Convocada por Fuerza Social y Democrática, la Asamblea por la Alternativa Social reunida en Santiago los días 21, 22 y 23 de enero discutió y analizó la situación del país y, en particular, los graves problemas que afectan al mundo social, al Chile de los trabajadores, de los pobladores, de las mujeres, de los jóvenes, […]
Convocada por Fuerza Social y Democrática, la Asamblea por la Alternativa Social reunida en Santiago los días 21, 22 y 23 de enero discutió y analizó la situación del país y, en particular, los graves problemas que afectan al mundo social, al Chile de los trabajadores, de los pobladores, de las mujeres, de los jóvenes, de las diversas minorías que sufren los efectos del modelo neoliberal que continúa después de casi quince años de terminada la dictadura. La Asamblea consideró las propuestas y análisis de las organizaciones sociales y antecedentes que muestran las graves consecuencias que para el país y la calidad de vida de la inmensa mayoría de sus habitantes ha tenido y tiene el sistema y modelo imperante. La Asamblea llegó a la convicción que es necesaria una profunda transformación de nuestra sociedad y del modelo neoliberal al servicio del gran capital nacional y transnacional. Es condición para posibilitar una vida digna a todos los chilenos y avanzar hacia una sociedad democrática con un modelo que ponga, en primer lugar, al ser humano y su calidad de vida. En ese marco, la Asamblea por la Alternativa Social aprobó una Plataforma Programática Mínima para el Chile que Queremos, y el accionar político y social de la FSD para avanzar en su concreción.
A.- PROPUESTA PROGRAMATICA MINIMA
Nuestra propuesta recoge los avances programáticos alcanzados por el Congreso de la FSD realizado el año 2002, enriquecidos por la rica y democrática discusión de esta Asamblea. Nuestra propuesta a los chilenos para avanzar al Chile que Queremos se articula en cinco ejes centrales:
I. Nuevo sistema político democrático
El sistema político imperante vulnera gravemente la soberanía popular. Un número creciente de chilenos, que alcanza a más de un tercio de la ciudadanía, están excluidos del sistema político. La política ha perdido valor y se reduce a la distribución de cuotas de poder entre los sectores dominantes. La ciudadanía, en definitiva, carece de poder real, ya que se limita sólo a la elección, cada cierto tiempo, de parte de sus representantes en un sistema binominal excluyente. Las minorías carecen de derechos fundamentales. La generación de un nuevo sistema político democrático representativo y participativo implica, al menos, una nueva Constitución Política que surja de la soberanía popular a través de una Asamblea Constituyente. Esta nueva Constitución debe contemplar, al menos, los siguientes aspectos fundamentales: • Mecanismos de plebiscito vinculante por convocatoria popular, a nivel local, regional y nacional. • Revocación de mandato de todas las autoridades electas, desde el presidente de la República, parlamentarios, alcaldes, concejales, etc. • Iniciativa legislativa popular. • Estado garante y promotor del pleno ejercicio de los derechos humanos, políticos, económicos, sociales y culturales. • Descentralización del Estado. Gobiernos regionales y comunales elegidos democráticamente. • Reconocimiento constitucional del carácter pluriétnico del país. Reconocimiento y respeto a los derechos territoriales, culturales y políticos de nuestros pueblos originarios. • Estado activo y responsable en los ámbitos de la economía y el desarrollo, actuando como redistribuidor del ingreso, promotor del desarrollo industrial y de políticas económicas y productivas que garanticen la justicia social, la defensa del patrimonio nacional, la salvaguarda del medio ambiente y la sustentabilidad y soberanía nacional. • Redefinición del rol, objetivos y estructura de las FF.AA. • Democratización del Poder Judicial. • Estatuto democrático de la empresa.
II. Nuevo proyecto económico para un Chile justo
Los treinta años de aplicación del modelo neoliberal han significado un país profundamente injusto. Chile es uno de los países con peor distribución del ingreso en el mundo, con un desempleo estructural que supera el 10 por ciento, con un empleo precario que afecta a más de un cuarto de la población, con diferencias salariales abismantes, con un altísimo nivel de endeudamiento familiar y personal. El país ha incrementado su dependencia económica a grados peligrosos. Ha sufrido la expropiación de las principales riquezas por el capital extranjero y la quiebra persistente de la pequeña y mediana industria, entre otras consecuencias. Postulamos: • Un proyecto económico de desarrollo nacional centrado en el ser humano y no en el mercado. • Una política de fomento del empleo desde la Corfo y el BancoEstado que apoye el desarrollo de empresas medianas, pequeñas y microempresas que incorporen valor agregado. • La promoción de distintas formas de organización productiva: cooperativas, autogestión, mixtas, públicas, privadas. • Garantizar un desarrollo sustentable con pleno resguardo de las riquezas nacionales, del medioambiente y el ecosistema. • Recuperar para beneficio del país los principales recursos naturales como el cobre, los bosques, los recursos acuícolas y los servicios de utilidad pública, como el agua, gas, electricidad y las telecomunicaciones. • Concretar una política laboral que propenda al fortalecimiento del derecho de los trabajadores y no propicie la flexibilidad ni desregulación contractual, que beneficia a los empresarios. • Garantizar una legislación laboral que asegure los derechos de sindicalización, negociación colectiva y huelga y el pleno cumplimiento de los acuerdos de la OIT suscritos por Chile. • Garantizar una justa distribución de la riqueza y del ingreso, para lo cual debe impulsarse una política salarial justa y una profunda reforma tributaria que establezca impuestos sobre el patrimonio y la riqueza. • Priorizar el impulso de políticas sectoriales en las áreas estratégicas (minería del cobre, agricultura, recursos energéticos, forestales y acuícolas) así como el desarrollo de actividades económicas de valor agregado. • Revisar los actuales tratados de libre comercio para garantizar las políticas de desarrollo nacional, privilegiando los acuerdos de este tipo con los países de la región, en la perspectiva de generar una Comunidad Latinoamericana. • Impulsar el desarrollo de nuevas tecnologías. • Implementar un sistema previsional justo, universal y solidario. • Establecer un nuevo trato al capital extranjero, salvaguardando el interés y la soberanía nacional. • Reformular el presupuesto de defensa, con el fin de que aquellos recursos que provienen del 10% de las ventas del cobre se destinen al aumento del presupuesto de educación y salud públicas.
III. Respeto irrestricto a los derechos de ciudadanos y ciudadanas
El desarrollo de la democracia en Chile está íntimamente relacionado con el desarrollo de la organización social. El sistema neoliberal ha destruido o debilitado seriamente el rol de la organización social. Una sociedad democrática necesita su plena recuperación. En este sentido es necesario: • Una democratización del conjunto de las instituciones y organizaciones de nuestro país que garantice formas nuevas de relación social. • Incrementar el control de la ciudadanía sobre las autoridades. • Garantizar el derecho irrestricto de las personas -y sus organizaciones- a ser oídas en todos aquellos asuntos de interés público que les afecten.
IV. Desarrollo social y humano, previsión y calidad de vida
El modelo neoliberal está destruyendo la vida de los chilenos. El nuestro es uno de los países con mayor cantidad de personas afectadas en su salud mental: depresión, stress, síndromes de pánico y otras patologías similares afectan a millones de chilenos. La estratificación impuesta por el modelo ha generado una sociedad en la que la movilidad social es prácticamente imposible. Más allá de la venta de ilusiones de la «igualdad de oportunidades», estudios recientes indican que Chile es uno de los países con menor movilidad social en el mundo. El modelo educativo y de salud, regulados por el mercado, agudizan la estratificación y no garantizan calidad para todos. Como resultado del salvajismo del modelo económico los grados de inseguridad social, violencia, droga y alcoholismo alcanzan niveles altísimos. Los niveles de discriminación son crecientes. Afectan a las minorías étnicas, a las sexuales y a la mayoría social. Provenir de uno de los grupos sociales de la élite dominante significa mayor educación, salud, mayores salarios, ascensos laborales, etc. Por todo ello, es imprescindible y urgente construir e implementar políticas públicas de promoción y defensa de los derechos sociales, del desarrollo humano y la calidad de vida, que implican, entre otros aspectos: • Trabajo y salario digno para todos. • Educación pública de calidad para todos. • Salud pública de calidad para todos. • Nuevo sistema de seguridad social, universal y solidario. • Política de desarrollo y fortalecimiento de las organizaciones y redes sociales. • Políticas de fomento y desarrollo cultural, artístico y deportivo. • Políticas hacia la primera infancia. • Políticas de protección del medio ambiente. • Garantía y resguardo a los derechos de las minorías étnicas. • Garantía y respeto de las minorías sexuales. • Salvaguarda legal a la familia chilena, en todas sus formas. • Políticas de protección y respeto de los derechos de la tercera edad. • Política social destinada a enfrentar los problemas de salud mental de un alto porcentaje de nuestra población. • Políticas de seguridad pública que pongan en el centro la solución de los problemas sociales y económicos que generan la delincuencia, la drogadicción y el alcoholismo. • Políticas que terminen definitivamente con la discriminación que afecta a la mujer en el trabajo, en el hogar, en la política, en la salud.
V. Política internacional por la paz
El mundo y la región viven uno de sus períodos de mayor peligro. La agresividad de Estados Unidos ha puesto en riesgo todos los avances que la humanidad había logrado en la autodeterminación y el respeto de la soberanía de los pueblos. La agresión a Iraq es sólo un ejemplo de lo que puede suceder si la humanidad no detiene los afanes del imperialismo. En el continente hoy sufren su agresión Cuba, pero también otros países, como Venezuela, Colombia, Bolivia que, por distintas razones, tienen en riesgo su soberanía e incluso su integridad territorial. Chile debe recuperar una política internacional independiente y de dignidad que garantice y salvaguarde las conquistas que el pueblo chileno logró en democracia, en defensa de la autodeterminación y el respeto a la voluntad soberana de los pueblos. Para ello el país debe desarrollar: • Una política activa en defensa y promoción de la paz, frente a la agresión persistente del imperio. • Una política de defensa de los derechos y autodeterminación de los pueblos. • Una política de integración latinoamericana y, desde allí, de integración con otros continentes, como Africa y Asia, cuyos pueblos sufren problemas similares a los nuestros.
B.- NUESTRO ACCIONAR POLITICO Y SOCIAL
La Asamblea por la Alternativa Social valoró el desarrollo de la FSD pues responde a una necesidad del país, que en poco tiempo, a pesar de ser un movimiento incipiente, se ha instalado como un referente con clara expresión en el mundo social. El importante triunfo obtenido en la contienda electoral del Colegio de Profesores y el avance de nuestras propuestas en la CUT, lo reafirman. Desde esta experiencia, la FSD ha resuelto conformarse como un movimiento político social de carácter programático, de convocatoria amplia, con participación activa tanto en el mundo social como en el mundo político. La Asamblea definió, como su tarea fundamental, fortalecer su inserción en la base social, para hacer política con y desde el mundo social y de los trabajadores. En esa perspectiva, decidió dotarse de una orgánica que garantice la democracia interna y la participación permanente y activa de sus miembros en todas las decisiones. Para estos efectos, la Asamblea quedó autoconvocada para el mes de abril del presente año. Asimismo, la Asamblea resolvió desarrollar una política comunicacional para esta nueva fase de la Fuerza Social y Democrática que le permita incidir con sus ideas y propuestas en el debate político. Ante los próximos eventos electorales, Fuerza Social y Democrática acordó participar activamente, sobre las siguientes bases: • Buscar y promover el acuerdo con todas las fuerzas democráticas antineoliberales para alcanzar, en un proceso amplio, democrático y participativo (primarias abiertas), una plataforma programática común y un candidato único a la Presidencia de la República. • Trabajar por una lista única común de todas las fuerzas democráticas antineoliberales para las elecciones parlamentarias. • Promover acuerdos o alianzas programáticas y políticas más amplias en torno a nuestras propuestas, más allá de los acuerdos electorales. • La Asamblea acordó proponer al compañero Jorge Pavez Urrutia, presidente del Colegio de Profesores de Chile, reconocido y comprometido dirigente social popular, como el candidato de Fuerza Social y Democrática. • FSD ofrece al país, al conjunto de los sectores antineoliberales y a los miles de chilenos y chilenas que se sienten excluidos y marginados y que no creen en el actual modelo de sociedad y de desarrollo, nuestro precandidato presidencial y una propuesta programática mínima para trabajar la candidatura única y el programa único que disputará en este año electoral con quienes durante décadas han estado administrando este sistema: la derecha y la Concertación. • Creemos en un mundo mejor, en un Chile más humano y justo, creemos que es el anhelo de la mayoría del pueblo chileno. Y si lo es, debemos luchar por concretarlo
Más información sobre las actividades de Fuerza Social y Democrática, sus propuestas y la precandidatura presidencial de Jorge Pavez en: www.fuerzasocial.cl y www.jorgepavez.cl