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La pandemia individualista

Fuentes: Rebelión

La bondad o la maldad entre las personas, más que por voluntad individual y madura, se obtiene por el crisol del entorno familiar y de grupo, o por la influencia de las imposiciones del Estado, influencias malignas como puedan ser el patriarcado.

El machista más que un culpable en el fondo es una víctima del sistema patriarcal capitalista, que usa el machismo para la predominancia del macho, pero también para la guerra y el odio entre los sexos (“divide y vencerás”). Lo fundamental y solucionador es el derribo completo de la estructura patriarcal que genera los prejuicios machistas, en el que el macho debe jugar el rol y hábitos violentos y abusivos en contra de la mujer.

Es difícil enderezar un árbol que desde el inicio es forzado a crecer encorvado. El capitalismo como religión que es, nos hace creer (la misión básica de toda religión es difundir la fe y las creencias), que todo surge a partir del individuo. Predica la egolatría. Todo a partir de un individuo “emprendedor”, competitivo, divino “triunfador”. Todo lo que la natura nos da desinteresadamente, en el capitalismo sólo es para los “triunfadores”.  A los perdedores, hay que apartarlos y despreciarlos.

Un ejemplo puede ser lo que está sucediendo en España, nos dicen unos facciosos que hay que asesinar a 26 millones de perdedores descendientes de la mal llamada guerra civil de 1936-1939, que sólo fue un alzamiento “tri-fachita”, generado por: Hitler, Mussolini y Franco. Según reclaman estos fascistas de hoy vendidos al capitalismo más cerril.

Como decía es difícil enderezar un árbol adulto torcido, por eso es importantísimo una enseñanza laica y del apoyo mutuo.  Una enseñanza que tenga en consideración al otro, según la idea que expresaba Machado: “El ojo que tu ves no es ojo porque tu lo veas si no porque te ve”. Y tan importante, como esta enseñanza, es que en el hogar familiar en dónde crece el niño no exista el mortífero cañón de veneno mental que es la TV., que nunca para de difundir mortales ideas de: consumismo, individualismo, violencia y competitividad.

Por otra parte, hoy la escuela suele estar fundamentada casi exclusivamente en una formación tecnócrata, competitiva y enfocada fundamentalmente para el provecho de las grandes corporaciones y para el crecimiento económico oligárquico, es decir el de la acumulación del PIB. Y este individualismo tecnócrata, también le vale al Poder económico capitalista para generar personas desconectadas entre sí y por ello debilitadas para ejercer su legítima defensa. Decía Carlos Darwin que no está más preparado para la subsistencia vital el que es individualmente más fuerte, si no el que tiene más facilidad de asociarse para la defensa en común.

Y no pensemos que la aplicación del nefasto “darwinismo social” (una doctrina completamente opuesta a la que acabamos de mencionar de Darwin) el cual, falsamente plantea que sólo debe sobrevivir el más fuerte individualmente; esto, el ganador que debe ganar a base de producir muchísimos perdedores.