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La mirada mapuche pugna por expresarse en Chile

Fuentes: IPS

«Quiero filmar los pocos recursos naturales que nos quedan y mostrar las injusticias que se han cometido con nuestras comunidades», señaló a IPS Claura Anchio, de 27 años, participante en un inédito curso gratuito de producción audiovisual para jóvenes mapuches. Anchio se refiere a la instalación de una serie de vertederos y plantas de tratamiento […]

«Quiero filmar los pocos recursos naturales que nos quedan y mostrar las injusticias que se han cometido con nuestras comunidades», señaló a IPS Claura Anchio, de 27 años, participante en un inédito curso gratuito de producción audiovisual para jóvenes mapuches. Anchio se refiere a la instalación de una serie de vertederos y plantas de tratamiento de aguas servidas cerca de territorios mapuche en la sureña región de La Araucanía.

Una medida por la que las comunidades mapuche denunciaron al Estado chileno por «racismo ambiental» ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la Organización de las Naciones Unidas.

La joven es una de las 20 seleccionadas para asistir al primer curso organizado para desarrollar las capacidades comunicacionales de los integrantes de este pueblo originario de Chile, con el fin de sacar de las sombras sus vivencias y problemas.

Taiñ Azkintun («Nuestra Mirada», en lengua mapuche) es el nombre de la iniciativa del no gubernamental Observatorio Ciudadano y del periódico mapuche Azkintuwe, financiada por la Embajada de Canadá y patrocinada por las universidades La Frontera y Católica de Temuco, con sus sedes en La Araucanía.

«La idea es entregarles herramientas básicas, pero importantes para que ellos puedan informar y comunicar desde sus comunidades, ya sea en el ámbito de la denuncia, de la cultura o de la recuperación del idioma», explicó a IPS el periodista mapuche Pedro Cayuqueo, director de Azkintuwe y uno de los coordinadotes del proyecto.

Casi un millón de personas, según datos de 2006, pertenecen al pueblo mapuche, el más numeroso de los nueve grupos étnicos reconocidos legalmente en este país austral de 17 millones de habitantes, de los que cerca de siete por ciento son indígenas.

A fines del siglo XIX, los mapuches fueron víctimas de un proceso usurpatorio por parte del Estado entre las regiones del Bío-Bío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, más de 500 kilómetros al sur de la capital chilena. A ello se sumó el intento de aniquilación de su cultura.

Un siglo después, a inicios de la década de los 90, diversas comunidades y organizaciones mapuches comenzaron una estrategia de recuperación territorial a través de la toma de fundos privados considerados como propios, muchas veces en manos de empresas forestales.

También pasaron a denunciar la instalación de proyectos de gran impacto ambiental cerca de sus comunidades y demandar derechos políticos, sociales y culturales.

Respecto a los vertederos, los mapuches denunciaron que violan el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, que obliga a la consulta previa con los pueblos indígenas de cualquier medida que involucre a su territorio ancestral, lo que no se hizo en ésta y otras ocasiones.

Como parte de su esfuerzo, se han multiplicado los filmes documentales de denuncia de este pueblo, grabados por indígenas y no indígenas, así como blogs y páginas digitales en Internet.

Los 20 jóvenes mapuches del curso provienen de La Araucanía y Los Ríos. Serán cuatro sesiones teóricas y prácticas intensivas, que se realizarán los días 8, 15 y 29 de mayo y 5 de junio.

Cayuco explicó que el taller va a ser el primero de una serie que pretenden llevar a cabo y destacó el gran interés mostrado por los jóvenes, que en más de medio centenar respondieron a la convocatoria.

La idea es que algunos estudiantes viajen a Canadá para conocer la experiencia de jóvenes indígenas de ese país en este mismo ámbito.

«Más que comunicadores o ‘periodistas’ queremos formar promotores de comunicación, jóvenes que utilicen los nuevos formatos como Internet y sus redes sociales», explicó.

En el curso aprenderán, por ejemplo, a manejar equipos audiovisuales, a utilizar programas computacionales de edición y a elaborar guiones periodísticos básicos.

Y en trabajos sobre el terreno, intentarán recuperar formas de comunicación mapuches, como los «Nütram» (conversaciones), e inmortalizar los «Epew» (cuentos), que suelen ser relatados por los miembros más antiguos de las familias para difundir una moraleja.

«Las comunidades en conflicto tienen muy pocas herramientas para dar cuenta de su realidad debidamente», planteó Cayuqueo. Aclaró que «tampoco se trata de caer en una especie de fanatismo comunicacional étnico, al contrario, se trata de cómo potenciamos lo propio apropiándonos de lo mejor que nos entrega la tecnología actual».

«Quienes hacemos comunicación desde la mirada indígena en Chile sentimos que efectivamente existe lo que se llama la libertad de expresión y la libertad de opinión. Pero cuando esas libertades vienen de un solo lado se atenta contra otro derecho, que es el pluralismo informativo», enfatizó.

A su juicio, «en Chile se publica una sola voz, una opinión en todos los medios. Por eso creemos que este curso, que nosotros llamamos ‘Nuestra mirada’, va a beneficiar no solamente a los mapuches sino a la sociedad en su conjunto».

Erwin Quizulef, de 32 años, habitante de Panguipulli, contó a IPS que se motivó a postularse para participar en el taller «por las irregularidades que suceden con empresas que han llegado a la comuna en el último tiempo, que perjudican el entorno donde vivimos muchas comunidades».

«Estas cosas no se dan a conocer públicamente, en los medios. En una reunión de la comunidad conversamos que no hay una persona que pueda a dar a conocer esto, que haga un seguimiento, que registre lo que pasa, lo bueno y lo malo», concluyó.