El Paro Nacional ha desatado la movilización ciudadana más grande de las últimas décadas en Colombia, de llegar a mantenerse contribuiría junto con otros factores, a propiciar condiciones para transitar hacia un Nuevo Gobierno. Es altamente positivo el balance sobre el comportamiento del campo popular y democrático en 2019, sus reclamos se convirtieron en el […]
El Paro Nacional ha desatado la movilización ciudadana más grande de las últimas décadas en Colombia, de llegar a mantenerse contribuiría junto con otros factores, a propiciar condiciones para transitar hacia un Nuevo Gobierno.
Es altamente positivo el balance sobre el comportamiento del campo popular y democrático en 2019, sus reclamos se convirtieron en el tema más relevante del país, gracias a la movilización social que se ha desatado con el Paro Nacional iniciado el 21 de noviembre.
Desde el último trimestre de 2018, los estudiantes están reclamando presupuesto para la Universidad pública, junto a sectores que confrontan la regresiva Reforma Tributaria presentada por este tercer Gobierno de Uribe.
En marzo de este año, la Minga indígena bloqueó durante un mes la carretera Panamericana entre Popayán y Cali; el 25 de abril un Paro Nacional de 24 horas rechazó las medidas anti sociales del Gobierno y el exterminio sistemático de los líderes sociales.
Salto cualitativo y mayor confluencia
La convocatoria al Paro Nacional del 21 de noviembre desató la movilización de masas más fuerte de las últimas décadas, superando la del Paro Cívico de 1977.
Las jornadas de masas que vivimos en las últimas semanas, expresan una mayor profundidad del nuevo ciclo de ascenso de las luchas sociales, que se perfiló como tendencia en el país desde el 2008 y que le siguió a uno anterior, que va desde fines de los 80 hasta la primera década del 2.000, en el que las luchas sociales y de masas sufrieron un notorio descenso, fueron menos prolongadas, más dispersas, menos nacionales, más fragmentadas sectorial y localmente, más reivindicativas y menos políticas.
A diferencia de los Paros Nacionales del 2013, 2014 y 2016, en los que el sujeto principal estuvo conformado por los sectores agrarios, las jornadas de movilización de estas últimas semanas, han tenido un componente principalmente urbano y juvenil, y una composición social diversa, con la presencia de los sectores populares, pero también de los de clase media, profesionales, artistas y otros.
La tendencia hacia la confluencia y la unidad de acción de las organizaciones sociales, al igual que la conformación de instancias nacionales y regionales de coordinación, han dado un salto en las recientes jornadas. El Comité Nacional de paro representa un avance como espacio de coordinación y unidad de acción.
Representan igualmente desarrollos, la conformación de los Comités locales de paro en varias ciudades y regiones, al igual que los Cabildos y asambleas territoriales en Bogotá y otros centros urbanos.
Los retos que siguen
Las fiestas de Navidad y Año nuevo, generaran una pausa que le da un respiro al Gobierno; pero como éste sigue recurriendo sólo a la represión, demagogia, sordera, sin facilitar el dialogo, ni dar respuestas al clamor popular, la movilización continuará en el 2020, tal como ya lo ha propuesto el Comité Nacional de Paro y el Encuentro Nacional que acaba de realizarse los pasados 6 y 7 de diciembre.
Hoy se mezclan las dificultades crecientes del Gobierno de Uribe/Duque, más situaciones anteriores de ingobernabilidad no resueltas, con el salto cualitativo que han dado las luchas populares.
Colombia está cambiando, vivimos nuevos momentos de país, y de mantenerse las tendencias que hemos esbozado y la concurrencia de otros factores desencadenantes, tienden a configurarse en el país mayores posibilidades de transitar hacia un Nuevo Gobierno.
En esa perspectiva es vital trabajar por una gran confluencia, que abarque el movimiento social, las fuerzas de izquierda, sectores de centro y en general las corrientes, que están por la soberanía y un programa de cambios y de paz.