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La mano dura de la UDI acorrala a La Moneda

Fuentes: Reflexión y Liberación

La tesis UDI de represión a los familiares de los Mapuche en huelga de hambre, sigue vigente hoy en La Moneda, ese es uno de los principales escollos que deberá remover monseñor Ricardo Ezzati para, por fin, constituir una Mesa de Diálogo en que se escuchen y acojan las justas demandas de los Comuneros Mapuche. […]

La tesis UDI de represión a los familiares de los Mapuche en huelga de hambre, sigue vigente hoy en La Moneda, ese es uno de los principales escollos que deberá remover monseñor Ricardo Ezzati para, por fin, constituir una Mesa de Diálogo en que se escuchen y acojan las justas demandas de los Comuneros Mapuche.

F uentes muy cercanas al presidente de la República indican que una de las formas de avanzar, efectivamente, en una real y pronta solución a las peticiones que hacen los 34 Comuneros mapuche que cumplen más 60 días en huelga de hambre, es alejarse de la tesis sustentada por la UDI que en forma majadera pide no ceder a las justas demandas de los ayunantes y, simultáneamente, reprimir a los familiares y simpatizantes de esta acción de protesta no violenta como ocurre hasta hoy mismo.

También se comenta con insistencia en La Moneda que cada día se escucha con más atención lo que han dicho los obispos católicos y evangélicos, en especial lo expresado por monseñor Ricardo Ezzati, arzobispo de Concepción, que recibió hace unos días en la residencia Salesiana de Santiago a los ministros Rodrigo Hinzpeter y Cristián Larroulet. En esa reunión el prelado dejó en claro lo grave de la situación de los Comuneros en huelga de hambre que él ha visitado y sugirió que el Gobierno debe hacer esfuerzos adicionales a los ya planteados (reforma sustancial a la Ley Antiterrorista) para que cese el ayuno y se avance, vía una mesa de diálogo, en soluciones de fondo y de largo plazo a los delicados y complejos temas en debate. Esto lo volvió a repetir al momento de asumir como «mediador» del conflicto en La Moneda.

Sin duda que ayuda a recrear un nuevo escenario de acción tendiente a lograr una solución y poner fin al ayuno de los Comuneros mapuches lo que plantearon las iglesias Evangélicas este domingo en su tradicional Te Deum. Allí, los dignatarios eclesiásticos expresaron su solicitud de aumentar el diálogo entre las partes para avanzar en puntos de acuerdo tendientes a evitar que algún Comunero en huelga de hambre pierda su vida. El obispo Emiliano Soto, fue explícito y exhortó a todos a flexibilizar sus posiciones para avanzar en puntos de encuentro y lograr una solución al grave conflicto.

Pero este abanico de buenas intenciones choca dramáticamente con la cruda y brutal realidad de la represión que siguen soportando diversas personas y comunidades mapuches. Es el caso, por ejemplo, del periodista Marcelo Garay, dirigente del Consejo Metropolitano del Colegio de Periodistas, quién fue detenido y enviado a Temuco para hacer efectivo su control de detención por «fotografiar predios particulares», labor profesional que cumplió siendo parte del staff periodístico del diario La Nación. O, la insólita detención de un grupo de familiares que se oponían al traslado de un Comunero del penal de El Manzano a un hospital, este hecho arbitrario de la autoridad fue resistido por adherentes a la causa mapuche, siendo detenidas 14 personas y formalizadas diez de ellas en el Tribunal de Concepción.

Ante estas actitudes de la autoridad que operan represivamente en vez de aunar voluntades y flexibilizar posiciones, es evidente que se sigue persistiendo en la tesis UDI: Por un lado decir que escuchan y claman a las iglesias para que convenzan a los huelguistas a deponer su protesta de no violencia activa y por otro, seguir persiguiendo y reprimiendo a las personas y organizaciones humanitarias que solidarizan con las justas demandas de los ayunantes y todo lo que ellas representan para su pueblo. Nos parece que en este punto de inflexión el Ministro de Justicia está llamado a rediseñar estrategias y explorar nuevos escenarios posibles para una solución justa y creíble!

Con esta errónea forma de proceder el Gobierno seguirá sin libreto creíble para gestionar una pronta solución al conflicto, tampoco servirá la estrategia de sacar a los ayunantes de sus recintos de protesta y reubicarlos por la fuerza en hospitales. La única forma de avanzar en la solución a este largo y dramático conflicto es que Sebastián Piñera se desmarque de la mentalidad represora y violenta de los líderes de la UDI y, por fin, ejerza su liderazgo presidencial convocando a una amplia Mesa de Diálogo.

Y, simultáneamente, avanzar en la agenda Legislativa como lo vienen haciendo los Senadores de la comisión de constitución y justicia, tendiente a reformar de una vez por todas la odiosa Ley Antiterrorista implementada desde el año 2000 en contra de decenas de ciudadanos mapuches que hoy solo piden un juicio justo y la validez de la presunción de inocencia, sin testigos sin rostros y exentos de apremios ilegítimos.

Todas estas iniciativas tendientes a iniciar una ronda de conversaciones con los ayunantes Mapuche, han sido acogidas por variadas organizaciones sociales, estudiantiles, religiosas y políticas. Prueba de ello es la Jornada de Ayuno y Oración que religiosas, religiosos y laicos realizaron en la Iglesia de S. Francisco en pleno centro de Santiago. En esa histórica jornada, como lo señaló Monseñor Alfonso Baeza, se pidió al gobierno que escuche las «justas demandas del pueblo Mapuche» para evitar un desenlace no querido por nadie e interpelar a la sociedad toda gestos de solidaridad y apoyo para que a la brevedad se suspenda la aplicación de la Ley Antiterrorista que castiga y persigue a ciudadanos más allá de los marcos jurídicos y democráticos.

El país no pierde la esperanza de que el Presidente, escuchando a su conciencia y respetuoso de los conceptos de la ética cristiana, abra eficaces canales de diálogo y se inicie el principio del fin de la huelga de hambre mapuche. Solo así, la Nación toda podrá «celebrar» este Bicentenario y se avanzará resueltamente en la consecución del bien común que es garantía de la justicia y la paz social.

– Jaime Escobar M. es director de la revista Reflexión y Liberación.