Todos los indicadores de la paz señalan que la misma marcha por buen camino. El Presidente Juan Manuel Santos ha declarado recientemente que hacia finales del año en curso podrá darse otro acuerdo con las Farc/EP para cerrar la actual etapa de conversaciones que se adelantan en La Habana sobre los seis temas acordados en […]
Todos los indicadores de la paz señalan que la misma marcha por buen camino.
El Presidente Juan Manuel Santos ha declarado recientemente que hacia finales del año en curso podrá darse otro acuerdo con las Farc/EP para cerrar la actual etapa de conversaciones que se adelantan en La Habana sobre los seis temas acordados en el pacto especial que regula los encuentros en curso.
De igual manera los voceros de la insurgencia revolucionaria han dicho que el ritmo de las conversaciones es dinámico y los avances en el punto del desarrollo rural y las transformaciones agrarias son satisfactorios.
En días conoceremos un «consenso suficiente» entre el gobierno y la guerrilla sobre los elementos esenciales de las medidas agrarias que den soporte sólido a la construcción de una paz estable y duradera.
Como quiera que el texto del Acuerdo especial señala que «no existirá acuerdo mientras todo no esté acordado», habrá que atenerse a las coincidencias concretas que son muy estimulantes. Es un criterio de orden técnico necesario en el desarrollo de la estrategia para solucionar el conflicto y superar la guerra civil.
Por supuesto, el creciente optimismo en la sociedad con los logros que se visibilizan no debe llevar al desconocimiento del sabotaje y la hostilidad de los furibundos enemigos de la paz que trabajan, día y noche, por hacer fracasar la Mesa de La Habana. Son unos provocadores y empecinados que se precisa aislar políticamente. Desafortunadamente cuentan con el concurso de reconocidos funcionarios uribistas del gabinete ministerial como el Jefe de la Cartera de Defensa y el de Agricultura, que son los voceros del caudillo de la Oposición ultraderechista.
Cometido que solo es dable alcanzar con la más amplia participación ciudadana en favor de la paz. Es preciso estimular la intervención de toda la ciudadanía en la acción contra la guerra.
Ese el propósito de diversos eventos en curso. Me refiero a los escenarios de vinculación consciente de diversos núcleos de la sociedad civil en apoyo de la estrategia de paz.
Este fin de semana se realiza en San Vicente del Caguan el 3er Congreso de las Zonas de Reserva Campesina, certamen que consolidará el movimiento por la reforma agraria y la democracia participativa rural.
El 9 de abril se proyecta una movilización de un millon de colombianos en Bogota para exigir la paz, ¡Ya!. El Alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, ha dicho que la manifestación pacífica que ocurrirá en la Capital de la Nación será plural, diversa, multicolor y cierta en su mensaje contra la violencia, el militarismo y la guerra.
Así que la paz que se construye no será un «falso positivo». Sera la conquista firme de una sociedad que quiere otro momento para la historia de 50 millones de colombianos cansados de la sangre, la muerte y la destrucción fratricida.
¡¡En buena hora!!
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