Muchas personas de izquierda votaron por Bachellet argumentando miedo a un eventual gobierno de derecha (y con justa razón) bajo el amparo de lo que han llamado un mal menor. Siempre la concertación ha sido vista como el mal menor por la izquierda, pero después de 3 gobiernos «democráticos» hemos visto la solidificación del mercado […]
Muchas personas de izquierda votaron por Bachellet argumentando miedo a un eventual gobierno de derecha (y con justa razón) bajo el amparo de lo que han llamado un mal menor. Siempre la concertación ha sido vista como el mal menor por la izquierda, pero después de 3 gobiernos «democráticos» hemos visto la solidificación del mercado educacional que asesina la educación de los que no pueden entrar en este tipo de negocios, la burla de los servicios públicos hacia las familias que creyeron que el gobierno les ayudaría a obtener una casa propia y digna, ellos llevan varios inviernos en la impotencia con varios arreglos estructurales masivos a sus viviendas, hemos visto sendos tratados de libre comercio que auguran utilidades espléndidas para los grandes empresarios y para las transnacionales, pero el barrio Franklin, san Diego y Victoria muestran la realidad de muchisima gente trabajadora que lucha diariamente para levantar un negocio que muchas veces deja pérdidas en vez de gana ncias.
En fin, ¿mal menor? yo diria que es el mismo mal, de la misma calaña, porque si pensamos a largo plazo esta imagen de progresistas que se han ganado por el solo hecho de tener una oposición de derecha engendrada por el binominal les otorgó un cuarto gobierno, y a todos nosotros la posibilidad de observar como se rematan lentamente los derechos que la derecha remataría de un paraguazo. ¿Que es peor, un lobo vestido de oveja o un lobo vestido de socialista? yo creo que en honor a la dignidad y a la verdad está bien indignarse con el triunfo de Bachellet, lo que no significa que crea en Piñera o la derecha, eso esta claro. Mientras la concertacion sea quien pelea con la derecha, la izquierda estará segregada a la marginalidad y la ridiculización de los valores más sensatos que podamos adoptar seguirá siendo una realidad producto del miedo y la mentira, porque es mentira que esos valores son parte de un extremo añejo e indeseable y es miedo a este supuesto extremo lo que inculcan los cerdos que nos gobiernan desde la moneda y el parlamento. Lamentablemente este estado es demasiado estable, se ha repetido 4 veces con pequeñas variantes, ojalá al cambiar el binominal se le mueva un poco el piso a esta gobernabilidad y estabilidad de la que tanto alardean pero que lo unico que nos llega de ella a nosotros es la posibilidad de seguir siendo explotados, pagando por nacer, vivir y morir, sin derecho a trabajar por el gusto de hacerlo. ¿Acaso la vida tiene que ser vivir para trabajar en los sectores altos y trabajar para vivir en los sectores bajos? Yo quiero simplemente vivir y trabajar, sin que me quiten el derecho a elegir y sin tener que quitarselo a mis hijos.