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Campesinos de la zona montañosa del Valle del Cauca

La Moralia en lucha contra la desaparición forzada

Fuentes: Rebelión

«Esto fue tan terrible, existen aún fosas comunes sin descubrir por allá en el sitio de Buenos Aires numerosas personas eran asesinadas y dejadas allá.» «Hace más o menos dos meses en La Morelia, mataron a un joven de 15 años, le pegaron tres tiros en la cara!»   «Mis hijos gemelos Henry y Heydir fueron […]

«Esto fue tan terrible, existen aún fosas comunes sin descubrir por allá en el sitio de Buenos Aires numerosas personas eran asesinadas y dejadas allá.»

«Hace más o menos dos meses en La Morelia, mataron a un joven de 15 años, le pegaron tres tiros en la cara!»  

«Mis hijos gemelos Henry y Heydir fueron desaparecidos, uno en Octubre y otro en diciembre del año 2007, salieron a trabajar y nunca regresaron. Tenían 24 años.  

Familiares de campesinos víctimas del paramilitarismo del Valle del Cauca y de desaparición forzada. La Moralia, 1 de agosto de 2015.

En el contexto del III Encuentro de familiares víctimas del paramilitarismo del departamento del Valle del Cauca, el 1 de agosto de 2015 hicieron presencia numerosos campesinos, venidos de varios lugares del Valle del Cauca, hacia el casco urbano del corregimiento de la Moralia, municipio de Tuluá.

Todos allí, reunidos en la plaza, escuchaban atentos las intervenciones de los invitados, horas más tarde delante del monumento rendían un culto espiritual, rezando bajo una misa campal, prendiendo velas ante el monumento por las víctimas asesinadas por la incursión paramilitar.

Hombres y mujeres adultas, vestidos impecables, agraciados, con gestos precisos, niños silenciosos y jóvenes expectantes , se hallaban una vez más reunidos, entre amigos, familiares de las víctimas, vecinos, y solidarios para no olvidar lo que el Estado colombiano les había propiciado tiempo atrás: la incursión paramilitar. Esta ola de violencia había iniciado el 31 de julio de 1999, día último de la novena de la Virgen del Carmen.

Ese día, la virgen asomaría su espíritu, para ver como una manada de hombres, vestidos de camuflaje y botas militares, incursionaban en la Moralia, denominándose: «Las Autodefensas Bloque Calima AUC», ellos con tiempo anunciarían su aparición, como gran cosa en el departamento del Valle del Cauca.

El 31 de julio de 1999, esa fecha los campesinos jamás la olvidarían. Era el inicio de una incursión territorial de las Autodefensas en el Valle del Cauca, y el corregimiento la Moralia era el lugar escogido. Esta penetración territorial de los paramilitares se realizaría con apoyo económico de empresarios, comerciantes e información de autoridades del ejército, III Brigada de Cali, el batallón Palacé de Buga y organismos de la policía, todo un esquema bajo una logística y acompañamiento del ejército. [1] Actualmente, no existe una sola ejecución judicial por la responsabilidad económica de empresas nacionales que cooperaron con el sostenimiento de los paramilitares.

Hoy después de 16 años de la incursión paramilitar, existe un reto de las comunidades campesinas: le exigen al Estado colombiano su compromiso en relación con el sentido histórico que debe asumir el Estado hacia los territorios campesinos. La responsabilidad con respecto a la reparación de las víctimas, el compromiso con los proyectos productivos, los cuales fueron alterados, desconocidos y otra per secula seculorum in-atendidos; la responsabilidad del Estado consiste también en esclarecer la verdad sobre los cientos de ciudadanos campesinos desaparecidos; que aún no se sabe qué ocurrió con ellos. Muchos salieron de sus veredas y nunca más se volvió a saber de ellos [2]. No solo las victimas por la acción paramilitar, sino la imposición del terror de Estado para perpetrar desapariciones forzadas, que se asoma como una tenebrosa sombra en los territorios rurales.

La Desaparición forzada de campesinos en el Valle del Cauca ¿ocultamiento o desmemoria de Estado?

Entre 1994 y el 2004, en el Valle del Cauca, se configuraron 60 masacres realizadas por grupos de paramilitares[3], dejando más de 2000 mil muertos. Actualmente, existen más de 8 mil desaparecidos aproximadamente, sino es más, en el Departamento del Valle; según Medicina Legal, entre 1980 hasta el 2011 la cifra de desaparecidos ascendió a los 5576.[4] Muchos de los cuerpos de las personas desaparecidas se hallan presumiblemente en fosas comunes.

¿Cuántos campesinos desaparecidos bajo la modalidad de desaparición forzada? Muchos campesinos sometidos a desaparición forzada, aún no se sabe dónde están. Se presagia que en el punto de Buenos Aires, cerca de Buga hay más de un campesino enterrado como NN, sin que se preste aún una versión oficial por parte del Estado por esclarecer la verdad del paradero de los campesinos desaparecidos de la zona. No existe aún, una puesta en marcha estatal, como política pública para el esclarecimiento de los desaparecidos y la búsqueda de posibles fosas comunes en el Valle del Cauca. Está bien lejano el que-hacer de un mapa de fosa comunes en Colombia, no hay una legislación, ni existe una jurisprudencia que permita un orden administrativo y político para legitimar territorialmente la búsqueda y permitir el encuentro de personas. No hay una visibilización por parte del Estado sobre el desaparecido y mucho menos se perfila la construcción de mapas temáticos sobre desaparecidos en Colombia. Ese trazo cronológico estatal, está bien distante de los motivos y luchas campesinas, pues mientras el Estado no reconozca su participación directa sobre las desapariciones de campesinos y se continúe en una violencia de Estado, la construcción de una cartografía temática, será cuestión de ficción sobre los desaparecidos. Una cosa son las víctimas asesinadas por grupos de paramilitares y otra, muy distinta el ciudadano que desaparecen y no se halla. Es un paradigma a escrutar, bajo la noción del tiempo y el espacio en el tema de los desaparecidos y los hilos conductores de la Paz en Colombia.

La desaparición forzada en Colombia, es un crimen de lesa humanidad, las víctimas campesinas aún no se cuentan. La desaparición de campesinos no es cosa del pasado, está en el presente encausado sobre el contra-sentido histórico a que se somete al pueblo campesino por parte del Estado. No se tiene una base de datos local, sobre las desapariciones de campesinos, sí se considera que este delito de Lesa Humanidad ha sido calculado y llevado a cabo sistemáticamente como una práctica de terror de Estado y lo más grave bajo silenciamiento del tema, invisibilidad y al mismo tiempo el ocultamiento de las víctimas.

Hoy en medio de un proceso de Paz con los movimientos insurgentes, se anhela que bajo el horizonte no se atisbe un repoblamiento paramilitar y no se extienda aún más la desaparición de ciudadanos campesinos. Ante ello, los campesinos del corregimiento de la Moralia en el municipio de Tuluá y otros territorios rurales le apuestan a la Paz, pero que ante todo, exigen que la estructura paramilitar se desmonte y que las fuerzas y organismos del Estado, se responsabilicen por la grave violación de los derechos a que son sometidos los campesinos.

Notas

[1] Versión oficial del paramilitar Ever Veloza-HH

[2] En este caso entre el año 2002 y 2008 muchos ciudadanos de sectores rurales fueron desparecidos, no solo jóvenes y hombres de barrios, sino que la desaparición se contextualizó en zonas rurales. Un ejemplo, es el caso de los hermanos gemelos de 24 años Henry y Heidir Ortiz que desde el año 2007 los desaparecieron cuando salieron de la vereda para ir al municipio de Tuluá.

[3] http://historico.elpais.com.co/historico/mar022008/JUD/jud01.html

[4] http://www.elpais.com.co/elpais/judicial/noticias/historias-familias-sufren-desaparicion-forzada-valle-cauca

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.