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Comunicado de la Mesa Social para la Paz

«La paz es nuestro derecho y nuestro deber de obligatorio cumplimiento»

Fuentes: Rebelión

Pronunciamiento en torno al evento realizado el 3 de Noviembre en Bogotá

Organizaciones sociales y populares, autoridades departamentales y municipales, comunidades étnicas, iglesias y comunidades de fe, centros académicos, agremiaciones empresariales, partidos políticos, entre otros, reunidas en Bogotá D.C, el 3 de noviembre de 2016, hemos decidido:

1. Promover un Gran Diálogo Nacional para la Paz -complementario al proceso de conversaciones que se viene desarrollando entre el Gobierno Nacional y las Insurgencias–. Este Diálogo responde a un clamor profundo de la sociedad colombiana para lograr una paz completa; una donde estén todas las insurgencias, todos los partidos y organizaciones políticas, todas las organizaciones sociales, todos los gremios empresariales, todas las comunidades basadas en la fe y la espiritualidad, todos los territorios, todos los pueblos indígenas y afrodescendientes, todas las mujeres y todos los hombres, toda la juventud, las diversidades sexuales, todas las víctimas del conflicto y todas las personas con discapacidades que éste ha acentuado; todas las personas que se han visto obligadas a exiliarse o emigrar. Una paz completa será la que aborde todos los asuntos determinantes del conflicto armado, y que acuerde todas las transformaciones necesarias para la paz.

2. Proseguir en la construcción –junto a todos los sectores que están comprometidos con la solución del conflicto social y armado– del mecanismo idóneo para que la participación de la sociedad sea decisoria y permita avanzar hacia las transformaciones necesarias para la paz. Ningún colombiano o colombiana debe temer a la participación ni a la democracia amplia y profunda. La participación que necesitamos debe tener incidencia real en la transformación del país; debe garantizar a las organizaciones sociales que sean parte integral en la implementación de lo pactado de acuerdo con las realidades particulares de cada territorio; debe incluir especialmente a quienes no han podido hacerlo hasta ahora mediante los mecanismos existentes; implica la deliberación informada y argumentada; y garantizar que los contradictores tengan garantías reales de ser escuchados.

3. Saludar el gran acierto del Gobierno Colombiano y el Ejército de Liberación Nacional, ELN, de incluir en sus conversaciones el llamado a desarrollar una activa y protagónica participación de la sociedad. Ante ese llamado, respondemos con un SÍ rotundo a participar decidida y creativamente en esta nueva fase del proceso de paz. Nuestra convicción es que un diálogo incluyente, plural y eficaz, en todos los territorios del país, es garantía de una paz transformadora que cuente con el apoyo de la inmensa mayoría de colombianas y colombianos. Cuenten con nosotros y nosotras en esta tarea.

4. Respaldar los Acuerdos de La Habana entre el Gobierno Nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, que constituyen un logro de la sociedad colombiana. El Gran Diálogo Nacional para la Paz en que nos empeñamos, debe constituir una refrendación explícita y contundente de lo allí consignado. La participación amplia es la mejor manera de garantizar la refrendación.

5. Llamar a las partes para que el cese bilateral indefinido acordado entre el gobierno y las FARC se extienda hacia un cese multilateral con el ELN, de manera que los diálogos y sobre todo, la participación de la sociedad se desarrollen en medio de un clima propicio para que todas las voces se expresen con garantías.

Asumimos que la paz es nuestro derecho y nuestro deber de obligatorio cumplimiento; no escatimaremos los esfuerzos que sean necesarios para no devolvernos a la guerra.

Este pacto, desde el día de mañana caminará por todos los territorios y las regiones de Colombia y el mundo, buscando el respaldo y el compromiso de todos y todas las que hoy no nos pudieron acompañar.

Declaramos que participar es paz.