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La pequeña minería en rebelión

Fuentes: El Siglo

El gobernador de Chañaral, Carlos Palma, anunció con satisfacción a horas de las álgidas protestas protagonizadas por pequeños mineros y pirquineros de Atacama, habían sido reprimidas y las rutas estaban despejadas, aunque tuvo que reconocer que al menos el camino que une Diego de Almagro con El Salvador, aún mantenía la resistencia de los aguerridos […]

El gobernador de Chañaral, Carlos Palma, anunció con satisfacción a horas de las álgidas protestas protagonizadas por pequeños mineros y pirquineros de Atacama, habían sido reprimidas y las rutas estaban despejadas, aunque tuvo que reconocer que al menos el camino que une Diego de Almagro con El Salvador, aún mantenía la resistencia de los aguerridos mineros en pie de lucha.

Y aunque la Enami, cedió a la exigencia de sentarse a conversar con los dirigentes del sector, lo que ninguna autoridad reconoció, es que el problema está lejos de terminar y que la situación tendrá que ser abordada con profundidad, sino se quiere producir una explosión de quiebras y cesantía (en el movimiento también estuvieron involucradas la asociaciones de pequeños mineros).

El origen del conflicto, más allá de las demandas puntuales, es la falta de un real fomento en tiempos de vacas gordas hacia una actividad que en el norte entrega miles de empleos, cuyo sobreendeudamiento en tiempos de vacas flacas puede provocar un colapso.

Sólo una salvaje represión de Carabineros pudo contener la indignación de los pequeños mineros y pirquineros que no encontraron otra salida que tomarse las rutas, instalando barricadas y defendiendo con valentía el derecho a que se tomen en cuenta sus demandas, que los mantienen en la incertidumbre y la angustia.

Las protestas coordinadas se desarrollaron en Copiapó, Chañaral, El Salado y Diego de Almagro y sus demandas se relacionan con la eliminación retroactiva desde noviembre de los 4,3 dólares que cobra la Enami como sobrestock y la rebaja de los costos por procesamiento, que han mantenido sus precios a pesar de la baja en el precio del cobre y de los insumos.

Para Zulema Soto, presidenta de la Asociación Minera de Diego de Almagro, que mantenía tomada la ruta hacia el mineral El Salvador junto al sindicato de pirquineros, la mantención de altos precios es una verdadera política de deterioro para quienes viven de la actividad, ya que en combinación con la baja en el precio del cobre, reduce a la tercera parte sus utilidades.

A las demandas anteriores, se agregan como puntos a negociar la rebaja en los costos de maquila y una nueva escala que le dé valor agregado a los minerales de baja ley.

Los mineros se quejan de que ha habido poca voluntad de Enami, de allanarse a atender sus demandas, razones que los llevaron a movilizarse con fuerza para hacerse escuchar y resienten que no haya una política de apoyo hacia la región como la que se está entregando a los salmoneros.

De hecho, la empresa ofreció entregar un crédito por US$ 20 millones, con recursos propios, a los productores de pequeña y mediana minería, para cubrir las diferencias entre el mineral pagado en los anticipos y el precio real del cobre del mes de octubre. Pero con los niveles de endeudamiento lo más probable es que la oferta, argumentan, se transforme en un salvavidas de plomo.

Diego de Almagro

La ruta entre Diego de Almagro y El Salvador, al cierre seguía tomada aunque se esperaba en cualquier momento un desalojo que prometían resistir. Y es que muchos de los protagonistas de esta nueva lucha minera tienen la experiencia necesaria para enfrentar una pelea larga, pues se trata de ex subcontratistas de Codelco, que fueron despedidos por la razia antisindical que siguió a la segunda huelga que encabezó la Confederación de Trabajadores del Cobre.

Por eso uno de los primeros apoyos recibidos por la movilización actual, fue el de los dirigentes de la CTC, entre ellos Luis Garrido, actual miembro del directorio nacional de la organización que lidera Cristian Cuevas, quien junto con expresar la solidaridad activa de los subcontratistas, apuntó a la amenaza que significa el que no se tomen las medidas exigidas por los pequeños mineros y pirquineros, ya que últimamente los despidos en las empresas contratistas han aumentado y no hay otras fuentes de trabajo en la zona.

Asimismo, el alcalde de Diego de Almagro tomó contacto con los manifestantes y solidarizó con sus demandas.