Con la subida al poder de Uribe se ha puesto en marcha lo programado, y para lo cual él se comprometió desde antes de la campaña presidencial: lograr que la mafia antioqueña se apodere de todas las empresas rentables del país. Es un acuerdo bilateral, Uribe les permite apoderarse de las empresas y colateralmente él […]
Con la subida al poder de Uribe se ha puesto en marcha lo programado, y para lo cual él se comprometió desde antes de la campaña presidencial: lograr que la mafia antioqueña se apodere de todas las empresas rentables del país.
Es un acuerdo bilateral, Uribe les permite apoderarse de las empresas y colateralmente él se convierte en codueño de esas mismas empresas.
Para garantizar todo esto Uribe hizo aprobar por el Congreso, que compró y dirige, la ley de seguridad para los inversionistas, ahora serán intocables y podrán seguir apoderándose de todas las empresas rentables de los colombianos, en compañía de sus socios extranjeros, en detrimento de la Nación Colombiana.
Informa la prensa colombiana hoy 23 de junio de 2005 que el Sindicado Antioqueño adquirió casi todas las empresas cementeras del país; se está cumpliendo rigurosamente el plan Uribe – mafias antioqueñas.
Muchos de los miembros de este Sindicato fueron testaferros del cartel de Medellín y al morir Pablo Escobar se quedaron con las propiedades que aparecían a nombre de ellos, eso lo sabemos todos los antioqueños.
La inmensa mayoría de los cargos públicos de importancia, con poder decisorio de inversión y mando, están en manos de antioqueños recomendados por la mafia y nombrados por el «capo di tutti capi»: Uribe.
Acaba de aprobar el congreso de la república, comprado y manejado por Uribe, la ley que garantiza la impunidad para los narcoparamilitares terroristas, lo que él les había prometido si ellos lograban que él subiera a la presidencia, como lo lograron, ahora les paga el «favor» ya que con esta ley podrán disfrutar, protegidos por la fuerza pública, de los bienes y las propiedades de las víctimas de las masacres y los desplazamientos, seguramente que Uribe recibirá la correspondiente participación en el negocio.
Por sus actos gubernamentales queda en evidencia que el verdadero capo de todos los capos de la mafia antioqueña es el presidente – candidato y que es él quien dirige el nuevo cartel de Medellín y los paramilitares de todo el país.
Los hechos han demostrado que el presidente – candidato es el heredero de Pablo Escobar; así como era su socio y asesor de confianza cuando éste vivía .
Solamente ha extraditado a un narco del cartel de Medellín, su primo Ochoa, mientras que ha extraditado, y seguirá extraditando, a gran cantidad de narcos de los otros carteles; de esta manera le limpia el camino a los herederos del cartel de Medellín. Así ha actuado también en favorecimiento de sus socios paramilitares.
Para lograr sus propósitos ha logrado cooptar a sus anteriores enemigos políticos antioqueños mediante favores políticos y económicos; ha logrado que ahora sean socios suyos.
También ha utilizado a gran escala sus socios paramilitares para atemorizar o desaparecer a los que se atreven a cuestionar su pasado oscuro o sus desaciertos gubernamentales.
El presidente – candidato y sus socios han logrado engañar al pueblo antioqueño haciéndole creer que con él de presidente reelecto van lograr salir de la pobreza que los agobia.
Pueblo antioqueño no olvide que cuando Uribe fue gobernador lo único que consiguió Antioquia fue un descomunal e injustificado endeudamiento público y una escalada abismal de la violencia paramilitar. La pobreza se incrementó de una manera nunca vista; esto era previsible porque para los mafiosos lo único que cuenta son las ganancias personales de ellos, sea como sea.
La farsa de las «encuestas», que los medios presentan como si su universo fuera todo el país cuando en la mayoría de los casos solo corresponden a 1000 o 2000 personas, previamente escogidas y remuneradas, pues los que pagan las encuestas, que son los dueños de los mass media, todos gobiernistas, previamente han definido que sectores se deben contactar para que tales encuestas cumplan con el cometido político de crear una falsa aureola de popularidad del presidente – candidato, quien mediante compromisos y alianzas económicas es quien dirige los medios de comunicación.
La verdadera encuesta ocurrió durante el fracasado referendo apenas comenzando el gobierno de Uribe.
Pero las tales «encuestas» pueden llegar a engañar al común del pueblo que por el lavado cerebral de los medios de comunicación pueden llegar a creer que su voto en contra es perdido y votan por el supuestamente «ganador a priori», o pueden no concurrir a las urnas creyendo que todo está perdido, dejando que otros decidan por ellos y haciéndole el juego al presidente – candidato y a sus socios mafiosos.
No olviden los pobres y necesitados que el presidente – candidato ha hecho aprobar por el congreso, que el compró y maneja como quiere, una ley que perjudica a los futuros pensionados de bajos recursos y privilegia a los de altos ingresos y que seguramente acabará perjudicando a todos los pensionados, actuales y futuros.
Pueblo Colombiano: cada día aumentan los desplazados por los militares – paramilitares y esas propiedades ahora pasarán a ser de ellos, protegidos por la fuerza pública.
La insurgencia cada día sigue golpeando en todo el país a la fuerza pública oficial y paramilitar.
Ya se comienzan a notar signos de desmoralización, como el hecho de secuestrar un helicóptero para salir del área de operaciones. La renuencia de mandos subalternos de salir de patrullaje a determinadas regiones para lo cual aparentan que sí salen pero de inmediato suspenden cualquier marcha y radian dando información inventada para no ser castigados o inclusive asesinados por los jefes y luego decir que fue en operación de combate.
La guerra sólo sirve a quienes se enriquecen con ella: el presidente y los altos mandos que reciben comisiones por las compras militares que ellos ordenan.