El 14 de marzo se dará a conocer el fallo del Premio Neruda 2008, como cada año un extraordinario jurado internacional, en la presente edición está integrado por la crítica chilena Soledad Bianchi, el escritor mexicano Carlos Monsiváis y el académico francés Alain Sicard, los tres definirán el galardón. Bajo el auspicio de la Fundación […]
El 14 de marzo se dará a conocer el fallo del Premio Neruda 2008, como cada año un extraordinario jurado internacional, en la presente edición está integrado por la crítica chilena Soledad Bianchi, el escritor mexicano Carlos Monsiváis y el académico francés Alain Sicard, los tres definirán el galardón. Bajo el auspicio de la Fundación Neruda y la convocatoria del gobierno de la Concertación la rueda de prensa será a las 12 hrs. tiempo de Chile en La Chascona.
Al ser dueño de casa Juan Agustín Figueroa (presidente vitalicio de la Fundación Neruda) se llevará los reflectores y sacará beneficio mediático, como suele operar políticamente desde que despojó a Neruda de su legado. Al menos que los convidados de jurado lo impidan. Confío en el criterio de Soledad Bianchi, Carlos Monsiváis y Alain Sicard, tres intelectuales que respeto profundamente y que compartimos a entrañables amigos (Faride Zerán, Jorge Boccanera y José Carlos Rovira). Por primera vez están todos los antecedentes para abrir un debate en torno al elegido de la Fundación Neruda.
Puntualizo: El 12 de septiembre de 2002 la comunera mapuche Patricia Troncoso («La Chepa») es llevada presa junto a los lonkos (líderes) Pascual Pichún y Aniceto Norín bajo los cargos de amenaza e incendio terrorista contra la hacienda Nancahue propiedad de Juan Agustín Figueroa, una abandonada casona patronal del fundo, que bien pudo incendiarse, por accidente o bajo la fabricación del delito como denunciaron los mapuches a Figueroa, en todo caso, una enclenque casa, sin habitantes no ameritaba la aplicación por primera vez en democracia de la Ley Antiterrorista (a lo mucho daño en propiedad). El 9 de abril de 2003 La Chepa, Pichún y Norín fueron absueltos, la parte acusadora (Figueroa) no pudo acreditar la participación de los tres mapuches en el incendio (ocurrido el 12 de diciembre de 2001). Entonces interviene la Corte Suprema de Chile, cuando anula la sentencia de absolución, el 2 de julio de 2003, a petición de Figueroa (el diario oficialista La Nación de Chile lo apoda «El 22 de la Suprema», cuando en realidad son 21 magistrados; 8/febrero/2004), finalmente el 15 de diciembre de 2003, condenan a 5 años de prisión a Pascual Pichún y Aniceto Norín, el mismo día Juan Agustín Figueroa entregaba el Premio Neruda 2003 (versión local) al poeta mapuche Jaime Huenún.
El resto de la historia es pública, latifundistas de la región, madereras y trasnacionales aplican la Ley Antiterrorista (aprendiendo la lección de Figueroa) de 2003 a la fecha hay más de 300 presos políticos mapuches; 2 pibes -Alex Lemún y Matías Catrileo- fueron asesinados por la policía y bajo el amparo de la Ley Antiterrorista ambos carabineros están en libertad bajo palabra; 8 mapuches clandestinos y uno que apareció y vive refugiado en la Argentina: Pascual Pichún (hijo del primer preso cortesía de Figueroa). Mundialmente sabemos que Patricia Troncoso, La Chepa, pasó 112 días en huelga de hambre por mejoras carcelarias para ella y sus compañeros de celda. Todo lo inició Juan Agustín Figueroa. Un conflicto entre particulares, derivó en política de Estado, Figueroa ha sido -en democracia- Ministro de Agricultura y miembro del Tribunal Constitucional, sin olvidar su autonombrado cargo de Presidente vitalicio de la Fundación Neruda.
Lo anterior ocurre en la vida privada -de latifundista y abogado- qué pasa en lo público, no es menos grave, cada centavo que recauda la Fundación Neruda (que sólo en el pre Centenario de 2003, fueron 2.3 millones de dólares) por copyright Juan Agustín Figueroa lo invierte en la empresa Cristalerías Chile propiedad de Ricardo Claro (principal asesor de Pinochet en Relaciones Exteriores desde el 12 de septiembre de 1973), también es miembro y mano derecha en todos los negocios del pinochetista, Figueroa & Claro se conocen desde los años de aspirantes a abogados en la Universidad de Chile (década de 1950). La plata de Neruda es un tema sin importancia comparado con la Ley Antiterrorista contra la comunidad mapuche, el Premio «Literario» del próximo 14 de marzo es la oportunidad histórica en manos de Bianchi, Monsiváis y Sicard para reivindicar la memoria de Neruda y ruborizar las declaraciones de Figueroa a La Nación: «Hay que entender que las fundaciones mueren por la caja y, producto de la rentabilidad que estaban dando los intereses en Chile, nos hicimos aconsejar por un grupo de especialistas financieros, y ellos nos recomendaron que compráramos bonos en Cristalerías Chile, y se da la casualidad que yo conozco mucho esta sociedad porque soy director y, claro, yo sabía de su solidez… Neruda nunca tuvo inversiones financieras, pero tenía mucho sentido del dinero, como un empresario. Ahora, nunca hemos hecho inversiones en actividades que podrían ser éticamente reprochables, como en bombas de racimo o seguros de vida de personas que están cercanas a la muerte, que son bien rentables, pero no se puede lucrar con el sentimiento ajeno. Ahora, donde uno invierta, a mí me basta que sea gente honesta y capaz de manejar un negocio.» (La Nación de Chile; 9 de julio de 2006)
¿Ricardo Claro «gente honesta»? ¿da la «casualidad» de que Figueroa conoce Cristalerías Chile? ¿»Bombas de racimo» y «seguros de vida de personas que están cercanas a la muerte, que son bien rentables», eran las opciones de Figueroa para invertir la plata del copyright de Neruda? ¿Juan Agustín Figueroa tiene la solvencia moral para administrar el legado histórico, político y económico de Neruda?