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la Policía Montada del Canadá (GRC) espiaba a Jean Paul Sartre

Fuentes: Radio Canada

Traducido por Carmen García Flores

Unos documentos recientemente publicados revelan que espías canadienses habían redactado un voluminoso dossier sobre el filósofo existencialista Jean Paul Sartre cuando el intelectual francés tenía previsto hacer una visita a Quebec en marzo de 1971 para apoyar a los independentistas detenidos en los años sesenta durante la crisis de octubre.

El dossier «Sartre» de la Policía Montada del Canadá (GRC), ahora desclasificado, permite igualmente descubrir que los agentes de inteligencia habían escrutado las traducciones de las declaraciones del escritor francés. También habían examinado sus lazos con el movimiento pacifista durante la guerra fría y habían redactado la lista de sus conflictos con la justicia.

El dossier, que entre los dos volúmenes alcanza un total de 234 páginas, ha sido obtenido por La Presse Canadiennne gracias a la ley que permite el acceso a la información de Bibliotecas y Archivos de Canadá.

Los dossieres personales compilados por la división de seguridad de la GRC, precursora del Servicio de Inteligencia y Seguridad Canadiense (SCRS) podían publicarse veinte años después de la muerte del interesado, aunque ciertos pasajes del dossier de Sartre permanecen aún en secreto.

El prolífico ensayista y dramaturgo es conocido por sus reflexiones sobre existencialismo, noción según la cual el hombre no tiene una una naturaleza predeterminada, sino que su esencia se define por sus creencias y sus acciones.

En 1964 es galardonado con el Premio Nobel de literatura, pero lo rechaza. Sartre ha transcendido el mundo de la filosofía política, en un momento de la cultura popular encarnada por la ola hippy de los años sesenta.

Una larga investigación

El interés de la GRC por Jean Paul Sartre se remonta al mes de octubre de 1952 cuando los agentes de la policía federal habían tenido conocimiento de un discurso que había pronunicado en el parlamento francés.

La GRC vigilaba a un gran número de grupos y personas durante la guerra fría con el fin de identificar a algunas personas subversivas de izquierdas.

Algunas notas del servicio fechadas en los años sesenta muestran que la GRC disponía de ciertos informes confidenciales que decían que el Comité Fair Play for Cuba y los estudiantes de Quebec que se manifestaban conta la guerra de Vietnam, apoyaban que Jean Paul Sartre fuera a Quebec a pronunciar un discurso.

La preocupación empezó verdaderamente a acentuarse a comienzos de 1971 debido al rumor de que el intelectual francés, la política irlandesa Bernadette Devlin y la actriz Jane Fonda vendrían a Montreal con el fin de oponerse al proceso que se estaba llevando contra personas arrestadas en virtud de la ley sobre las medidas de guerra.

El gobierno federal había declarado ilegal el Frente de Liberación de Quebec en octubre de 1970 después de un secuestro de funcionarios. En total 492 personas fueron arrestadas y 62 acusadas de acuerdo con la ley.

Una nota de sevicio ultrasecreta, emitida en enero de 1971, mostraba una serie de manifestaciones que le hacen cobrar mayor importancia con la posibilidad de que la situación podría acentuarse.

Un Quebec colonizado por la minoría anglófona

A pesar de que Sartre no pudo venir a Quebec, participó en una entrevista filmada en París por un grupo de aliados al movimiento para la defensa de los prisioneros políticos en Quebec (MDPPQ).

En la entrevista el autor se refiere a Quebec como un pueblo colonizado por la minoría anglófona y añade que la independencia socialista no puede ser adquirida más que con la violencia. «No hay otra solución: si nosotros no hacemos la guerra, ellos la harán», tal como se expresa en el vídeo.

Los funcionarios canadienses estaban pues inquietos cara a la eventualidad de una visita de Jean Paul Sartre al país.

El director de la Seguridad e Inteligencia de la GRC, L.R. Parent, avisó al ministro de Asuntos Exteriores, en marzo de 1971, de que el filósofo debía hacer escala en Montreal en un viaje hacia California para asistir al proceso de la activista Angela Davis.

Los agentes habían comenzado a acumular informaciones en sus archivos judiciales con el fin de que el Ministerio de Inmigración pudiese «si lo desea, tomar medidas para prevenir de la llegada de Sartre al Canadá» escribía Parent.

El historial detallado de la vida política y personal de Sartre era transmitido desde París, y en él se detallaba cómo empleaba el tiempo, su situación financiera, sus entrevistas en los medios de comunicación y su participación en diversos proyectos y causas sociales.

En abril de 1971, la GRC indicaba al Ministerio de Asuntos Exteriores que ella «No había oído ninguna cosa de más en lo referente de las intenciones de Jean Paul Sartre».

Pero a comienzos del verano del mismo año, Sartre tenía otras preocupaciones: las autoridades, finalmente cansadas del icono literario lo acusan de difamación criminal por la publicación de nuevos artículos suyos en los que se refiere a la brutalidad de la policía.

Cuando Jean Paul Sartre murió en 1980 a la edad de 74 años, millares de parisinos invadieron las calles para darle su último adiós.

Fuente: http://www.radio-canada.ca/nouvelles/Politique/2012/05/22/001-grc-espionnage-philosophe-jean-paul-sartre.shtml