social, son cruciales. Que el Polo Democrático Alternativo haya criticado a Santos, diciendo que sabotea el proceso de paz con esta reunión, es un elemento que pone presión interna, y las FARC están tomando todos estos elementos en cuenta y tomarán medidas ante esta delicada situación.
5. Volviendo sobre el proceso de paz, hay quienes han hecho paralelos entre el proceso de paz en Irlanda y Colombia, y hay elementos que se han tomado del uno para aportar al otro. Sin embargo hay diferencias cualitativas, ¿qué opina usted de esto?
En Irlanda consiguieron una paz que baja la discriminación étnico-religiosa, se avanza en elementos de igualdad política… sin la unificación de las dos Irlandas, sigue la colonización de la corona británica, y otras cosas más. Esto fue un arreglo muy mediatizado. En Colombia la lucha por la tierra, por la justicia social, constituyen el eje del conflicto y de su eventual solución, no la discriminación en sí misma, que también existe, contra los afrocolombianos, los campesinos, los indígenas. En Colombia el cambio de la estructura económica social es el eje, eso no fue el caso en Irlanda.
EEUU puede apoyar a Santos para que las FARC presenten candidatos y formen un partido, pero no más. No hay garantía tampoco de que los pactos se implementen, como en veces anteriores, que las FARC aceptaron una tregua, bajaron de la montaña y asesinaron a miles de personas en el genocidio de la Unión Patriótica. Hay que aprender de las experiencias históricas, porque los gobiernos y la oligarquía han firmado pactos de paz y la mayoría de los dirigentes y activistas sociales entonces son eliminados. Las FARC necesitan tener algo más que un papel escrito, debe haber señales reales, por ejemplo, la desmilitarización, el hecho que los 1500 asesores y asesinos norteamericanos en Colombia se vayan del país debería ser parte del proceso de paz. Inglaterra tiene todavía sus tropas en Irlanda del Norte. Hay diferencias entre los dos casos, y es más complicado en Colombia, porque la lucha de clases, la lucha por la tierra, por la desmilitarización, es un problema mucho más agudo en Colombia.
6. Por último, ¿cree usted que Simón Trinidad pueda llegar a La Habana a jugar un rol en las negociaciones?
Si Simón Trinidad llegara a La Habana, podría ser un paso positivo, pues podría así salir libre de unas acusaciones fabricadas y creo que sería positiva su presencia como legítimo delegado. Es una persona muy involucrada en las negociaciones de paz anteriores, antes de caer en la trampa que le tendieron en Ecuador… con su inteligencia, su conocimiento de los temas jurídicos, puede ser un factor positivo, pero Washington no está dispuesto a liberar a nadie ni a hacer ninguna concesión, pues viven de la venganza, de la política extremista represiva. Ahora están hay un proceso en los tribunales, porque el Procurador de Obama estaba espiando todos los medios de comunicación de masas, la prensa comercial y burguesa, ni siquiera medios alternativos, sino que estamos hablando de los principales diarios y emisoras, de periodistas intervenidos por la policía secreta… si hacen eso a su propia gente, cómo van a dejar que un representante de las FARC juegue un rol de paz en las actuales negociaciones de paz… la gente no entiende a veces que este es un régimen policíaco represivo. Todavía hay quienes creen que Obama es moderado y diferente a los otros presidentes, eso es falso y contradicho por todos los hechos diarios, este escándalo es prueba de que no harán ninguna concesión concreta porque no tienen buena fe.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.