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La paz, más allá de la mesa de diálogo

Fuentes: Voces

Ubicar los alcances de una exitosa mesa de dialogo gobierno insurgencia es muy importante, sin adjudicarle más logros de lo que es posible. En esto todos debemos ser muy responsables. Firmar un acuerdo entre las partes, producirá un alivio en la intensidad del conflicto, pero no es la superación de la violencia ni de los […]

Ubicar los alcances de una exitosa mesa de dialogo gobierno insurgencia es muy importante, sin adjudicarle más logros de lo que es posible. En esto todos debemos ser muy responsables.

Firmar un acuerdo entre las partes, producirá un alivio en la intensidad del conflicto, pero no es la superación de la violencia ni de los grandes problemas que tiene Colombia en materia de desigualdad social, corrupción, desempleo, discriminación social,  narcoparamilitarismo, para política, narcotráfico, impunidad violación de los Derechos Humanos etc.

De manera reiterada hemos planteado que la paz para Colombia se logra, si se superan las causas que originaron el conflicto, que son de carácter económico, político y social y fue ese estado de cosas lo que produjo el conflicto armado. Otorgarle a la Mesa de Diálogos la magia de resolver esos grandes problemas, es una ilusión que le hace daño al proceso.

Alcanzar la paz en Colombia es obra de toda la sociedad, particularmente de las grandes mayorías afectadas por el conflicto social y armado.

La sociedad colombiana y la mesa de dialogo entre el gobierno y las guerrillas, tiene un escollo a superar y es la existencia de una minoría guerrerista empotrada en las esferas del poder económico político y militar que no quiere la paz y le pone palos a la rueda.

Esta minoría cosecha inmensas fortunas a través de guerra. Mucho del presupuesto para la guerra se va a sus bolsillos, además, su accionar corrupto ilegal y terrorista desde el poder, usa el contexto de la guerra para tener mas poder con lo que llaman «defender la patria y combatir el terrorismo»

Y mientras esa retórica atraviesa el país, un inusitado crecimiento del paramilitarismo actúa amparado bajo el eufemismo distractor de «Bandas criminales», con lo que se quiere hacer creer que es un asunto de delincuencia común, para ocultar los resultados de un arreglo descarado entre el Estado y sus asociados que se llamó «El pacto de Ralito» donde quedó en la mas atroz impunidad el terrible baño de sangre sin antecedentes en la historia de Colombia.

Esa patética realidad no puede ocultarse ahora, bajo la sombra de un proceso de paz con la insurgencia, porque la mejor manera de que las cosas se agraven es ocultarlas, porque luego aparecen en toda su crudeza.

Por lo anterior, en este nuevo esfuerzo por la paz de Colombia, no puede pasar de agache el pedido justo e indispensable de las víctimas, por la Verdad la Justicia y la Reparación que no es solo asunto del pasado, sino también del presente y del futuro.

Hoy, cuando se abre la posibilidad para llegar a un acuerdo entre el gobierno y la insurgencia, es urgente que todas las organizaciones populares y sociales comprendan que son ellas quienes pueden lograr la paz, a través de un esfuerzo denodado, que implica sólida organización y valerosa lucha, donde la unión e identificación de los objetivos por lograr la paz como futuro de la sociedad, sea la base y acción de todas y todos los colombianos que soñamos con un país en democracia, soberanía, justicia y equidad social.

Por todo lo anterior es que afirmamos que la paz para Colombia está más allá de la mesa de dialogo entre el gobierno y la insurgencia, sin desconocer su importancia lo que nos compromete con ella para que tenga éxito.

El ELN es una organización revolucionaria con capacidad y autoridad moral, para aportar en la solución de los grandes problemas sociales del país, por ello no vamos a la mesa de diálogos a negociar nuestro derecho a existir, sino que planteamos que en un acuerdo con el Gobierno, se creen los espacio para trabajar por la paz, de la mano de la sociedad; nuestra existencia en bastas regiones del territorio nacional donde asumimos responsabilidades sociales ante la ausencia real del Estado, confirma nuestras afirmaciones.

La paz para Colombia es un esfuerzo amplio y sostenido, por ello  divergimos de quienes consideran que en una mesa con el gobierno se supera el conflicto y se alcanza la paz. Distinto es que se diga que ese es un buen comienzo y por ello debemos apostarle.

Fuente: http://www.eln-voces.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1418:la-paz-mas-alla-de-la-mesa-de-dialogo&catid=26:artculos&Itemid=69