El ciclo de protesta masiva organizada por parte del movimiento estudiantil secundario en estos dias es una excelente noticia para la democracia. Ello, en tanto dichas movilizaciones son la mas clara expresion de que estamos ante una sociedad civil en formacion, viva y vigorosa, que esta vez por medio del rostro descubierto de nuevos actores […]
El ciclo de protesta masiva organizada por parte del movimiento estudiantil secundario en estos dias es una excelente noticia para la democracia. Ello, en tanto dichas movilizaciones son la mas clara expresion de que estamos ante una sociedad civil en formacion, viva y vigorosa, que esta vez por medio del rostro descubierto de nuevos actores juveniles, les recuerda en forma directa a quienes ejercen el poder que el pais ha de gobernarse tomando seriamente en cuenta las demandas de la ciudadania y sus necesidades cotidianas. Y este recordatorio no es trivial, pues los partidos politicos y las elites gobernantes suelen olvidar que ellos estan en el ejercicio de sus funciones en tanto representantes que se deben en todo a sus representados. Sin embargo, no todos tienen mala memoria. En la retina colectiva de nuestra historia reciente permanecen las protestas de los secundarios que en los anos ochenta fueron capaces de romper el terror dictatorial y en forma inteligente y masiva lograron organizarse en centros de alumnos y federaciones, cuando estos eran prohibidos.
Tales movilizaciones llevaron incluso a la caida del Ministro de Educación Sergio Gaete que implemento, desde el poder autoritario, la hoy ya demostrada fracasada municipalizacion de la educacion. Tales protestas estudiantiles formaron parte del amplio accionar de los movimientos sociales en Chile y Latinoamerica, que junto a la reivindicacion general de terminar con la dictadura, abogaron por el mejoramiento de la educacion y de los servicios urbanos, asi como por la proteccion de los derechos de las mujeres, de los trabajadores, pueblos originarios, y de los derechos humanos en general. Tal situacion, de movimientos ciudadanos organizados mas alla de los canales clasicos de la politica, auguraba el advenimiento de una democracia participativa y dinamica. Sin embargo, lo que acontecio fue algo bastante distinto. Los partidos politicos que antes estaban en la oposicion rapidamente tomaron un rol como los unicos interlocutores validos entre la sociedad civil y el Estado, y redujeron, a nombre del realismo politico, la gobernabilidad y la seguridad ciudadana, la capacidad de influencia de la mayoria de los movimientos sociales en la politica, cuyas demandas de profundizacion democratica no se ajustaban al modelo de la transicion pactada. Y esto no necesariamente tuvo que ser asi. En paises como Brasil, por ejemplo, donde los partidos politicos han sido mas democraticos y abiertos a grupos diferentes a ellos mismos, los movimientos sociales han tenido una mayor oportunidad de acceso al proceso politico logrando mayor exito en la influencia de las posiciones y practicas de los propios partidos politicos. En Chile, por el contrario, el carácter que se le otorgo a la institucionalizacion de la democracia tuvo efectos claramente excluyentes, lo que se refleja, por ejemplo, en la existencia de un Estado duro, alejado de los ciudadanos organizados por fuera de los partidos politicos. Estos ultimos, a su vez, se han vuelto predominantemente elitistas, hegemonizados por expertos. La democracia de este modo tendio a confundirse con tecnocracia, con criptoplutocracia. El movimiento de los estudiantes secundarios de hoy nos senala que es posible que estemos en un momento distinto a lo que como ciudadania queremos que sea la consolidacion democratica. Los estudiantes de ensenanza media auto organizados nos conminan a asumir una intervencion individual y colectiva activa y responsable en el espacio publico. Ya no basta contar con una ciudadania disciplinada, que se conforma con ser consumidora, observadora y usuaria del asistencialismo y las buenas intenciones de terceros.
Tal vez el campo de resonancia de los discursos de la realpolitik que por anos han buscado hacer creer que la democracia es mejor servida mediante la subordinacion de la participacion popular a la necesidad de mantencion de la estabilidad de la administracion de «lo posible» y «lo dado» se haya reducido significativamente. No seria sorpresa, porque tal vision de la convivencia democratica ha ido perpetuando un sistema politico que ha institucionalizado la exclusion. Asi como la lucha contra la dictadura fue llevada adelante por una multiplicidad de fuerzas, por una variedad de cuerpos en resistencia, por un enjambre de identidades en formacion, acciones y subjetividades que se disputaban, en forma directa y abierta, el espacio de la politica, los estudiantes secundarios de hoy han desbordado las formas de contenido y expresion dictados por quienes creen tener la unica voz autorizada para senalar como ha de vivirse en democracia. Por ello lo que han realizado hasta ahora estas decenas de miles de estudiantes es una muy buena noticia para la democracia. Pues vuelve a actualizar la urgencia de comprender que la democracia conquistada debe ser hija no tan solo de los contenidos por los que se lucho durante la dictadura pan, trabajo, justicia y libertad-, sino tambien debe ser heredera de la forma participativa transversal en que estos contenidos se forjaron e hicieron circular logrando sumar mayorias para la transformacion social. La calle, la asamblea, el mitin, la marcha, la protesta, como instancias de roce social, de conexion de diversas relaciones creadoras de los estudiantes secundarios de hoy nos permiten volver a tener la esperanza de que hay potencialidad para construir una democracia que sea expresion real de la ciudadania, sin leyes de amarre, sin autoritarismos velados.
Ojala que nuestras autoridades que tienen actualmente en sus manos la posibilidad y los recursos de hacer las transformaciones justas que los estudiantes reclaman los escuchen a tiempo. Y ello tiene que ocurrir antes que el ciclo de este movimiento derive en un radicalismo en la forma de actuar que hasta ahora los propios estudiantes han sido capaces de controlar. Si no se les escucha, atiende y se les da solucion a sus demandas, nos habremos perdido una excelente oportunidad como sociedad de hincarle colectivamente el diente al peor pecado que continuamos cometiendo como pais: impartir una educacion de mala calidad, en todos sus niveles y estratos socioeconomicos, que lleva al sacrificio a millones de vidas concretas asi como al destino del pais en su conjunto. En cuanto a los partidos politicos, al menos nos cabe la esperanza que existe una razonable posibilidad que acuerden una vez por todas derogar la Ley Organica Constitucional de Ensenanza redactada por el dictador el ultimo dia de su mandato autoritario, aunque sea como una medida instrumental para seducir a quienes conformaran para las proximas elecciones una parte muy significativa del padron electoral. Si se logra todo ello, gracias a los secundarios habremos avanzado un buen trecho en la democratizacion de la democracia. Estamos con ustedes.