Derrotada políticamente la orden militar de Obama de atacar a Siria para expandir a Israel y beneficiar a Arabia Saudita y demás monarquías pastoriles acaballadas en petrodólares, que marcó un punto de quiebre en la política imperialista de los EEUU de resolver los conflictos internacionales con guerras de agresión, vino necesariamente el acuerdo nuclear con […]
Derrotada políticamente la orden militar de Obama de atacar a Siria para expandir a Israel y beneficiar a Arabia Saudita y demás monarquías pastoriles acaballadas en petrodólares, que marcó un punto de quiebre en la política imperialista de los EEUU de resolver los conflictos internacionales con guerras de agresión, vino necesariamente el acuerdo nuclear con Irán este 24 de noviembre de 2013.
Esta vez, las 6 potencias capitalistas de la globalización: EEUU, China, Rusia, Inglaterra y Francia que conforman el consejo de seguridad de la ONU, al que le agregaron nada menos que Alemania, suscribieron en Ginebra un histórico acuerdo de beneficio mutuo, para resolver el bloqueo económico de más de 30 años, impuesto y comandado por EEUU contra al estado Islámico Iraní como arma de disuasión y represalia imperialista, por su política independiente y su negativa a someter sus planes nucleares a los intereses de Washington.
Es un primer paso que ya los grandes aliados de EEUU en el cercano Oriente, Israel y Arabia Saudita con las petromonarquías ultra reaccionarias del golfo arábigo han rechazado airadamente con la amenaza de boicotearlo, con el agrado del «Tea Party», el ultra poderoso Lobby judío de New York y una parte del partido republicano opuesto radicalmente a Obama.
Pero no hay que engañarse. Este acuerdo no significa que el Imperialismo ha cambiado su esencia guerrerista. … ¡Ojo Venezuela!
Significa que los sectores más realistas del gobierno actual de los EEUU han entendido (así sea momentáneamente) que su mundo hegemónico unipolar ha empezado a resquebrajarse y que es necesario reacomodarlo, no con guerras de reparto territorial sino con acuerdos políticos y diplomáticos como el alcanzado con Irán y con la presencia de las otras cinco potencias capitalistas especialmente China y Rusia, a la que oficialmente se agrega Alemania, una potencia que hasta ahora se había mantenido entre los bastidores.
¿En qué ayuda este matiz al pueblo trabajador de Colombia,sumido desde hace 6 décadas en una guerra de agresión oligárquica patrocinada por los sucesivos gobiernos neoliberales de los EEUU?
La respuesta se está viendo: El Partido Demócrata de Obama apoya una propuesta diplomática y política para finalizar el conflicto social y armado de Colombia, pero conservando la esencia neoliberal que representa JM Santos; mientras el sector del Tea Party republicano y el Estado de Israel que tiene grandes inversiones militares en Colombia -minguerra Pinzón anuncia (1) bombas israelíes inteligentes de media tonelada- apoya a Uribe Vélez para que se continúe la política que se venía impulsando, de continuar imponiendo el Neoliberalismo genocida por medio de la guerra, y que ellos han sintetizado en esta bella frase: «Sin guerra no hay tierra».
Finalmente, en la actual coyuntura electoral colombiana se ha impuesto definitivamente la «polarización oligárquica» y bipartidista con la cual se ha manejado la política en Colombia durante más de un siglo: JM Santos de «talante» Liberal representa la paz a secas, mientras Uribe Vélez de «duro carácter» Conservador representa la guerra. Las demás opciones populares y anti neoliberales que pugnan en medio del acoso represivo del régimen por alcanzar una Paz con democracia, justicia social y soberanía, han quedado invisibles como por ejemplo La Marcha Patriótica, a la que a la fecha le han matado ya 25 cuadros políticos.
Así, claro que JM Santos tiene asegurada su reelección. Primero por el matiz político que venimos analizando dentro del gobierno de los EEUU y su reacomodo con las demás potencias capitalistas globales. Segundo, porque su antipático rival Zuluaga es un títere neoliberal de Uribe Vélez, con el único apoyo de los poderes fácticos paramilitares. Tercero, por la debilidad a la que ha sometido la represión militar del régimen a los sectores populares anti neoliberales. Y cuarto, porque todo parece indicar que los partidos políticos que se autodenominan de izquierda, parecen no tener un horizonte más allá del beneficio inmediato que les pueda brindar las elecciones por venir.
Aún no han percibido que la vigorosa movilización social en marcha con su organización, tiene como fondo una mirada de largo plazo cuyas metas son la Paz democrática con justicia social y soberanía, y sobre todo, la lucha de largo plazo contra los TLC, la ley 100 de salud, la ley de tierras baldías, la mega-minería, y todas las otras formas de explotación sangrienta del «Neoliberalismo genocida», que se pretende implantar desde las mesas de redacción de los medios de comunicación del régimen con el pomposo nombre de «Post conflicto con prosperidad».
Atención: ¡Bombas israelíes inteligentes de media tonelada (1) y post conflicto con prosperidad!
NOTAS:
(1) http://www.eltiempo.com/justicia/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-13221319.html
(*) Alberto Pinzón Sánchez es médico y antropólogo colombiano
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.