Recomiendo:
0

Proyecto de ley para rebajar sueldos

La ministra Matthei se sacó la careta

Fuentes: Diario Red Digital

No bien fue designada en la cartera de Trabajo, es este mismo medio advertimos que la entonces senadora de la UDI, Evelyn Matthei, economista de profesión, llegaba con la misión de profundizar el modelo neoliberal, lo que en el caso del trabajo significa rebajar su precio y facilitar el despido, en jerga técnica, «flexibilidad» laboral. […]

No bien fue designada en la cartera de Trabajo, es este mismo medio advertimos que la entonces senadora de la UDI, Evelyn Matthei, economista de profesión, llegaba con la misión de profundizar el modelo neoliberal, lo que en el caso del trabajo significa rebajar su precio y facilitar el despido, en jerga técnica, «flexibilidad» laboral. Para verdades, el tiempo.

La señora Matthei, a título de escopeta, ha encabezado la resistencia del Gobierno a elevar el salario mínimo a 250 mil pesos, habiendo condiciones de sobra para ello. Y ahora, sin que en rigor le corresponda, asumió la vocería para anunciar un nuevo proyecto flexibilizador, consistente en rebajar los salarios, con el conocido sambenito de «proteger» el empleo.

La ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, junto a su par de Hacienda, Felipe Larraín, anunciaron el envío de un proyecto de ley que permite rebajar los sueldos de los trabajadores cuando se desaten crisis económicas, ergo ahora, con el pretexto de «defender» la fuente laboral de los trabajadores.

El proyecto consiste en permitir que cuando una crisis afecte la economía chilena, los trabajadores pacten con sus empleadores, la posibilidad de trabajar media jornada, pero recibiendo un 75% de su salario, y utilizar el resto de la jornada para capacitarse.

La señora Matthei lo justificó así:

«Lo que nos interesa como Gobierno es proteger el empleo de las personas. Estas medidas están enfocadas hacia los trabajadores más vulnerables, que son los primeros en perder el empleo cuando hay crisis. La idea es que no pierdan su trabajo, y para eso, existirá la posibilidad que se pongan de acuerdo con su empleador. Pese a que trabajarán media jornada, recibirían el 75% de su sueldo, y el resto del tiempo, a través del Sence se usará para capacitación, de modo que cuando termine la crisis, el trabajador pueda optar a un mejor empleo. Queremos que el sacrificio que hace un trabajador cuando hay una crisis no sea demasiado grande».

Según el proyecto de ley, el sueldo del trabajador en caso de crisis sería asumido en un 50% por el empleador, y en un 25% a cargo de la cuenta individual del seguro de cesantía. Las cotizaciones previsionales seguirán siendo pagadas por el trabajador.

Esta medida se aplicaría por un máximo de 5 meses, y para que el trabajador pueda optar a ella, debe tener un contrato indefinido, con al menos 6 cotizaciones en el seguro de cesantía. Las empresas que pueden acceder al acuerdo con sus trabajadores son aquellas que se encuentren al día en el pago de las cotizaciones al seguro de cesantía. Además, se flexibilizarán los requisitos para poder acceder al seguro de cesantía en tiempos de crisis, pues de doce cotizaciones durante los últimos 24 meses, en situación de crisis se reduce a ocho cotizaciones en los últimos dos años.

Lo primero que hay que decir es que se trata de una medida cortada con el más clásico molde neoliberal, que busca, simultáneamente, transferir los costos de las periódicas crisis económicas a los trabajadores, y reducir el costo de la nómina salarial para los empresarios.

Segundo, la medida se anuncia con la proverbial hipocresía neoliberal; es decir, se arrasa con los derechos del trabajo, en nombre de la defensa del trabajo.

La señora Matthei ensaya un truco de prestidigitación, al señalar que el trabajador sólo trabajará media jornada, pero recibirá el 75% de su remuneración. William Blake decía que una verdad mal intencionada es peor que una mentira, y Jean Cocteau, que una mentira a medias de ninguna manera es una media verdad.

Lo que omite la señora Mattei, es que al empresario se le reduce el 50% del costo de la planilla salarial, puesto que el saldo de 25% lo aportará el propio trabajador, con los descuentos mensuales del seguro de cesantía, mecanismo al cual se le atribuyen extraordinarias facilidades. Y eso también tiene explicación, puesto que el objetivo estratégico de los neoliberales consiste en reemplazar la indemnización por años de servicio, por el seguro de cesantía, una manera oblicua de trasferir al trabajador el costo del despido, o de la «desvinculación», para decirlo en jerga neoliberal.

Además, no es verdad que el trabajador trabaje media jornada, porque, en rigor, no queda con el saldo del tiempo a su disposición, para utilizarlo en lo que desee, incluso en trabajar parcialmente en otra parte, sino que es obligado a «capacitarse», además en un régimen como el que regula el SENCE, de pésima calidad. Nuevamente es una mentira que cuando acabe la crisis, el trabajador puede optar a un mejor empleo. Eso tendría validez en una economía industrializada, pero no en un modelo primario exportador, de bajísimo valor agregado, donde la especialización de la mano de obra es irrelevante, como es lo que ha construido el neoliberalismo en Chile.

En tercer lugar son una falacia las afirmaciones de la señora Matthei, en el sentido de que el empleo se protege con mayor flexibilidad laboral o con rebajas del costo del trabajo. En rigor, corresponden al dogma neoliberal del ajuste, con arreglo al cual los desequilibrios de la economía se corrigen, siempre, con los ingresos del trabajo.

El ajuste, también invariablemente, profundiza la crisis, y no es capaz de prevenir, ni menos de evitar, la crisis subsiguiente.

Hay muchas maneras de proteger el empleo. Por lo pronto, encareciendo el despido. O protegiendo la economía nacional de la entrada de productos extranjeros subsidiados, o favorecidos con dumping social.

Se protege el empleo con masivos programas de obras públicas intensivos en mano de obra, mecanismo con el cual se salió de la mayor crisis económica de la historia, el crack del 1929-32, que en rigor se prolongó hasta la segunda guerra mundial.

Se protege el empleo subsidiando, apoyando y otorgando crédito al sector de la pequeña y mediana empresa, que aunque ofrece el 80% del empleo, participa sólo del 15% del producto; en lugar de subsidiar al sector de la gran empresa, como se hace hoy con exenciones y franquicias tributarias, créditos blandos, cesión de activos por debajo su valor, licitaciones en condiciones favorables, y todo tipo de desregulaciones, entre otros mecanismos; sector que ofreciendo el 10% del empleo, se queda con un 85% de la participación en el producto.

En suma, se defiende el empleo trabajando incansablemente para posibilitar por medio de recursos políticos y lucha social, el reemplazo del modelo económico que representa la señora Matthei; en rigor, enviarlo al basurero de la historia, que es donde debe estar, y reemplazarlo por otro donde el trabajo, la cooperación y dignidad humana desplacen al lucro y la ganancia como objetivo último de la economía.

– Fuente: http://www.diarioreddigital.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=7801:rebajar-sueldos-quiere-la-muy-patuda-la-ministra-matthei-se-saco-la-careta&catid=42:laboral&Itemid=59