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¡Manifestación: Viernes 11 de abril en Valparaiso!

La necesaria desmonumentación de Merino

Fuentes: El Ciudadano

Junto con la conmemoración de los cuarenta años del golpe militar que derrocó al presidente constitucional de Chile Salvador Allende, se inició en Valparaíso un ciclo de protestas de exprisioneros políticos torturados por la Armada, quienes se han impuesto la tarea de desmonumentar la dictadura. La tarea la comenzaron el 11 de septiembre del 2013. […]

Junto con la conmemoración de los cuarenta años del golpe militar que derrocó al presidente constitucional de Chile Salvador Allende, se inició en Valparaíso un ciclo de protestas de exprisioneros políticos torturados por la Armada, quienes se han impuesto la tarea de desmonumentar la dictadura.

La tarea la comenzaron el 11 de septiembre del 2013. Ese día se realizó la primera protesta contra la estatua del almirante golpista José Toribio Merino, que se exhibe en los jardines del Museo Naval de Valparaíso y que fue erigida bajo los gobiernos de la Concertación por la Democracia.

En entrevista con El Ciudadano, uno de los impulsores de esta iniciativa, el cineasta director de Cine Forum Nelson Cabrera, expresó que la idea surgió a partir de lo realizado en Providencia por la alcaldesa Josefa Errázuriz, quien cambió el nombre de la avenida 11 de septiembre por el de Nueva Providencia.

Cabrera -que a principios de los setenta fue presidente de la Federación de Estudiantes del Pedagógico de la Universidad de Chile, sede Valparaíso- sostiene que luego de este hecho, un grupo de exprisioneros, artistas y militantes de izquierda fue dimensionando «lo que significaba homenajear a un asesino, torturador y principal promotor del golpe militar».

Cabrera subraya el hecho «que la Armada homenajea a Merino como si estuviera al margen de lo que pasa con la sociedad chilena; como si fueran amos y señores para decidir a quién homenajear no importando el daño que hayan provocado sus elegidos».

Este cineasta porteño -en conjunto con las dos decenas de personas que le acompañan en la tarea de protestar cada once ante el monumento a Merino- quiere que como sociedad porteña y chilena nos concentremos, por un momento, en el concepto del aura de la estatua: «una estatua, de alguna manera, refleja pasado, felicidad, plenitud, pero en este caso hay un error porque lo que genera es dolor, significa asesinato, delitos de lesa humanidad, genocidio».

Al director de Cine Forum -que en Valparaíso es conocido como Neco- le preocupa «el equívoco» que implica que esta figura de Merino sea vista por los visitantes del Museo Naval, entre los que se cuentan cientos de niños de escuelas y turistas, «como la de un héroe de la nación con todo lo que ello implica».

En este sentido manifiesta que la existencia de una estatua de Merino «afecta no sólo a la ciudad, sino que es una afrenta a la humanidad en su conjunto».

Nelson Cabrera afirma que él y el grupo de desmonumentadores porteños, protestarán contra la estatua de Merino, el once de cada mes, hasta que esta desaparezca.

Cabe señalar que la Armada no sólo ha erigido una estatua a Merino: el buque madre de los submarinos de la Armada, que fue construido en Suecia y que llegó a Chile en 1997, fue bautizado con el nombre del almirante golpista.

Las mentiras de la historia oficial

En la particular reconstrucción de los hechos históricos que hace la Armada respecto de los acaecido en 1973 y años posteriores, se incurre en groseras mentiras.

El sitio web de la Armada contiene una biografía de Huerta en la que se señala que la bomba hallada en su domicilio el 11 de noviembre de 1972 «fue colocada por el Servicio de Investigaciones de Chile, dirigido por Alfredo Joignant, que había sido nombrado director de ese Servicio por S.E el presidente de la República Salvador Allende».

Pero la verdad es muy distinta. Como detalladamente reconstruye el historiador Jorge Magasich en su libro Los que dijeron que no. La historia de los marinos antigolpistas de 1973 (Lom, 2008), tras el hallazgo de dicho artefacto (que no explotó debido al mal estado de su mecha), el almirante Merino exigió al gobierno encontrar a los responsables asegurando que el atentado provino de la ultraizquierda.

La Policía investigaba pero no obtenía resultados. «El punto muerto es roto con una llamada al prefecto de la Policía de Valparaíso, Juan Bustos: ‘averigüen donde los panquequeros'». Se aludía a la panquequería Gypsi, ubicada en Viña del Mar. Este local, frecuentado por ultraderechistas, era propiedad de Jorge Young Montesinos (33), un exoficial de la Armada.

«Gracias a este dato, Investigaciones de Valparaíso captura, el sábado 14 de julio de 1973, a 12 individuos implicados en el atentado, responsables además de otros 20 atentados dinamiteros en la zona, y halla un pequeño arsenal de rifles, pistolas y explosivos en su poder», sostiene Magasich.

«Las confesiones de los detenidos permiten establecer que la bomba» la puso Arturo Pinochet, de 18 años, sobrino del general (Augusto), y al parecer su regalón».

Durante la reconstrucción del atentado ocurre algo significativo. Investigaciones lleva a la casa del almirante solamente a Young Montesinos, considerado el verdadero responsable. El detective que lo acompaña se sorprende cuando el propio almirante Huerta le da la mano y le pregunta: «‘teniente ¿por qué hizo esto’. Young Montesinos responde que no pudo aceptar que un almirante participara en un gobierno comunista. Comprensivo, el almirante Huerta le dice que no se preocupe, que hablará con el abogado. Entretanto, la mujer y la hija del almirante, también muy comprensivas, le sirven café», según se señala en Los que dijeron que no.

Aunque la Corte de Apelaciones estableció que los responsables pertenecían a grupos ultraderechistas, la Marina chilena miente y nada de esto informa en su web institucional.

Pero este proceder, al parecer, no es la excepción sino la regla. En el libro La Breve Historia Naval de Chile, de Carlos López Urrutia -muy difundido en medios navales, según Magasich- se da una muy peculiar justificación del golpe.

«Durante el régimen marxista las tradiciones de la Armada se vieron puestas a dura prueba. Insultados pública y privadamente, apodados parásitos por los marxistas y reducidos en sus condiciones económicas más allá de lo que humanamente se podía soportar, los marinos de la Armada, junto con las otras Fuerzas Armadas, se mantuvieron fieles a la Constitución y a las leyes. Incluso colaboraron con el Gobierno cuando esto les fue exigido por el presidente Allende. Sin embargo, la institución no podía seguir sufriendo vejámenes. Asesinado uno de sus oficiales, el propio edecán del presidente de la República, infiltrados sus buques por elementos subversivos que encabezaba nada menos que un senador de la República, la Armada comprendió claramente que había llegado el momento de restaurar en Chile, la ley, el orden y la paz interior».

Es de subrayar el hecho que en esta reconstrucción histórica no se señalen los autores del crimen de Araya Peters, dando a entender que fueron afines al gobierno de Allende los responsables del mismo. Esto, en circunstancias que la Justicia Naval de Valparaíso procesó en 1973 a 19 personas -todos vinculados a Patria y Libertad- por este crimen.

Y que en 1978, en plena dictadura, se culminó la investigación condenando como único responsable del asesinato al ultraderechista Guillermo Claverie, quien no pasaría ningún día en la cárcel debido a que fue indultado por Pinochet.

¿Es aceptable que una institución de la república, tan importante para los intereses del país como es la Armada, homenajee a criminales y falsee en forma descarada la realidad histórica?

http://www.elciudadano.cl/

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MANIFESTACION EN VALPARAISO-  VIERNES 11 de ABRIL – 12Hrs

 

Ciudadan@s por la Memoria, organización ciudadana surgida en 2013 para exigir el cambio de nombre de una avenida de la comuna de Providencia que glorificaba el oprobioso golpe de Estado de 1973, continúa su acción para terminar con todos los signos que exaltan la dictadura y el atropello a los Derechos Humanos. Esta vez nos hemos propuesto   desarrollar una campaña para lograr el retiro del monumento del almirante golpista, y miembro de la Junta cívico-militar pinochetista, José Toribio Merino Castro, que se alza, desde mayo de 2002, en los jardines de la antigua Escuela Naval y actual Museo Marítimo, visible desde el Paseo 21 de mayo, en Valparaíso. También para requerir la remoción del nombre «Merino» de un navío de la Armada, de una sala del Museo Marítimo Nacional y de un auditorio ubicado en la ex Academia de Guerra Naval.  Para ello se ha elaborado una petición que será dirigida a la Presidenta de la República, Sra. Michelle Bachelet Jeria, acompañada de varios miles de firmas.

 

Por ello invitamos a organizaciones sociales, de DD.HH. y políticas democráticas a la manifestación frente al monumento a Merino (mirador 21 de mayo, Cerro Artillería, Valparaíso) que se realizará a las 12 hrs. del viernes 11 de abril 2014.

  

¡EXPRESEMOS MASIVAMENTE NUESTRO REPUDIO A LA GLORIFICACIÓN DE LA DICTADURA!

 

Firme la petición en: www.avaaz.org/es/petition/Michelle_Bachelet_Presidenta_de_la_Republica_de_Chile_El_retiro_del_monumento_a_Jose_Toribio_Merino_Castro/?email

  

CIUDADAN@S POR LA MEMORIA – porlamemoriaciudadanos@gmail.com